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El aclaramiento de creatinina presenta varias limitaciones

inherentes, incluso aunque se eviten con cuidado los errores de

recogida. En primer lugar, está sometido a muchas de las limitacio-

nes impuestas por la medida de la propia creatinina (v. antes). A

diferencia de la inulina, cerca del 20% de la creatinina se secreta en

el túbulo proximal, de modo que el aclaramiento de creatinina

sobreestima el FG y la relación entre el aclaramiento de creatinina y

el de inulina es de 1,2:1. A medida que disminuye el FG, la secre-

ción tubular de creatinina aumenta. Cuando el FG es menor de

40ml/min/1,73 m

2

, se puede llegar a una relación del aclaramiento

de

creatinina:inulina

tan elevada como 1,81 a 2,51. En pacientes con

función renal normal, la subestimación del FG inducida por la

reacción de Jaffé se equilibra por la sobreestimación del FG inducida

por la secreción tubular de creatinina, y el aclaramiento de creati-

nina representa razonablemente el FG. Sin embargo, fármacos de

uso común tales como trimetroprima, antagonistas-H

2

y salicilatos

bloquean la secreción tubular de creatinina y pueden elevar la crea-

tinina sérica y disminuir el aclaramiento de creatinina. Cuando los

niveles séricos de creatinina son muy altos, se excreta al intestino y

sufre metabolismo extrarrenal por los organismos del intestino.

Por todas estas razones,una estimación aislada del aclaramiento

de creatinina puede no ser diagnóstica de grados menores de insufi-

ciencia renal.No obstante,sus estimaciones seriadas proporcionan una

guía clínica útil sobre las alteraciones de la función renal y su pronós-

tico. En el postoperatorio, es útil la determinación diaria del aclara-

miento de creatinina para dirigir la dosificación de fármacos

potencialmente nefrotóxicos y de excreción renal como los antibióticos

aminoglucósidos (gentamicina, tobramicina, amikacina) o los antago-

nistas de la calcineurina (ciclosporina y tacrolimús). Debido a que el

FG puede disminuir hasta el 50% del normal antes de que aumente la

creatinina sanguínea por encima del rango de la normalidad, la obser-

vación de una disminución del aclaramiento de creatinina puede per-

mitir un ajuste a la baja de la dosificación de fármacos antes de que se

establezca nefrotoxicidad y el fármaco se acumule aún más.

La variabilidad del aclaramiento de creatinina disminuye

según se reduce el FG; de hecho, la pérdida de la variabilidad es

una pista sobre el deterioro de la función renal. Los cambios direc-

cionales entre el aclaramiento de creatinina y el de inulina mues-

tran una buena correlación. En niveles bajos de FG una relación

c

reatinina:inulina

tan alta como 2:1 (p. ej., 12 frente a 6ml/min)

inducirá pocas diferencias reales en el manejo clínico.

Aclaramiento plasmático

La medida de la tasa de desaparición (aclaramiento plasmático) de

una sustancia que se elimina completamente por filtrado glomeru-

lar es un método alternativo para medir el FG sin la necesidad de

una recogida de orina simultánea. Supone la administración intra-

venosa en bolo y/o en infusión del marcador, seguido de la medida

de múltiples niveles plasmáticos para calcular su tasa de desapari-

ción. La metodología depende del logro de un nivel estable de la

concentración del marcador en plasma, lo que es difícil de lograr con

cambios rápidos del F

G 27 .

Se utilizan numerosos marcadores, incluidos inulina e iota-

lamato no radioactivos, así como radioisótopos tales como el ácido

51

Cr-etilendiaminotetraacético (EDTA), el ácido

99m

Tc-dietilentria-

mino pentaacético (DTPA) y el

125

I-iotalamato. Los dos últimos

marcadores, que utilizan medidas de disminución de la radiación,

parecen prometedores en la determinación rápida del FG.

Pruebas de función tubular

Las pruebas de función tubular miden la capacidad de concentra-

ción urinaria y el control del sodio. De ese modo, pueden diferen-

ciar la oliguria producida por deshidratación (síndrome prerrenal)

de la atribuible a lesión tubular (necrosis tubular aguda).

En la oliguria prerrenal, la función tubular está conservada,

de hecho «se activa» para concentrar la orina y conservar sodio,

provocando una orina concentrada que es pobre en sodio. Excepto

en los estados prerrenales refractarios tales como la sepsis grave y

la insuficiencia hepática en estadio terminal (v. más adelante), la

normalización del estado hemodinámico revierte la oliguria y

la activación tubular. La administración de diuréticos potentes

puede invalidar la conservación del túbulo, provocando una orina

diluida que tiene una concentración alta de sodio (natriuresis),

indistinguible de la necrosis tubular aguda (v. más adelante). Sin

embargo, si la hipovolemia intravascular es suficientemente grave,

la retención tubular de sodio y el bajo sodio urinario pueden per-

sistir a pesar de la administración de diuréticos tales como dopa-

mina en dosis baja

s 30 .

En la necrosis tubular aguda establecida, la capacidad de

concentración y ahorro de sodio se pierden, dando lugar a una orina

diluida con sodio elevado que no se normaliza tras restaurar el FSR

normal. Sin embargo, en el fracaso renal agudo no oligúrico, que

supone tanto como el 75% de los casos de necrosis tubular aguda

que se encuentran en la práctica clínic

a 31

los cambios en la función

tubular están peor definidos que los del síndrome prerrenal.

Capacidad de concentración urinaria

Esta capacidad es un índice muy sensible de la función tubular. En

los estados prerrenales, la concentración osmolar urinaria está muy

aumentada. En la necrosis tubular aguda, la capacidad de concen-

trar la orina se puede perder 24 a 48 horas antes de que empiecen

a elevarse la creatinina sérica o el BUN.

Relación osmolar orina-plasma

La respuesta tubular normal a la deshidratación o hipovolemia es

concentrar la orina y aumentar la osmolalidad urinaria por encima

de 450mOsm/kg, en comparación con la osmolalidad normal de

la sangre o del plasma de 280 a 300mOsm/kg. Por ello, en el sín-

drome prerrenal hay una relación de la osmolalidad orina-plasma

(U:P

OSM

) de más de 1,5. La pérdida de la capacidad de concentra-

ción o isostenuria (U:P

OSM

=1,0), en presencia de oliguria es un

signo de daño tubular y fracaso renal agudo establecido. Sin

embargo, la isostenuria se puede inducir en un estado prerrenal

cuando se administran diuréticos (v. antes).

Fisiología renal

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Sección I

Fisiología y anestesia

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Figura 8-15

 Revascularización renal en un paciente con hipertensión

vasculorrenal e insuficiencia renal ingresado en la unidad de cuidados

intensivos para su monitorización y estabilización preoperatorias. Se realizó

una revascularización renal bilateral. Tras volver del quirófano se apreció una

notable reducción de la función renal. Estos cambios se siguieron con igual

precisión mediante el aclaramiento de creatinina derivado de una recogida

de orina de 2 horas (AC02) que de una de 22 horas (AC22).