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neurohipófisis, donde se almacena en gránulos. La estimulación

nerviosa de los cuerpos celulares desencadena la exocitosis de la

AVP desde sus vesículas terminales hacia la circulación.

La AVP actúa sobre receptores-V

2

específicos en los tubos

colectores para inducir reabsorción de agua y disminución de la

diuresis, con una orina concentrada. También aumenta la reabsor-

ción de NaCl en el asa gruesa ascendente de Henle hacia el inters-

ticio medular, lo que mantiene su hipertonicidad y facilita la salida

del agua del tubo colector a lo largo de un gradiente osmótico. Esta

reabsorción origina la conservación tubular de agua y la retención

de agua libre (es decir, aclaramiento negativo de agua libre). El

efecto neto es que la AVP aumenta la osmolalidad urinaria y dis-

minuye la plasmática sin una alteración significativa de la excre-

ción de solutos.

El receptor-V

2

de la membrana basolateral celular del tubo

colector responde a la AVP a través de un mecanismo receptor

análogo al receptor

b

-adrenérgic

o 51

. Mediante la activación de

una adenililciclasa acoplada a proteína G, el ATP se convierte en

monofosfato de adenosina cíclico (AMPc), que a su vez activa una

proteincinasa que provoca la migración de las vesículas prefor-

madas que contienen canales de agua acuaporina-2 y su fusión

con la membrana apical celular. Esta acción aumenta de forma

considerable la permeabilidad de la membrana al agua, que se

reabsorbe hacia la célula y desde allí al capilar peritubular. La

semivida plasmática de la AVP es de 5-15 minutos y este proceso

se invierte con rapidez cuando la concentración plasmática de

AVP disminuye.

Regulación de la secreción de AVP

Los osmorreceptores hipotalámicos son sensibles a aumentos tan

pequeños de la osmolalidad sérica como de un 1% por encima de

lo normal. Como se ilustra en la

figura 8-21

A, el umbral para la

secreción de AVP (y de la sensación de sed) se encuentra entre 280 y

290mOsm/kg. Una vez superado dicho umbral, la tasa de secreción

muestra un aumento muy pronunciad

o 52 .

Incluso una deshidrata-

ción leve produce una rápida antidiuresis y la osmolalidad urinaria

puede aumentar de 300 a 1.200mOsm/kg a medida que los niveles

plasmáticos de AVP suben de 0 a 5pg/ml (v.

fig. 8-21

B).

Los descensos del volumen intravascular también estimulan

la secreción de AVP mediada por receptores de estiramiento con

aferencias vagales en la aurícula izquierda y las venas pulmonares.

La secreción de AVP inducida por hipovolemia supera las respues-

tas osmolares y contribuye al síndrome perioperatorio de secreción

inapropiada de hormona antidiurética (SIADH): retención de líqui-

dos, hipoosmolalidad e hiponatremia. La situación se agrava por la

administración de grandes cantidades de soluciones hipotónicas

que disminuyen la osmolalidad sérica. El estrés psíquico, a través

de conexiones corticales, también induce la liberación de AVP y

puede sobrepasar a los sensores osmóticos y de volumen.

El desencadenante más potente, con gran diferencia, para la

liberación de AVP es la hipotensión arterial sistémica mediada por

barorreceptores aórticos y carotídeos. Supera a todos los demás

desencadenantes y la concentración plasmática deAVP puede alcan-

zar niveles de 10 a 1.000 veces mayores de lo normal (v.

fig. 8-21

C).

A estas concentraciones, la AVP actúa como un vasoconstrictor,

Fisiología renal

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8

Sección I

Fisiología y anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 8-20

 Síntesis y control de la arginina vasopresina (AVP).

Control osmótico.

Los osmorreceptores de las neuronas supraópticas y paraventriculares en el

hipotálamo detectan el aumento de la osmolalidad sérica. Los gránulos de AVP son trasportados por el axón tras su elaboración hacia el lóbulo posterior de la

hipófisis. Desde allí liberan a la circulación para alcanzar los receptores V

2

en el túbulo distal, donde éstos retienen agua y normalizan la osmolalidad sérica.

Control hemodinámico.

Las disminuciones del volumen venoso son detectadas por los receptores de distensión en las aurículas y en las grandes venas, y los

descensos de la presión arterial son detectados en los barorreceptores del cayado aórtico y el glomus carotídeo. El arco aferente son los nervios vago y

glosofaríngeo hacia el núcleo solitario de la médula oblonga (centro vasomotor). El arco eferente, desde el centro vasomotor hasta los núcleos del hipotálamo,

induce la liberación de AVP. A niveles bajos (

<

5pg/ml), la estimulación de los receptores V

2

por la AVP puede causar una retención inadecuada de agua.

A niveles elevados (

>

20pg/ml), la estimulación de los receptores V

1a

por la AVP causa vasoconstricción y participa en el reflejo barorreceptor.

(De Koeppen BM,

Stanton BA: Regulation of body fluid osmolality: regulation of water balance.

En

Koeppen BM, Stanton BA [eds.]:

Renal Physiology,

4.

a

ed. Filadelfia, Mosby

Elsevier, 2007, págs. 71-90.)