Table of Contents Table of Contents
Previous Page  2333 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 2333 / 2894 Next Page
Page Background

Otra preocupación es la incidencia aparentemente más

elevada de agitación al despertar tras una anestesia con sevoflurano

que con halotano (v.

tabla 72-3

). Por desgracia, la confusión gene-

ralizada existente sobre la definición y la descripción del término

agitación/delirio dificulta la comparación de estudios. Dicha res-

puesta durante el despertar de una anestesia con sevoflurano no está

relacionada con el dolor, parece presentar una relación inversa con

la edad y es especialmente frecuente en niños de 5 años de edad o

menores. Algunos investigadores han observado incidencias más

bajas si se administra premedicación con midazolam o clonidina

(oral o epidural), ketorolaco, fentanilo o dexmedetomidina. Es inte-

resante observar que cuando se combinan los datos de múltiples

estudios, la verdadera diferencia en agitación durante el despertar

es muy pequeña (

21% con sevoflurano y

15% con halotano). Mi

impresión es que la razón más importante por la que se considera

esto un problema es el hecho de que los niños con frecuencia llegan

a la unidad de reanimación postanestésica (URPA) en este estado

de agitación. Con halotano, los niños normalmente llegan a la URPA

parcialmente anestesiados, el personal de enfermería es capaz de

monitorizar y registrar los signos vitales iniciales, y entonces los

niños comienzan a agitarse, pero en este punto esta situación es

menos preocupante para la enfermería por lo que se percibe como

un problema menor. De cualquier forma, esta situación no responde

a dosis bajas de fentanilo o propofol y normalmente tiene una

duración corta (

5 a 10 minutos). Otra cuestión de interés es la

descripción de cierta actividad seudocomicial durante la inducción

con sevoflurano. Existe al menos un estudio cuidadosamente reali-

zado en el que no se ha podido documentar la actividad seudoco-

micial con el registro electroencefalográfico (EEG), lo que sugiere

que estos movimientos anómalos no son de origen centra

l 30

.

Una observación personal es que los reflejos de la vía respi-

ratoria están suprimidos de forma inadecuada para realizar una

broncoscopia en ventilación espontánea; parece que con sevoflu-

rano es necesario complementar con diferentes combinaciones de

propofol, dosis bajas de remifentanilo o relajante muscular por vía

intravenosa. El halotano parece ser todavía el fármaco inhalatorio

más adecuado para este procedimiento, ya que se puede utilizar un

mayor número de múltiplos de la CAM para mantener la concen-

tración del fármaco inhalado, incluso en el caso de grandes pérdi-

das al retirar la mascarilla para introducir el broncoscopio. La larga

semivida de eliminación del halotano también contribuye a sus

ventajas en estos procedimientos en los que la mascarilla se utiliza

de forma intermitente, como durante la retirada de los puntos de

sutura en un labio leporino reparado.

Halotano

El uso de halotano en Estados Unidos ha descendido espectacular-

mente; no obstante, todavía se usa ampliamente en otras partes del

mundo (v. también caps. 11 y 14). El halotano no tiene un olor des-

agradable y todavía se suele utilizar para la inducción de la anestesia

inhalatoria en lugares donde los problemas de presupuesto limitan el

acceso al sevoflurano. Casi siempre se encuentra una diferencia esta-

dísticamente significativa pero clínicamente no relevante en la rapidez

del despertar cuando se compara halotano tanto con desflurano como

con sevoflurano (normalmente de 3 a 5 minutos). Yo normalmente

induzco la anestesia con sevoflurano y posteriormente uso halotano

o isoflurano en el mantenimiento para reducir costes. No hay que

olvidar que la frecuencia de los problemas relativos a las vías respira-

torias es menor con halotano y sevoflurano que con enflurano, iso-

flurano o desflurano. El halotano y el sevoflurano son los anestésicos

de elección para inducción inhalatoria de la anestesia en niños.

En un informe de 1987, en el que se describen siete casos (uno

mortal) de «hepatitis por halotano», se llega a la conclusión de que

los niños no deben ser expuestos de forma repetida al halotano (v.

también cap. 14

) 31 .

Es importante valorar este informe en su justa

medida. Hasta la fecha, millones de niños han recibido anestesia con

halotano. Quizá se hayan registrado una docena de casos de hepatitis

(y una o dos muertes) en niños, un récord de seguridad extraordi-

nario para cualquier fármaco. Como la «hepatitis por halotano»

parece tratarse de un problema que aparece fundamentalmente en

adultos, parece lógico usar otros anestésicos o técnicas en pacientes

adolescentes. El halotano probablemente permanecerá como el anes-

tésico potente más utilizado en países no desarrollados debido a su

coste. Es importante reseñar que la disfunción hepática ha sido des-

crita en niños tras la exposición a todos los agentes anestésicos

potentes incluido el sevoflurano y el desflurano.

Otro aspecto preocupante que afecta al halotano es la sensi-

bilización del miocardio a las arritmias en respuesta a catecolami-

nas exógenas y endógenas. La mayoría de las arritmias asociadas a

la anestesia con halotano en niños se deben a la hipercapnia o a

una profundidad anestésica inadecuad

a 32 .

En pacientes pediátricos

se pueden utilizar dosis de adrenalina de hasta 10

m

g/kg de peso

con un riesgo mínimo de arritmias cardíacas. De hecho, a mí me

gustan los efectos arritmogénicos del halotano porque la aparición

de una arritmia sugiere que el paciente no está bien anestesiado o

está hipercápnico. Además, la frecuencia cardíaca suele mantenerse

estable o ligeramente menor. Cuando en un paciente anestesiado

con halotano aparece taquicardia, suele ser indicativo de un plano

anestésico inadecuado o de hipovolemia. Esta situación es diferente

a la que se observa con isoflurano, desflurano o sevoflurano, ya que

todos ellos pueden causar directamente taquicardia.

El halotano es un potente depresor miocárdico que puede

tener graves consecuencias en neonatos y en niños con cardiopa-

tías congénitas. Dicha depresión es la causa de la imposibilidad

ocasional de administrar a niños en estado crítico la concentración

suficiente de anestésico como para proporcionar una «anestesia»

sin inducir una hipotensión grave. En estas situaciones, el uso libre

de opiáceos de acción corta asociados con concentraciones bajas de

halotano suele proporcionar una respuesta adecuada. En el estudio

POCA se registró un mayor número de paradas cardíacas induci-

das por la anestesia con halotano; el uso de ventilación controlada

(probablemente sin reducir la concentración inspirada del anesté-

sico inhalatorio) fue un dato frecuent

e 14 .

Es interesante observar

que tanto el halotano como el sevoflurano pueden deprimir la

función miocárdica, aunque este último está menos considerado

como depresor miocárdic

o 33,34

. Sin embargo, a 1 y 1,5 CAM en

niños no se han encontrado diferencias significativas en la presión

arterial medi

a 33

; en lactantes, tampoco se encontraron a 1 CAM,

aunque sí a 1,5 CAM. Se debería tener en cuenta que la mera

administración de atropina hace desaparecer estas diferencias.

Isoflurano

Se considera que el isoflurano ofrece algunas ventajas sobre el halo-

tano: menor depresión miocárdica, conservación de la frecuencia

Anestesia pediátrica

2333

72

Sección V

Anestesia pediátrica

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 72-9

 La interacción sevoflurano-Baralyme ha producido este fuego en

un equipo de anestesia.

(De Coté CJ, Lerman J, Todres ID [eds.]:

A Practice of

Anesthesia for Infants and Children,

4.ª ed. Filadelfia, Saunders, 2008.

Reproducida con autorización de A. Rich.)