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casos de colestasis intrahepática, depósitos excesivos de grasa y de

glucógeno y resultados elevados en las pruebas de función hepática.

Entre otros estudios metabólicos, se deben realizar de modo ruti-

nario analíticas de electrólitos, glucosa, nitrógeno ureico en sangre

y creatinina, así como de amoníaco. Con menor frecuencia, pero

también de forma regular, se han de medir los niveles de proteínas

totales, la albúmina, la hemoglobina y los triglicérido

s 214 .

Pronóstico

Las probabilidades de supervivencia de un niño dependen de una

ingesta nutricional adecuada. Los lactantes con un tracto GI no

funcionante pueden sobrevivir con nutrición parenteral total

durante años, pero se trata claramente de una medida provisio-

na

l 215 .

El riesgo de complicaciones de la canulación de una vía

central aumenta con el tiempo, y los accesos vasculares en los niños

van quedando cada vez más limitados según se utilizan.

Hematología

Entre las urgencias hematológicas que pueden surgir en la UCI se

encuentran las alteraciones de la coagulación, de la inmunidad y

de la masa de eritrocitos. Estas anomalías pueden ser defectos

aislados primarios o ser secundarias a un fracaso multiorgánico

sistémico. El sistema inmunológico se analiza en la sección de

enfermedades infecciosas.

Sistema de la coagulación

La coagulación normal conlleva una fase inicial de formación de

un tapón hemostático de plaquetas y un segundo estadio de pro-

ducción de fibrina (vía intrínseca o extrínseca)

( fig. 74-2 )

. Para que

tengan lugar las dos fases son esenciales las plaquetas, los factores

de la coagulación y un vaso sanguíneo intact

o 216,217 .

Los neonatos

padecen una serie de trastornos de la coagulación medibles que

rara vez se asocian a manifestaciones clínicas. Los lactantes a

término y la mayoría de los prematuros muestran una interacción

normal entre plaquetas y vasos, pero la agregación plaquetaria se

encuentra alterada de forma transitoria. Además, muchos factores

de la coagulación se encuentran reducidos en concentración o acti-

vidad en el feto y en el recién nacido. Los factores más importantes

son los dependientes de la vitamina K: factores II, VII, IX y X. Éstos

se encuentran bajos al nacer y caen a unos niveles aún menores en

la primera semana de vida a menos que se administre vitamina K.

Los factores V y VIII se encuentran cercanos a los niveles del adulto

salvo en los lactantes más prematuros. Aunque las pruebas habitua-

les de estudio de la actividad de la coagulación se encuentran pro-

longadas en lactantes, la sangre de los recién nacidos se coagula más

rápido in vitro por la deficiencia de inhibidores naturales de la

proteasa, en especial de antitrombina II

I 216 .

Diagnóstico de los trastornos hemostáticos

Los trastornos de la coagulación se diagnostican por la anamnesis,

la exploración física y los datos de laboratorio. Es necesario buscar

cualquier antecedente de hemorragia, hematomas, ingestión de fár-

macos, enfermedades asociadas o antecedentes familiares de hemo-

rragias. Hay que explorar al paciente meticulosamente para descartar

petequias o hematomas, hemorragias gingivales o hepatoesplenome-

galia. Hay que observar las zonas de hemorragia o venopunción en

busca de coágulos frescos o de goteo de sangre. Las pruebas de labo-

ratorio para la evaluación del TTP, del TP, del tiempo de trombina,

del recuento de plaquetas y de los tiempos de hemorragia aportan

información valiosa sobre la naturaleza del defecto hemostático.

Trastornos específicos de la coagulación

Trastornos congénitos

Se han descrito deficiencias hereditarias de la mayoría de los fac-

tores de coagulación, pero la hemofilia clásica (factor VIII) y la

enfermedad de Christmas (factor IX) suponen la mayoría de los

casos (v. cap. 25). Desde que se dispone de los tratamientos moder-

nos de reposición de los factores de coagulación, estos trastornos

sólo en raras ocasiones provocan hemorragias potencialmente

mortales que hacen preciso el ingreso en la UC

I 218 .

D

eficiencia

de

factor

viii

o

hemofilia

A.

Se transmite

mediante herencia recesiva ligada al X y se da en 1 de cada 10.000

lactantes varone

s 219 .

La gravedad de la enfermedad clínica viene

determinada por la cantidad de factor circulante: la afección es gra-

ve cuando se asocia con menos de un 1% de los niveles normales,

moderadamente grave cuando dichos niveles son del 1 al 5% y muy

leve con un porcentaje del 5 al 30% de los valores normales. Los

puntos más frecuentes de hemorragia son los espacios articulares,

pero ésta se puede producir también en la cavidad peritoneal, el

tracto GI, el músculo, la piel o el SNC. Los traumatismos graves o

la cirugía pueden provocar hemorragias extensas. Se llega al diag-

nóstico demostrando la presencia de un TTP elevado y de niveles

reducidos de factor VIII. El tratamiento requiere la administración

de factor VIII derivado del plasma o proteínas recombinantes.

E

nfermedad

de

von

W

illebrand

.

Esta enfermedad se

produce casi con tanta frecuencia como la hemofilia A y se trans-

mite a ambos sexos mediante herencia autosómica dominante. El

factor de von Willebrand (vWF) es una glucoproteína multimérica

producida por los megacariocitos y las células endoteliales. El vWF

se adhiere a la matriz subendotelial tras las lesiones vasculares.

Cambia su conformación y hace que las plaquetas se unan y activen.

La enfermedad de von Willebrand se clasifica en tres tipos. El tipo I

consiste en una reducción cuantitativa del vWF normal y supone

el 85% de los casos. En el tipo II el vWF es anómalo desde el punto

de vista cualitativo y en el tipo III no existe vWF. Los problemas

clínicos más frecuentes son las hemorragias de la piel y de las mem-

branas mucosas, especialmente epistaxis y menorragias. El TTP y

el tiempo de hemorragia se encuentran prolongados en este tras-

2448

Anestesia pediátrica

V

Figura 74-2

 Esquema de la coagulación sanguínea. El sufijo «a» denota el factor

activado con la actividad enzimática. HMWK, cininógeno de alto peso molecular;

PK, precalicreína.

(Modificada de Hathaway WE: Hemostasis. En Rudolph AM [ed.]:

Pediatrics

, 17.

a

ed. East Norwalk, CT, Appleton-Century-Crofts, 1982, pág. 1110.)