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El túbulo proximal es también un lugar destacado de secre-

ción de muchos aniones endógenos (sales biliares, urato), cationes

(creatinina, dopamina) y fármacos (diuréticos, penicilina, probe-

necid, cimetidina). Los iones orgánicos compiten entre sí por los

sistemas de transporte de proteínas. Por tanto, la administración

de probenecid altera la secreción tubular de penicilina y prolonga

su acción. En la insuficiencia renal crónica, los ácidos orgánicos se

acumulan y compiten con los fármacos como la furosemida por las

proteínas secretoras, por lo que producen una aparente «resisten-

cia» a los diuréticos de asa.

Asa gruesa ascendente de Henle

Éste es el componente activo, desde el punto de vista metabólico,

del asa de Henle que reabsorbe alrededor del 20% del sodio, cloruro,

potasio y bicarbonato filtrados. Sólo el asa descendente es permea-

ble al agua. En el asa gruesa ascendente impermeable al agua, el

sodio se reabsorbe de forma activa, pero el agua permanece. En

este llamado segmento dilutor del riñón, el líquido tubular dismi-

nuye su osmolalidad a menos de 150mOsm/kg H

2

O.

Al igual que en el túbulo proximal, la bomba Na

+

-K

+

-ATPasa

de la membrana basolateral es el motor que dirige la capacidad reab-

sortiva del asa gruesa ascendent

e 12 .

El sodio se desplaza desde la luz

tubular por difusión pasiva a lo largo de su gradiente de concentra-

ción. Un sistema de antiporte Na

+

/H

+

de la membrana celular apical

media la secreción neta de H

+

y la reabsorción de bicarbonato.

Un destacado sistema de proteínas de simporte acopla la

reabsorción de sodio, cloruro y potasio (el último en contra de su

gradiente de concentración) a través de la membrana apical. El

bloqueo de este sistema es el principal mecanismo de acción de los

diuréticos de asa a la hora de inhibir la reabsorción de NaCl en el

asa gruesa ascendente de Henle.

Equilibrio de oxígeno en el asa gruesa

ascendente medular

Los riñones reciben el 20% del gasto cardíaco total, pero extraen

relativamente poco oxígeno. La diferencia arteriovenosa renal de

oxígeno [(a – v)O

2

] es de sólo 1,5ml/dl. Sin embargo, existe una

marcada discrepancia entre la corteza y la médula renales respecto

al flujo sanguíneo y al aporte y consumo de oxígeno

( fig. 8-9

y

tabla 8-1 )

. La médula recibe sólo el 6% del FSR y tiene una presión

media de oxígeno (Po

2

) de 8 mmHg. Por tanto, resulta posible que

se desarrolle una hipoxia intensa en la médula a pesar de que el

FSR total sea adecuado de forma relativa. El asa gruesa ascendente

medular de Henle, de activo metabolismo, es muy vulnerable

13 .

Este segmento es también susceptible de lesión nefrotóxica.

El flujo sanguíneo intrarrenal está regulado por compuestos vaso-

activos endógenos. En la corteza externa, a diferencia de su efecto

vasoconstrictor en otros lugares, la adenosina induce vasoconstric-

ción a través de la estimulación del receptor A

1

de la adenosina. En

la zona yuxtamedular profunda, las prostaglandinas endógenas y

el óxido nítrico estimulan la vasodilatación. El efecto neto es dirigir

todo el flujo sanguíneo disponible hacia la médula. Los fármacos

que inhiben la síntesis de prostaglandinas, como los antiinflamato-

rios no esteroideos (AINE), pueden alterar este mecanismo com-

pensador y producir isquemia medular.

El estrés (dolor, traumatismo, hemorragia, hipoperfusión,

sepsis, insuficiencia cardíaca congestiva) activa el sistema simpáti-

co-suprarrenal y produce una vasoconstricción cortical renal y una

posible isquemia tubular. El riñón está relativamente desprovisto

de receptores

b

2

, de forma que la liberación de adrenalina induce

sobre todo vasoconstricción mediada por receptores

a

o por la

activación de angiotensina.

Fisiología renal

215

8

Sección I

Fisiología y anestesia

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Tabla 8-1

 Distribución del flujo sanguíneo renal entre la corteza y la médula

Corteza

Médula

Porcentaje del flujo sanguíneo renal

94

6

Flujo sanguíneo (ml/min/g)

5,0

0,03

P

o

2

(mmHg)

50

8

Proporción de extracción de O

2

(V

o

2

/D

o

2

)

0,18

0,79

La médula renal recibe únicamente una pequeña fracción del flujo sanguíneo renal

total, y sus flujos son muy lentos. Como resultado, la presión de oxígeno tisular es

muy baja y la médula extrae casi el 80% del oxígeno que se le suministra, por lo que

una mínima reducción de los flujos sanguíneos renales total y cortical puede inducir

isquemia e hipoxia en la médula renal.

D

o

2

, aporte de oxígeno; P

o

2

, presión de oxígeno; V

o

2

, consumo de oxígeno.

Datos de Brezis M y cols.: The pathophysiological implications of medullary hypoxia.

Am J Kidney Dis

13:253-258, 1989.

Figura 8-9

 Hipoperfusión medular. Para

generar y mantener el intercambio

contracorriente que proporciona la capacidad

de concentrar la orina, el flujo sanguíneo

medular debe ser lento. Las zonas

yuxtamedular y medular son zonas de bajo

flujo sanguíneo e hipoxia tisular relativa. Los

componentes de la nefrona que tienen alto

consumo de oxígeno como la rama gruesa

ascendente medular (RGAm) tienen alto riesgo

de desequilibrio entre la oferta y demanda de

oxígeno y lesión isquémica.

(De Brezis M,

Rosen S: Hypoxia of the renal medulla—its

implications for disease.

N Engl J Med

332:647-655, 1995.)