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Desarrollo del hígado

El hígado comienza siendo una excrecencia del ectodermo del

intestino anterior fetal hacia las 3 semanas de gestación. Durante el

período de vida fetal, es relativamente de gran tamaño en compa-

ración con el del adulto. Aunque el feto se sirve del hígado materno

y de la placenta para la desintoxicación y la función excretora en el

útero, el hígado fetal es necesario para la supervivencia tanto pre-

natal como posnatal. Ya a las 10-12 semanas de gestación, el hígado

fetal se ve implicado en la regulación de la glucosa, la síntesis de

proteínas y de lípidos y el metabolismo de algunos fármacos.

El glucógeno hepático fetal almacenado es aproximadamente

tres veces el del adulto, pero se libera casi por completo a las pocas horas

del nacimiento para compensar la interrupción del suministro placen-

tario de nutriente

s 196 .

Al recién nacido le lleva varias semanas restaurar

los depósitos hepáticos de glucógeno, lo que hace que el lactante tenga

riesgo de desarrollar hipoglucemia durante este período vulnerable.

Malformaciones congénitas

Durante los primeros días de vida se suelen diagnosticar las grandes

malformaciones anatómicas. Algunas son evidentes en la explora-

ción física inicial, como el onfalocele, la gastrosquisis, las hernias

diafragmáticas y el ano imperforado. Otras se manifiestan en los

primeros días de vida en forma de fracaso de la alimentación enteral,

atresia intestinal, microcolon, fístulas traqueoesofágicas o íleomeco-

nial. Ciertas malformaciones representan difíciles dilemas para el

diagnóstico y el tratamiento tras el período neonatal. En las siguien-

tes secciones se comentan los problemas clínicos específicos.

Malrotación intestinal y vólvulos del intestino

embrionario medio

La malrotación del intestino se relaciona con la rotación incompleta

del intestino medio fetal cuando emigra hacia la cavidad abdominal.

Esta rotación anormal puede llevar a una obstrucción duodenal

parcial o completa mediante bandas peritoneales (de Ladd) o, lo que

es más significativo, a vólvulos del intestino medio. El intestino

embrionario medio (del duodeno hasta el colon transverso) y su

soporte vascular cuelgan de un único pedículo; si éste sufre una

torsión, se puede producir un infarto vascular de todo el intestino

embrionario medio. Los lactantes con onfalocele suelen tener aso-

ciada casi siempre una malrotación intestinal. Los niños y lactantes

sintomáticos suelen presentar signos de obstrucción intestinal alta

(vómitos biliares) o de abdomen agudo, perforación intestinal y

sepsis. El tratamiento consiste en la reducción y fijación quirúrgica

del vólvulo, con resección del intestino no viable. Amenudo se nece-

sita soporte respiratorio y nutrición parenteral total en el postopera-

torio en los lactantes con un compromiso grave antes de la cirugía.

Divertículo de Meckel

El divertículo de Meckel representa la persistencia del conducto

onfalomesentérico o vitelino y se manifiesta desde el punto de vista

clínico como causa de hemorragia indolora del tracto GI bajo. Los

puntos de la hemorragia son ulceraciones de la mucosa intestinal

provocadas por la secreción de ácidos gástricos. Aunque estas

hemorragias suelen ser autolimitadas, se han descrito algunas

masivas y potencialmente mortale

s 197 .

El diagnóstico es a menudo

de exclusión y puede resultar difícil de alcanzar. Las gammagrafías

con el isótopo pertecnetato de tecnecio ponen de manifiesto la

existencia de mucosa gástrica en el divertículo. El tratamiento es de

soporte y se debe prestar especial atención a la reposición de sangre.

El tratamiento definitivo consiste en la resección quirúrgica.

Enfermedad de Hirschsprung

La enfermedad de Hirschsprung (megacolon agangliónico congénito)

se caracteriza por la ausencia de células de ganglios parasimpáticos

en el recto y el colon, y en ocasiones en el intestino delgad

o 198 .

La falta

de estas células ganglionares da lugar a un intestino distal estrechado

y a la distensión del intestino proximal normal. Los síntomas clínicos

pueden ser relativamente leves, con distensión abdominal y retención

de heces, o graves, con megacolon tóxico, peritonitis y perforación

intestinal. El megacolon tóxico suele manifestarse en niños más

pequeños; las tasas de mortalidad descritas alcanzan el 75%.

El diagnóstico de la enfermedad de Hirschsprung puede reali-

zarse a veces en base a la historia y a la exploración física. Los enemas

baritados pueden mostrar un segmento estrechado con hinchazón de

la porción proximal del intestino. El diagnóstico definitivo se establece

mediante biopsia rectal y/o colónica, donde se observa la ausencia

de células ganglionares. El tratamiento del megacolon tóxico es tanto de

soporte (reexpansión de volumen y cobertura antibiótica) como defini-

tivo (descompresión quirúrgica, creando una colostomía).

Otros trastornos intestinales

Los trastornos intestinales pueden provocar hemorragias, obstruc-

ción o inflamación, con problemas secundarios de malabsorción y

perforación intestinal. Las hemorragias GI en los niños se deben a

enfermedades inflamatorias (gastritis), úlceras, varices o malforma-

ciones vasculares. Aunque la enfermedad ulcerosa es un problema

inicial infrecuente en pacientes pediátricos, en los pacientes grave-

mente enfermos pueden producirse úlceras o gastritis de estrés. Se

debe considerar la profilaxis con antiácidos o antagonistas H

2

. Como

resultado de invaginaciones, torsión del intestino alrededor de

bridas congénitas o posquirúrgicas o del intestino sobre sí mismo

(vólvulo) se puede producir una obstrucción intestinal. Las invagi-

naciones son relativamente frecuentes en la edad pediátrica y se

suelen producir en la porción distal del íleon. Sólo en un pequeño

porcentaje de los casos se puede identificar un origen, por ejemplo

un pólipo o una zona de edema localizado (como se observa en la

púrpura de Schönlein-Henoch). El tratamiento de las invaginacio-

nes puede ser quirúrgico, pero, en pacientes sin evidencias de necro-

sis intestinal, muchas lesiones pueden descomprimirse con éxito

mediante la manipulación cuidadosa con bario, aire o enemas

salino

s 199

. Las enfermedades inflamatorias intestinales comprenden

la enfermedad de Crohn y las enteritis regionale

s 200

. Entre los micro-

organismos que han de tenerse en cuenta se encuentran

Salmonella,

Shigella

y

Yersinia

. Estos pacientes a menudo presentan diarrea,

malabsorción (especialmente intolerancia a la lactosa) y diarrea san-

guinolenta. Pueden mostrar también un abdomen agudo tóxico.

Enterocolitis necrosante

La enterocolitis necrosante (ECN) es una enfermedad neonatal a

menudo fulminante que se caracteriza por la ulceración y necrosis

del intestino delgado y del colon. Su causa no se conoce pero pro-

bablemente sea multifactorial. El principal factor de riesgo para

sufrir este trastorno es la prematuridad, y al parecer implica una

combinación de isquemia intestinal, alimentación por vía oral y

organismos patógenos. Los catéteres colocados en la arteria umbi-

lical, la asfixia perinatal, el síndrome de dificultad respiratoria y la

persistencia del ductus arterioso han sido todos ellos factores

implicado

s 201 .

La incidencia de la ECN está aumentando, con un

porcentaje del 1 al 5% de los lactantes en las UCI neonatales afec-

tados. Los signos iniciales más frecuentes son intolerancia alimen-

ticia, distensión abdominal y heces sanguinolentas. A continuación

puede producirse una obstrucción intestinal, perforación y sepsis.

El tratamiento consiste en la suspensión de la nutrición enteral, la

descompresión con sonda nasogástrica, la administración de líqui-

dos por vía intravenosa, el soporte hemodinámico, la administra-

ción de antibióticos adecuados y la exploración quirúrgica si hay

datos de abdomen agudo con aire libre. El drenaje peritoneal puede

resultar útil en los niños con muy bajo peso al nacer y en aquellos

en situación muy crític

a 202 .

A menudo es preciso mantener una

alimentación parenteral total durante varias semanas, y es posible

Cuidados intensivos pediátricos y neonatales

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Sección V

Anestesia pediátrica

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