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las membranas biológicas). Además, la unión de ciertos fármacos

a la albúmina puede estar alterada en presencia de hiperbilirrubi-

nemia en el período neonatal.

El sistema gastrointestinal

Al nacer, el pH gástrico es alcalino; al segundo día de vida, ya está

en los valores fisiológicos normales de los niños de más edad. La

capacidad para coordinar la deglución con la respiración no

madura del todo hasta que el niño cumple 4-5 meses. Por ello, en

recién nacidos, la incidencia de reflujo gastroesofágico es elevada,

un problema particularmente frecuente en neonatos prematuros.

En general, si se presenta un problema del desarrollo en el aparato

gastrointestinal, los síntomas aparecerán 24-36 horas después del

nacimiento. Las anomalías intestinales altas se manifiestan en

forma de vómitos y regurgitación, mientras que las bajas producen

distensión abdominal e incapacidad para eliminar el meconio.

Termorregulación

El lactante es especialmente vulnerable a la hipotermia (v. también

cap. 38) a causa del elevado cociente entre la superficie corporal y

el peso, y de la capacidad limitada para reaccionar ante las agresio-

nes criotérmicas. Las agresiones por frío dan lugar a un aumento

del consumo de oxígeno y pueden producir acidosis metabólica. Un

niño prematuro es todavía más susceptible como consecuencia del

poco espesor de la piel y de la escasez de depósitos grasos. El lactante

puede compensarlo mediante termogénesis por tiritona y por meca-

nismos celulares. La poca capacidad para tiritar durante los prime-

ros 3 meses de vida hace que la termogénesis celular (metabolismo

de la grasa parda) sea el mecanismo principal para la producción de

calor. Es muy importante considerar todos los aspectos de una

posible pérdida de calor durante la anestesia, así como durante el

transporte hacia y desde el quirófano. La pérdida de calor por con-

ducción se reduce al colocar al niño en un colchón calentador

y calentando el quirófano (26 °C o más). La pérdida por convección

se reduce manteniendo al niño en una incubadora cubierto con

mantas. También debe cubrirse la cabeza. La pérdida de calor por

radiación se reduce con cápsulas aislantes de doble capa durante el

transporte y la pérdida por evaporación se disminuye al humidificar

los gases inspirados, mediante el uso de un envoltorio de plástico

para disminuir la pérdida de agua por transpiración y calentando

las soluciones desinfectantes de la piel. Las mantas de aire caliente

son la forma más efectiva para calentar a los lactantes. Los agentes

anestésicos pueden alterar muchos mecanismos termorreguladores,

en concreto la termogénesis celular en neonatos.

Farmacología y farmacodinámica

Farmacología del desarrollo

La respuesta de lactantes y niños (sobre todo de neonatos) a la

medicación está modificada por muchos factores: la composición

corporal, la unión a proteínas, la temperatura corporal, la distribu-

ción del gasto cardíaco, la madurez funcional del corazón, la madu-

ración de la barrera hematoencefálica, el tamaño relativo (así como

su madurez funcional) del hígado y los riñones y la presencia o

ausencia de malformaciones congénita

s 8

.

Los compartimentos del organismo (grasa, músculo y agua)

varían con la edad

( fig. 72-7

). El contenido total de agua corporal

es significativamente mayor en niños prematuros que en niños a

término, y en éstos que en niños de 2 años de edad. El contenido

de grasa y músculo aumenta con la edad. Estas variaciones de la

composición del cuerpo tienen varias implicaciones clínicas para

el neonato: 1) los fármacos hidrosolubles tienen un mayor volumen

de distribución y, por lo general, es necesaria una dosis inicial más

elevada (mg/kg) para alcanzar el nivel plasmático deseado (p. ej.,

la mayoría de los antibióticos, succinilcolina); 2) dado que los neo-

natos tienen menos grasa, los fármacos que dependen de su redis-

tribución en ella para finalizar su acción tendrán un efecto clínico

más largo (p. ej., el tiopental), y 3) los fármacos que se redistribuyen

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Anestesia pediátrica

V

Figura 72-6

 Cambios en los valores de las proteínas séricas totales y la

albúmina con la maduración. Se observa que los valores de las proteínas

totales y la albúmina son menores en los prematuros que en los neonatos a

término y menores en los lactantes que en los adultos. Como resultado se

pueden alterar la farmacocinética y farmacodinámica de los medicamentos

con un alto grado de unión a proteínas ya que menos fármaco está unido a

proteínas y la fracción libre es mayor y está disponible para el efecto clínico.

(Resumida de Ehrnebo M, Agurell S, Jalling B y cols.: Age differences in drug

binding by plasma proteins: Studies on human fetuses, neonates and adults. Eur J

Clin Pharmacol 3:189-193, 1971. De Coté CJ, Lerman J, Todres ID [eds.]:

A Practice

of Anesthesia for Infants and Children,

4.ª ed. Filadelfia, WB Saunders, 2008.)

Figura 72-7

 La composición del organismo cambia muy deprisa en niños

prematuros y a término durante los primeros 12 meses de vida. Su elevado

contenido en agua proporciona un gran volumen de distribución para

fármacos hidrosolubles, mientras que su bajo contenido graso y muscular

proporciona un reservorio muy pequeño para fármacos que dependen de su

redistribución en estos tejidos para el cese de su efecto farmacológico. Por

tanto, la composición del organismo puede afectar de forma significativa a la

farmacocinética y la farmacodinámica.

(Datos de Friis-Hansen B: Body

composition during growth. In vivo measurements and biochemical data

correlated to differential anatomical growth.

Pediatrics

47:169-181, 1971.

De Coté CJ, Lerman J, Todres ID [eds.]:

A Practice of Anesthesia for Infants and

Children,

4.ª ed. Filadelfia, WB Saunders, 2008.)