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(urológico o ginecológico) con el fin de descartar una obstrucción

anatómica o una alteración de los uréteres, vejiga o uretra.

Oliguria

Depleción de volumen intravascular

La causa más frecuente de oliguria en el postoperatorio inmediato

es la depleción de volumen intravascular. En este caso, una carga

de líquido (500 a 1.000ml de cristaloides) suele ser suficiente para

recuperar el gasto urinario. Se debe extraer un hematocrito cuando

se sospecha pérdida sanguínea y suelen ser necesario bolos repeti-

dos de volumen para mantener el gasto urinario. La recuperación

con volumen para maximizar la perfusión renal es especialmente

importante para prevenir el daño isquémico y el desarrollo de

necrosis tubular aguda.

La perfusión renal puede ser alterada por múltiples causas

perioperatorias. La angiografía preoperatoria o intraoperatoria

puede producir daño isquémico secundario a vasoconstricción

renal y daño tubular renal directo. La depleción de volumen perio-

peratorio puede exacerbar un síndrome hepatorrenal o una necro-

sis tubular aguda secundaria a la sepsis. El procedimientoquirúrgico

en sí mismo puede alterar la función vascular renal, disminuyendo

la perfusión renal. Finalmente, la presión intraabdominal aumen-

tada puede alterar la perfusión renal.

Si los bolos de volumen están contraindicados o persiste la

oliguria, está indicado determinar el volumen intravascular y la

función cardíaca para diferenciar la hipovolemia de la sepsis y de

estados de bajo gasto cardíaco. La excreción fraccionada de sodio

puede servir para determinar la perfusión renal (asumiendo que

no se han administrado diuréticos al paciente), pero el diagnóstico

de azotemia prerrenal no diferenciará entre hipovolemia, fallo

cardíaco congestivo o síndrome hepatorrenal. La monitorización

con presión venosa central, ecocardiograma, o ambos, pueden

facilitar el diagnóstico diferencial.

Retención urinaria postoperatoria

La retención urinaria postoperatoria puede producir globo vesical

y daño permanente del detrusor. La ecografía se puede utilizar para

medir el volumen vesical e identificar la retención urinaria en la

URP

A 88 .

Keita y cols. utilizaron esta técnica en 313 pacientes para

identificar pacientes de alto riesgo midiendo el volumen vesical al

ingreso y antes del alta de la URPA. Recopilaron datos de edad,

sexo, antecedentes de retención urinaria, administración intraope-

ratoria de anticolinérgicos, cantidad de fluidos administrados y uso

de morfina intravenosa. Definieron la retención urinaria como un

volumen vesical mayor de 600ml junto con una incapacidad de

vaciarlo en 30 minutos. En este estudio, la incidencia de retención

urinaria en la URPA fue del 16%. El factor predictivo más signifi-

cativo fue una edad

>

50 años, más de 750ml de fluido intra­

operatorio, y un volumen vesical al ingreso en URPA de más de

270 ml

89 .

Este estudio defiende el uso de la ecografía en pacientes

de alto riesgo para identificar una posible retención urinaria.

Nefropatía por contraste

La angiografía con colocación de un stent intravascular está sus­

tituyendo a los procedimientos quirúrgicos abiertos para el trata-

miento de la estenosis carotídea, el aneurisma aórtico y la en­

fermedad vascular periférica. En consecuencia, la nefropatía por

contraste se incluye cada vez más en el diagnóstico diferencial de

la disfunción renal postoperatoria. Está indicada una adecuada

hidratación perioperatoria en todos aquellos pacientes que hayan

recibido cualquier contraste intravenoso. La hidratación agresiva

con suero salino normal proporciona la medida protectora aislada

más eficaz contra la nefropatía por contraste. Se ha observado que

la alcalinización de la orina con bicarbonato sódico proporciona

una protección adicional

90 .

Si se utiliza bicarbonato para la protec-

ción renal, se debe administrar 154mEq/l a un ritmo de 3ml/kg/h

durante la primera hora de la inyección del contraste, seguido de

1ml/kg/h durante las siguientes 6 hora

s 90 .

El Mucomyst es un

fármaco que se administra fácilmente, es relativamente barato (una

dosis oral antes y después del procedimiento) y, además, propor-

ciona protección

91 .

Aunque un gran número de estudios apoyan la

eficacia del Mucomyst, un metaanálisis no confirma de manera

firme su utilida

d 92,93

.

Hipertensión intraabdominal

Se debe considerar la presencia de hipertensión intraabdominal en

todo aquel paciente oligúrico con un abdomen a tensión tras una

cirugía abdominal. Una presión intraabdominal de

>

30 cmH

2

0

altera la perfusión renal, y produce isquemia renal e insuficiencia

renal postoperatoria. En un estudio prospectivo con pacientes

operados de cirugía mayor abdominal se halló que el 40% de los

pacientes que desarrollaron insuficiencia renal tenía hipertensión

intraabdominal. En este estudio, la alteración renal postoperatoria

se asoció de manera independiente a cuatro factores: hipotensión,

sepsis, edad avanzada y presión intraabdominal alt

a 94 .

Hay que

medir la presión vesical en aquellos pacientes en los que se sos-

pecha hipertensión intraabdominal para así poder iniciar un tra-

tamiento precoz, aliviar la presión intraabdominal y restaurar la

perfusión renal.

Rabdomiólisis

La rabdomiólisis puede complicar la evolución postoperatoria de

pacientes que han sufrido un accidente grave o lesiones por que-

maduras. La incidencia también está aumentando en pacientes

obesos que se someten a cirugía bariátrica. La rabdomiólisis se

ha descrito en hasta un 22,7% de 66 pacientes que se sometieron

a una cirugía bariátrica por laparoscopi

a 95-97 .

Los factores de

riesgo incluyen un índice de masa corporal (IMC) elevado y el

tiempo quirúrgico. Los antecedentes del paciente y la evolución

de la intervención debe ayudar a decidir si se mide o no la

2486

Cuidados postoperatorios

VI

Tabla 75-11

 Oliguria postoperatoria

Prerrenal

Hipovolemia (sangrado, sepsis, pérdidas a un tercer espacio e inadecuada

reposición de volumen)

Síndrome hepatorrenal

Bajo gasto cardíaco

Obstrucción o alteración vascular renal

Hipertensión intraabdominal

Renal

Isquemia (necrosis tubular aguda)

Contraste radiológico

Rabdomiólisis

Lisis tumoral

Hemólisis

Posrenal

Daño quirúrgico a los uréteres

Obstrucción de los uréteres con coágulos o cálculos

Mecánica (malposición u obstrucción de la sonda urinaria)