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Registro de los trazados ECG desde el cable metálico del

catéter, comparándolos con los obtenidos desde un electrodo

colocado en la línea de las apófisis espinosas, a la altura

donde debería estar colocada la punta del catéter. La posi-

ción es correcta cuando los dos trazados son idéntico

s 156 .

Esta técnica es sumamente elegante e incruenta, pero el

«segundo» trazado ECG no puede leerse fácilmente en

algunos pacientes (especialmente cuando están conscientes

y moviéndose).

Guía ecográfic

a 157 ,

que representa la técnica incruenta más

prometedora, pero todavía en fase de estudio.

Algunos autores han recomendado tunelizar el catéter para

reducir el riesgo de contaminación bacterian

a 158 .

El esquema de

dosificación de Armitage publicado hace muchos años sigue siendo

el más fiabl

e 159 :

Con 0,5m/kg se bloquean todos los dermatomas sacros.

Con 1,0ml/kg se bloquean todos los dermatomas sacros y

lumbares.

Con 1,25ml/kg, el límite de la anestesia queda, al menos, en

la zona torácica media.

Sin embargo, cuando se inyectan 1,25ml/kg existe el peligro

de que el anestésico se distribuya en sentido cefálico (por encima

de T4

) 160 ;

por tanto, es preferible no administrar más de 10ml/kg

de anestésico local.

Como ya hemos comentado (v. «Farmacocinética»), deben

reducirse las inyecciones por el catéter para evitar la toxicidad

sistémica. La segunda inyección no debería administrarse antes de

que hubiesen transcurrido 60 minutos (para un anestésico local de

corta duración) o 90 minutos (para un anestésico local de larga

duración) después de la primera dosis, y la segunda dosis debería

reducirse a la mitad. Las inyecciones siguientes deberían reducirse

a la mitad de la segunda dosis (esto es, un sexto de la dosis inicial),

respetando los mismos tiempos entre las dosis.

Complicaciones específicas

Las complicaciones de la anestesia caudal son infrecuentes y nor-

malmente menore

s 102,117

cuando se emplean los dispositivos ade-

cuados. El retraso de la micción voluntaria suponía un problema

hace años, cuando el ayuno preoperatorio era excesivamente pro-

longado, pero esto no debería ser ya un problema y la retención

urinaria verdadera es (muy) rara. No es infrecuente que fallen los

bloqueos (3-5%), especialmente en los niños mayores de 7 años,

pero incluso en los pacientes más jóvenes el índice de fallos puede

ser bastante elevado

136 .

Anestesia epidural intervertebral

Anatomía y fisiología del espacio epidural

El espacio epidural rodea a la médula espinal y a las meninges desde

el agujero mayor hasta el hiato sacro. Está delimitado por detrás

por las láminas vertebrales y el ligamento amarillo, y se comunica

con bastante libertad con los espacios paravertebrales y el espacio

perineural que rodea a las raíces nerviosas. En la región del «man-

guito dural» próxima a los ganglios raquídeos guarda una relación

íntima con el espacio subaracnoideo debido a la proyección de las

granulaciones aracnoideas, fácilmente atravesadas por los anestési-

cos locales. Contiene vasos sanguíneos y linfáticos, y está lleno de

grasa en los lactantes y en los niños de hasta 6-8 años.

La línea que une las dos crestas ilíacas (línea de Tuffier)

atraviesa la línea que une a las apófisis espinosas a la altura de L5-S1

hasta el primer año de vida, en lugar de hacerlo a la altura de L4-L5,

como sucede en los niños mayores y en los adulto

s 161 .

La inclina-

ción de la columna (como la que aparece al adoptar la posición

para realizar un bloqueo epidural) modifica la altura a la cual la

línea de Tuffier cruza la columna en el 58,3% de los pacientes.

Las inyecciones epidurales dan lugar a cambios de presión

considerables. Vas y cols. midieron los cambios siguientes tras

colocar un catéter epidural del calibre 20 en 20 lactante

s 162 :

Presión al penetrar el espacio epidural: 1±10 mmHg (extre-

mos: –17 a+16 mmHg).

Presión máxima durante la inyección de un anestésico local

a 1ml/min: 27,8±18,6 mmHg con una presión residual de

12±5,5 mmHg 1 minuto después de completar la

inyección.

Presión máxima durante la inyección de un anestésico local a

0,5ml/min: 15,2±9,5 mmHg con una presión residual de

14,8±5,4 mmHg 1 minuto después de completar la inyección.

Como ya hemos mencionado, los niños pequeños toleran

bastante bien la anestesia epidural sin manifestar bradicardia ni

cambios notables en la presión arteria

l 62,64

.

Indicaciones y contraindicaciones

La anestesia epidural está recomendada para todas las intervencio-

nes quirúrgicas abdominales, retroperitoneales, pélvicas y torácicas

mayores

163,164 ,

como la reparación del pectus excavatu

m 165

y la

cirugía para la escoliosi

s 166 ,

preferiblemente con una técnica de

doble catéte

r 167 .

La técnica se emplea también para cirugía cardíaca

en unas pocas institucione

s 76,178

pero esta indicación es controver-

tida y la mayoría de los autores considera que está contraindicada

por la anticoagulación.

La altura vertebral a la que debería accederse al espacio epi-

dural es motivo de debate y depende tanto de la edad del paciente

como de la experiencia del anestesiólogo. Cuando se planea una

técnica de punción única para una cirugía infraumbilical, en la

mayoría de los casos suele elegirse una vía de abordaje caudal en los

lactantes y en los niños pequeños, y una vía lumbar en los pacientes

de más edad. Cuando se contempla la colocación de un catéter, es

preferible elegir un abordaje lumbar en todos los pacientes para

disminuir el riesgo de contaminación bacteriana por la proximidad

del ano, aunque este último punto es sumamente rar

o 102

.

2300

Anestesia pediátrica

V

Figura 71-5

 Bloqueo caudal.

A,

Inserción de la aguja en ángulos rectos con

respecto a la piel. 1, Cóccix; 2, membrana sacrococcígea.

B,

Redirección

cefálica de la aguja tras atravesar la membrana sacrococcígea.