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a la luz y de reflejos corneales, oculocefálicos, oculovestibulares,

orofaríngeos y respiratorios.

La irreversibilidad de la muerte cerebral puede determinarse

cuando la causa del coma es suficiente para explicar la pérdida de

función cerebral y cuando se excluye la posibilidad de recuperación

mediante observación clínica y/o pruebas complementarias. Las

pruebas complementarias que deben considerarse son análisis de

sangre y orina en busca de sustancias tóxicas, EEG, gammagrafías

cerebrales, angiografías cerebrales y potenciales evocados del

tronco encefálico. Estas pruebas de laboratorio son complementa-

rias a la historia clínica y la exploración física. Se debe descartar

cualquier factor que pueda simular los criterios clínicos o de labo-

ratorio de ausencia de función cerebral (temperatura central

<

30 °C y niveles elevados de barbitúricos en sangre). Tanto la hipo-

termia como la presencia de barbitúricos pueden deprimir de

forma significativa la actividad eléctrica en el cerebro, dando como

resultado un EEG que no se pueda interpretar. En estos casos, re­

sultan útiles las angiografías isotópicas con tecnecio 99m (Tc

99m

),

que demostrarán la presencia o la ausencia de flujo sanguíneo

cerebral. Los pacientes con muerte cerebral no tienen flujo en las

arterias cerebrales anterior y media ni flujo venoso en el seno

longitudinal; el flujo sanguíneo a los tejidos extracerebrales suele

estar conservado. Este estudio es independiente de la temperatura

central del paciente o del nivel de barbitúricos. Antes de interrum-

pir las medidas de soporte, resulta útil que concurran al menos dos

médicos en el diagnóstico clínico o mediante pruebas complemen-

tarias de muerte cerebral, o en ambos. Todas las pruebas de la

muerte cerebral y las discusiones relacionadas deben documen-

tarse con claridad en la historia clínica del paciente.

Siempre que se declara la muerte cerebral de un enfermo, se

debe comentar a la familia la posibilidad de la donación de órganos.

La donación de tejidos (p. ej., oculares y válvulas cardíacas) también

es posible tras la muerte. Las agencias regionales de aprovisiona-

miento pueden facilitar protocolos y apoyo al personal de la UCI,

así como a las familias.

Sistema renal

Desarrollo estructural y funcional

del sistema excretor

El desarrollo embriológico del sistema renal comienza hacia la mitad

de la tercera semana de la gestación, con la aparición del túbulo

pronefrítico. Hacia la semana 10 de la gestación, existe un riñón y

un sistema colector funcionantes y la orina del feto es eliminada a

la vejiga. Entre las 32 y las 36 semanas de gestación está presente

la dotación completa de nefronas de cada riñón. La

tabla 74-9

presenta los valores normales de la función renal pediátrica.

Desarrollo funcional del riñón

Como la placenta es el principal órgano excretor del feto, el creci-

miento renal no es dirigido por requerimientos funcionales. El

crecimiento renal en el tercer trimestre aumenta de forma lineal

con el peso y la superficie corporales. La tasa de filtrado glomerular

(FG) aumenta con rapidez desde la semana 28 a la 35 de la gesta-

ción. En los nacidos a término, el FG es de 10ml/min/m

2

, y aumenta

hasta los 20ml/min/m

2

hacia las 2 semanas de vida. Aunque el FG

es menor en los lactantes prematuros, el ritmo de aumento es el

mismo que en los nacidos a términ

o 162 .

Las funciones tubulares no

se encuentran completamente maduras en los recién nacidos a

término. El riñón del neonato es sensible a la hormona antidiuré-

tica (ADH) y a la vasopresina, pero la osmolaridad de la orina

puede variar desde sólo 50 hasta 780mOsm/

l 163 .

La función tubular

de los lactantes prematuros es menos madura.

El umbral renal para el bicarbonato en el neonato se acerca

a 20mEq/l, lo que significa que los normogramas acidobásicos

habituales no pueden aplicarse a los lactantes, ya que su concentra-

ción de bicarbonato sérico de 20mEq/l no indica acidosis metabó-

lica. El umbral tubular renal para la glucosa se encuentra a niveles

de adulto en los lactantes a término, pero en los lactantes prematu-

ros es tan sólo de 125-150mg/dl. Los lactantes a término poseen

una excreción fraccionada de sodio del 1% o menor hacia el tercer

día de vida. La excreción fraccionada de sodio puede ser mucho

mayor (5%) en lactantes prematuro

s 164

. Los niveles de renina, angio-

tensina y aldosterona se encuentran elevados en el recién nacido y

se reducen a lo largo de las primeras semanas de vida. La

tabla 74-9

presenta los valores normales de la función renal pediátric

a 165

.

Insuficiencia renal

La insuficiencia renal aguda se define como la pérdida brusca y a

menudo temporal de función renal

(v. caps. 55 y 57)

. La oliguria es

la regla, la poliuria la excepción y la anuria resulta infrecuente. El

volumen y la composición urinarios se ven alterados y con frecuencia

se asocian trastornos de los líquidos, los electrólitos y acidobásicos.

El tratamiento va encaminado al mantenimiento de una homeostasis

normal del metabolismo y de los líquidos, manteniendo la nutrición

y con paciencia. La insuficiencia renal aguda puede estar causada por

trastornos prerrenales, posrenales (obstructivos) o renales intrínse-

cos. Las causas prerrenales se relacionan con la disminución del flujo

sanguíneo. La reducción del gasto cardíaco o del flujo sanguíneo

renal son causas frecuentes de disminución de la producción de orina

y acaban causando azoemia y daño renal isquémico. La adecuación

del volumen sanguíneo circulante se valora mediante la PVC y la

determinación del gasto cardíaco y la evaluación del flujo sanguíneo

renal mediante estudios de flujo con Doppler o mediante técnicas de

medicina nuclear. Estos estudios resultan útiles a la hora de distinguir

las causas prerrenales de las renales de azoemia, pero pueden ser

difíciles de realizar en los neonatos enfermos.

La obstrucción posrenal del flujo de orina puede ocurrir en

cualquier lugar del sistema colector, pero es más frecuente en forma

de obstrucción parcial a nivel del cuello de la vejiga o en la unión

ureterovesical o ureteropélvica. Todas estasmalformaciones pueden

provocar una nefropatía obstructiva y daño renal o insuficiencia

renal. Los signos de obstrucción pueden ser sutiles y precisar de

una evaluación radiológica, ecográfica o endoscópica. Las infeccio-

nes recurrentes del tracto urinario son con frecuencia la manifes-

tación clínica de lesiones obstructiva

s 166 .

La insuficiencia renal intrínseca puede deberse a trastornos

de los glomérulos renales, de los túbulos o de los vasos sanguíneos.

Entre las enfermedades glomerulares se encuentran el síndrome

hemolítico-urémico (SHU), la glomerulonefritis postestreptocó-

cica, la púrpura de Schönlein-Henoch y otras enfermedades infla-

matorias y por inmunocomplejos. La lesión tubular aguda está

Cuidados intensivos pediátricos y neonatales

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Sección V

Anestesia pediátrica

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Tabla 74-9

 Valores normales de la función renal pediátrica

Edad

Valor

Creatinina (mg/dl)

1 año

10 años

18 años

0,41±0,1

0,61±0,22

0,91±0,17

Filtrado glomerular

(ml/min/1,72 m

2

)

2-8 días

6-12 meses

2-12 años

39 (rango, 17-60)

103 (rango, 49-157)

127 (rango, 89-165)

Concentración de la

orina (mOsm/l)

1 mes

2-16 meses

600-1.100

1.089 (rango, 870-1.309)

Modificada de Goldsmith DI: Clinical and laboratory evaluation of renal function.

En

Edelman CM Jr (ed.):

Pediatric Kidney Disease

. Boston, Little, Brown, 1978, pág. 213.