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causada casi siempre por hipoxia e isquemia; otras causas son la

rabdomiólisis, la sepsis, la hipertermia, la hemólisis y un gran

número de nefrotoxinas como el mercurio, el tetracloruro de

carbono y el etilenglicol. Las enfermedades vasculares, como las

embolias arteriales, las trombosis venosas, así como las malforma-

ciones congénitas, pueden dar lugar a insuficiencia renal aguda.

Síndrome hemolítico-urémico

El SHUes una de las causasmás frecuentes de insuficiencia renal aguda

en los niños. Este síndrome se caracteriza por la presencia de anemia

hemolíticamicroangiopática, con trombocitopenia y daño renal agudo.

En Norteamérica, el SHU se asocia casi siempre a infecciones por

Escherichia coli

O157 productora de citotoxinas, pero otros serotipos y

bacterias de tipo Shiga productoras de toxinas han sido implicado

s 167 .

E. coli

O157 es un colonizador del tracto intestinal del

ganado y puede contaminar la carne durante su procesamient

o 168 .

Las bacterias son eliminadas con la cocción. Se pueden producir

infecciones como resultado de la transmisión de persona a persona

en centros de día, instituciones y centros militares. Parece existir

también una forma familiar de esta enfermedad que es responsable

de un pequeño porcentaje de los caso

s 169 .

El SHU predomina en niños de 6 meses a 4 años de edad,

pero puede producirse a cualquier eda

d 170 .

Comparte muchas

características clínicas y de laboratorio con la enfermedad del

adulto denominada púrpura trombótica trombocitopénica. De

hecho, algunos investigadores consideran que los dos trastornos

representan un continuo de la misma enfermedad. Las alteraciones

que se desarrollan en el SHU se cree que están causadas por cito-

toxinas y lipopolisacáridos, una endotoxina bacteriana. Las toxinas

dañan las células endoteliales de los riñones, de los vasos y de otros

órganos, de forma directa o indirecta mediante la activación de los

leucocito

s 171 .

Las citocinas, como la interleucina-1 y el factor de

necrosis tumoral, la prostaglandina I

2

, el tromboxano A

2

y los mul-

tímeros del factor de von Willebrand (vWF) probablemente des-

empeñan un papel en la patogenia de esta enfermeda

d 172 .

El tiempo transcurrido entre la exposición al microorganismo

y la evaluación inicial del paciente varía entre 3 y 12 días. Los sínto-

mas duran cerca de una semana. Los pacientes suelen presentar

calambres abdominales, diarrea sanguinolenta, tenesmo y vómito

s 173 .

Como media, aproximadamente el 10% de los niños con diarrea

sanguinolenta por

E. coli

O157 progresan a un SHU. Los pacientes

con afectación leve muestran anemia, trombocitopenia, azoemia y

reducción de la producción de orina y presentan un curso clínico no

complicado. En los enfermos con afectación grave es frecuente la

anuria, se pueden producir hipertensión y convulsiones y la duración

de la enfermedad es prolongada. Un pequeño número de niños

exhibirá una insuficiencia renal progresiva y permanente, hemólisis

grave y recurrente, trombocitopenia y alteraciones neurológicas.

Entre las anomalías hematológicas se encuentran la hemóli-

sis y la trombocitopenia. La hemólisis a menudo produce hiperbi-

lirrubinemia y, a pesar de la reticulocitosis, anemia grave con

concentraciones de hemoglobina de tan sólo 4 a 5g/dl. La trombo-

citopenia está causada por la destrucción de plaquetas y por su

secuestro en el hígado y el baz

o 174

. El resto de las plaquetas muestran

trastornos en su agregació

n 175

. La coagulación intravascular disemi-

nada (CID) es relativamente frecuente. El daño capilar endotelial

glomerular es el hallazgo renal más constante en el SHU. La insufi-

ciencia renal aguda con oliguria o anuria suele durar menos de una

semana, pero puede alargarse hasta más de 10 semana

s 176

. Pueden

predominar el daño glomerular, el arterial, o ambos, dependiendo

de la presencia y extensión de la insuficiencia renal (daño glomeru-

lar) y de la hemólisis y la hipertensión (daño arterial). Las altera-

ciones del SNC se manifiestan en forma de reducción del nivel de

conciencia, convulsiones, irritabilidad, ataxia, hipotonía, hemipare-

sia, hiperreflexia y alucinaciones. Las complicaciones del SNC

pueden deberse a la hipertensión grave, a las alteraciones electrolí-

ticas, a microtrombos o a edema cerebral y elevación de la PI

C 177

.

Los calambres abdominales son frecuentes y puede ser difícil dife-

renciarlos de invaginaciones, estenosis o perforaciones intestinales,

gangrena del colon u otras urgencias quirúrgica

s 178

. Son comunes

las pancreatitis en pacientes con SHU. Puede aparecer ICC como

resultado de la sobrecarga de volumen, la hipertensión, la anemia o

la depresión miocárdica secundarias a las endotoxinas circulantes.

El tratamiento es principalmente de soporte, prestando una

atención meticulosa a la situación del volumen, al equilibrio electro-

lítico y acidobásico, a la nutrición, a evitar la sepsis y al tratamiento

de la hipertensión y de las coagulopatías. Es obligado el aislamiento entérico para prevenir la diseminación secundaria de la enferme-

dad. Para el tratamiento de estos pacientes es importante mantener

unos buenos registros de entradas y pérdidas de líquidos y controlar

el peso y el estado de volumen. Se puede utilizar un catéter venoso

central para medir la PVC, obtener muestras de sangre y para la

administración de medicación intravenosa y la nutrición. Deben

evitarse en lo posible los fármacos nefrotóxicos; si se administran

deben ajustarse las dosis y monitorizarse estrechamente los niveles

séricos. Se deben restringir los líquidos diarios para sólo reemplazar

las pérdidas insensibles, la orina producida y cualquier otra pérdida.

Se deben emplear líquidos que reflejen el contenido electrolítico de

las pérdidas. El aporte calórico es esencial. Es preferible la alimenta-

ción enteral, pero el desarrollo de íleo paralítico hace necesaria a

menudo la parenteral. Los fármacos antidiarreicos prolongan la

duración de la colitis, y los antibióticos pueden aumentar el riesgo

de desarrollo de un SH

U 179,180 .

Hasta la fecha ningún tratamiento ha

demostrado ser eficaz. La heparina, los fármacos fibrinolíticos, la

aspirina, el dipiridamol, los corticoides, la vitamina E y la furosemida

no modifican la evolución del SH

U 181

. El tratamiento con inmuno-

globulinas, la plasmaféresis y las infusiones de plasma fresco conge-

lado han ofrecido resultados variables, pero no se ha podido

demostrar ningún beneficio terapéutico a largo plazo.

La diálisis, la mejora de la nutrición y los cuidados de soporte

han logrado reducir la tasa de mortalidad de un 100% en las des-

cripciones originales a menos de un 10% en los últimos 30 años. Las

tasas de mortalidad en los países en desarrollo y en niños con pre-

disposición genética para el desarrollo de SHU siguen siendo altas.

La técnica de la diálisis peritoneal incluye la colocación de

un catéter blando con múltiples orificios en la cavidad peritoneal.

Una vez confirmada la permeabilidad del catéter, se infunde una

solución de diálisis en la cavidad peritoneal, donde entra en equili-

brio con el plasma y con los líquidos extracelulares, utilizando las

superficies parietal y visceral como membranas semipermeables de

diálisis. La composición del líquido de diálisis es similar a la del

plasma, con más o menos 130mEq/l de sodio, 100mEq/l de cloro,

35mEq/l de acetato o lactato como tampón, 3,5mEq/l de calcio y

1,5mEq/l de magnesio. La concentración de glucosa de la solución

puede ser isosmolar o hiperosmolar. Esta última concentración

permite eliminar líquido y electrólitos. La aparición de compromiso

respiratorio durante la diálisis peritoneal es debida al aumento de la

presión abdominal causada por la permanencia del líquido de diá-

lisis en el abdomen, lo que puede impedir la ventilación espontánea

efectiva. En estos casos puede ser necesaria la ventilación mecánica.

La peritonitis por agentes bacterianos o fúngicos es común. La

deshidratación grave, el colapso circulatorio y los trastornos meta-

bólicos son otras complicaciones de la diálisis peritoneal. Los prin-

cipios de la hemodiálisis son esencialmente los mismos que los de

la diálisis peritoneal, pero con el compartimento hemático interac-

tuando con una membrana semipermeable en lugar de hacerlo con

el peritoneo. La hemodiálisis es más eficaz que la diálisis peritoneal

y por ello más apropiada en el contexto agudo. La hemofiltración y

la ultrafiltración son procesos extracorpóreos en los que la sangre

es limpiada mediante el transporte convectivo de solutos. En este

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Anestesia pediátrica

V