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Por cuestiones prácticas y por seguridad es vital que este

fármaco se administre en infusión continua. Debe utilizarse siempre

en una segunda infusión independiente de la fluidoterapia, ya que

las variaciones en la administración de fármacos relacionadas con

la variación de la fluidoterapia pueden tener efectos importantes

en el ritmo de administración del opioid

e 84,85

. En los neonatos y

lactantes, nosotros usamos una bomba de infusión continua para

el mantenimiento de la fluidoterapia intravenosa y, a través de una

llave de tres pasos, añadimos la infusión de remifentanilo lo más

cerca del catéter intravenoso que sea posible. En casos difíciles

empleamos una vía intravenosa independiente para la administra-

ción de todos los demás fármacos anestésicos. Una cuestión impor-

tante que hay que tener en cuenta es la necesidad de proporcionar

analgesia una vez que el remifentanilo se suspende. Yo normal-

mente administro morfina (0,05-0,2mg/kg, según la intensidad del

dolor esperado) o realizo un bloqueo nervioso locorregional

mucho antes de suspender el remifentanilo. Yo también he utili-

zado el remifentanilo como método para producir analgesia pro-

funda, aprovechando las ventajas de su efecto vagotónico, que

reduce la presión arterial en niños sometidos a instrumentación

espinal. Esta estrategia evita las interferencias en los potenciales

evocados motores y sensitivos ya que permite el uso de dosis bajas

del agente inhalatorio o de la perfusión de propofol para producir

ansiólisis y amnesia.

Relajantes musculares

Relajantes musculares despolarizantes

Succinilcolina

La succinilcolina es muy hidrosoluble y se redistribuye muy rápido

en el volumen extracelular (v. también cap. 19). Por esta razón, la

dosis necesaria para su administración intravenosa en lactantes

(2,0mg/kg) es de alrededor del doble que la necesaria para pacien-

tes de más edad (1,0mg/kg). La succinilcolina es el único relajante

de acción corta eficaz por vía intramuscular. La relajación muscular

adecuada se produce 3-4 minutos tras la administración intramus-

cular de 5mg/kg en lactantes y de 4mg/kg en niños mayores de

6 meses. La relajación muscular esquelética producida por la admi-

nistración intramuscular puede durar hasta 20 minutos; no se con-

sigue una instauración más rápida con dosis divididas en dos

inyecciones o cambiando la concentración. En una situación de

emergencia, la succinilcolina puede administrarse intralingual, lo

que acelerará el comienzo de la relajación ya que el fármaco se

absorbe más rápido de la lengua que de un músculo esquelético

periférico.

Suelen aparecer arritmias cardíacas tras la administración

intravenosa, sobre todo durante una anestesia con halotano, cuya

incidencia se reduce con la administración de atropina intravenosa

(pero no la administración intramuscular como premedicación).

Tras la primera dosis de succinilcolina puede producirse una

parada sinusal, aunque es más frecuente tras la administración de

bolos repetidos; estas paradas pueden producirse en pacientes de

todas las edades. A pesar de que la incidencia de bradicardia es baja

en pacientes de más edad, he tenido un paciente de 13 años que

presentó una asistolia de 30-45 segundos tras una única dosis de

succinilcolina administrada con tiopental sin atropina; la asistolia

se produjo antes de la intubación, con una saturación de oxígeno

del 100% y respondió inmediatamente a la administración de atro-

pina y varias compresiones torácicas que permitieron la circulación

de la atropina. Por tanto, es probable que la atropina deba admi-

nistrarse justo antes de la primera dosis de succinilcolina en todos

los niños, incluidos los adolescentes, a menos que exista una con-

traindicación a la taquicardia.

La succinilcolina ha recibido mucha atención por la grave-

dad de sus posibles complicaciones. La potencial aparición de rab-

domiólisis e hiperpotasemia (particularmente en niños menores de

8 años, que pueden tener una distrofia muscular no diagnosticada),

como el riesgo de espasmo masetero e hipertermia maligna, acon-

sejan no utilizar la succinilcolina de rutina en niño

s 89,90

. Se ha

observado un aumento del tono del músculo masetero tras la

administración de succinilcolina (espasmo masetero) que puede

ser una variante de la normalidad. Sin embargo, la tetania del

masetero («mandíbulas de acero»), que impide la apertura de la

boca, puede representar una variante extrema del aumento del tono

masetero y puede ser una reacción asociada a la hipertermia

maligna. Este efecto lo he observado dos veces; ninguno de los

pacientes presentó hipertermia maligna, aunque uno de ellos

alcanzó unos niveles de creatina fosfocinasa superiores a 20.000 UI

a la mañana siguiente.

Aun con todas las complicaciones descritas, no se debería

abandonar por completo el uso de succinilcolina ya que es el único

relajante muscular de acción ultracorta disponible en el mercado

que puede proporcionar un rápido inicio de acción. El uso intra-

venoso de este fármaco se suele limitar a pacientes con el estómago

lleno o para tratar el laringoespasmo; la administración intramus-

cular o submentoniana (intralingual) está indicada en pacientes

con accesos venosos difíciles cuando el control de la vía respirato-

ria es esencial.

Hay esperanza en el horizonte con una alternativa más

segura para la intubación de secuencia rápida y el tratamiento del

laringoespasmo (es decir, dosis elevadas de rocuronio 1,2mg/kg

) 91 .

Si el nuevo agente reversor, el sugammadex, demuestra ser seguro

y efectivo en pediatría (v. más adelante) y su habilidad preliminar

para antagonizar el bloqueo neuromuscular profundo se confirma

en niños, la gran mayoría de los efectos adversos potencialmente

letales asociados con la succinilcolina desaparecerán (suponiendo

que el coste del sugammadex no supere el beneficio potencial obte-

nido al evitar la succinilcolina).

Relajantes musculares no despolarizantes

Al comparar entre lactantes, niños y adultos su respuesta a los rela-

jantes musculares no despolarizantes se ha demostrado que los lac-

tantes suelen ser más sensibles a estos fármacos y que su respuesta

es muy variable (v. también cap. 19). A pesar de que, por lo general,

la dosis inicial por kilogramo de peso necesaria para producir un

bloqueo neuromuscular es similar para los pacientes de todas las

edades, el mayor volumen de distribución y la reducida función renal

y hepática en neonatos dan lugar a un índice de excreción más lento

y, por tanto, a una prolongación de su efecto. El bloqueo neuromus-

cular se produce a concentraciones plasmáticas menores.

La elección del relajante neuromuscular no despolarizante

depende de sus efectos secundarios y de la duración de la relajación

muscular deseada. Si se desea una taquicardia (p. ej., anestesia con

fentanilo), la elección sería el pancuronio. El vecuronio, el atracurio,

rocuronio y el cisatracurio son útiles en procedimientos cortos en

lactantes y niños; también pueden administrarse en forma de perfu-

sión continua. El mecanismo de excreción del atracurio y del cisatra-

curio (eliminación por la vía de Hofmann e hidrólisis éster) hace que

estos relajantes sean especialmente útiles en neonatos y en pacientes

con una enfermedad renal o hepática. El vecuronio es valioso porque

no libera histamina; sin embargo, su duración de acción prolongada

en recién nacidos lo convierte en similar al pancuronio.

El rocuronio tiene un perfil clínico similar al vecuronio,

cisatracurio y atracurio, pero con la ventaja de que puede adminis-

trarse por vía intramuscular. En un estudio con rocuronio se ha

observado que se producen condiciones aceptables para la intuba-

ción en 3-4 minutos tras una dosis intramuscular de 1mg/kg en

lactantes y tras una dosis de 1,8mg/kg en niños mayores de 1 año;

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Anestesia pediátrica

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