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en el músculo pueden tener un efecto clínico más prolongado

(p. ej., el fentanilo, a pesar de que no se ha demostrado la saturación

del tejido muscular).

Además de estos conceptos básicos, hay otros factores

importantes que desempeñan un papel en la respuesta de los neo-

natos a la medicación: 1) excreción retardada por un mayor

volumen de distribución, 2) función hepática y renal inmaduras y

3) excreción de fármacos alterada por una menor unión a proteí-

nas. Otras perturbaciones de la farmacodinámica y de la farmaco-

cinética de los medicamentos se presentan con la prematuridad

extrema y con otros factores, tales como sepsis, insuficiencia car-

díaca congestiva, aumento de la presión intraabdominal, ventila-

ción controlada y un mal estado nutricional

8 .

Todos estos factores

llevan a una variabilidad clínica importante de la farmacocinética

y la farmacodinámica de un neonato a otro.

En niños de más edad la función renal y hepática suele estar

madura y los valores de proteínas y el contenido de grasa y músculo

equiparables a los valores normales del adulto. Una mayor parte

del gasto cardíaco se desvía al hígado y a los riñones, que también

pesan más en relación con la masa corporal en niños mayores que

en lactantes. Estos factores suelen significar que la mayoría de los

fármacos tienen una semivida más corta en niños con más de

2 años de edad que en adultos. A medida que el niño se acerca a la

edad adulta, la semivida de muchos fármacos se alarga. En general,

la mayoría de los medicamentos tienen una semivida de elimina-

ción prolongada en lactantes prematuros y a término, más corta en

niños mayores de 2 años de edad hasta el principio de la adoles-

cencia y se alarga en los que se aproximan a la edad adulta.

Anestésicos inhalatorios

La concentración alveolar mínima (CAM) espirada de los anesté-

sicos inhalatorios necesaria en pacientes pediátricos varía con la

edad

( fig. 72-8

) (v. también caps. 10 y 11). En estudios cuidadosa-

mente controlados se observa que en niños prematuros los reque-

rimientos anestésicos son menores que en los neonatos a término

y menores en estos últimos que en niños de 3 meses. Los lactantes

tienen una CAM más alta que los niños mayores o que los adultos;

los motivos todavía no se han explicado de forma adecuada. Este

hecho, combinado con la necesidad de planos anestésicos más pro-

fundos para conseguir condiciones satisfactorias para la intubación

endotraqueal, sitúa al lactante en una situación precaria, porque

existe un margen de seguridad muy pequeño entre la sobredosis

anestésica (desde el punto de vista cardiovascular) y una profun-

didad anestésica inadecuada (para la intubación endotraqueal).

Evitar la ventilación controlada hasta que se canaliza una vía

venosa, reducir rápidamente la administración del anestésico ins-

pirado, especialmente al iniciar la ventilación mecánica tras la

administración de un relajante muscular, y en algunos casos susti-

tuir opiáceos por un fármaco inhalatorio, son procedimientos que

pueden aumentar la seguridad.

La captación de anestésicos potentes es más rápida en niños

por su mayor frecuencia respiratoria e índice cardíaco y por su

mayor distribución del gasto cardíaco proporcionalmente a órganos

bien perfundidos. Es probable que este rápido aumento de los

niveles plasmáticos del anestésico junto con la inmadurez funcio-

nal del desarrollo cardíaco explique en parte por qué es tan fácil

producir una sobredosis en lactantes o en niños que ya han empe-

zado a andar. Las diferencias en los coeficientes de partición san-

gre-gas relacionadas con la edad pueden también facilitar un

aumento más rápido en la concentración alveolar en lactantes.

Entre otros factores se incluyen el estado de hidratación (p. ej., el

ayuno excesivo produciría una deshidratación relativa en lactantes)

y el tipo de circuito anestésico utilizado. Por ejemplo, un circuito D

de Mapleson utiliza volúmenes menores que los circuitos circulares

y, por tanto, es menor el volumen que debe alcanzar el equilibrio

cuando la concentración del anestésico inhalatorio del vaporizador

aumenta. Con un circuito D de Mapleson, el flujo de gas fresco se

introduce en el sistema muy próximo a la vía respiratoria y entra

directamente en los pulmones del paciente. Quizá, el factor más

importante que influye sobre la sobredosis potencial de anestésicos

en neonatos es el número de múltiplos de la CAM que pueden

administrarse con el vaporizador (p. ej., un vaporizador de halo-

tano puede administrar hasta 5,75 veces la CAM, mientras que un

vaporizador de sevoflurano sólo puede administrar 2,42 veces la

CAM

[ tabla 72-2 ]

).

Sevoflurano

El sevoflurano tiene un coeficiente de partición sangre-gas similar

al del óxido nitroso (v. también caps. 10 y 11). Una amplia expe-

riencia clínica ha demostrado que es menos irritante que el isoflu-

rano o el desflurano, y algunos autores creen que es mejor o

equivalente al halotano para una inducción inhalatoria. Como con

todos los anestésicos inhalatorios potentes, la CAM más elevada se

da en los pacientes más pequeños: 3,3% para neonatos, 3,2% para

lactantes de 1-6 meses de edad y 2,5% para niños mayores de

6 meses

12,13

. Cuando se estudian los datos de la literatura, queda

claro que el sevoflurano y el halotano son más o menos equiva-

lentes en términos de complicaciones de las vías respiratorias

durante la inducción anestésica (laringoespasmo, broncoespasmo,

apnea), pero la velocidad de inducción es más rápida con sevo-

flurano. Existe una menor incidencia de tos durante la inducción

con sevoflurano (

6% frente al

10%) y una incidencia de agi-

tación durante el despertar un 33% mayor (

21% frente al

15%)

( tabla 72-3 )

. Tanto el sevoflurano como el halotano producen

depresión respiratoria dependiente de la dosis, aunque el halotano

produce una reducción del volumen corriente e incrementa la

frecuencia respiratoria, mientras que el sevoflurano disminuye

ambos parámetros. Con frecuencia se observa la necesidad de

asistir la ventilación durante la fase inicial de la inducción con

sevoflurano en niños. A menos que la concentración inspirada

esté muy reducida (normalmente

3%), esta asistencia puede

incrementar la posibilidad de una sobredosis de anestésico mien-

tras se intenta canalizar la vía intravenos

a 20

.

Anestesia pediátrica

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72

Sección V

Anestesia pediátrica

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Figura 72-8

 Concentración alveolar mínima (CAM) para los cuatro

anestésicos inhalatorios más utilizados frente a la edad. Obsérvese que la

CAM es más elevada en los lactantes de 3-6 meses de vida. La razón por la

que esto ocurre no está clara.

(Datos extraídos de las referencias

bibliográficas 12-19.)