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la dexmetomidin

a 130,131 ,

el fentanil

o 132,133 ,

el ketorolac

o 134

y la fisioes-

tigmin

a 135

. En niños, el ansiolítico preoperatorio que más se utiliza

es el midazolam, si bien éste presenta datos contradictorios. Aunque

el midazolam se asocia generalmente a una disminución de la inci-

dencia y duración del delirio postoperatorio, no todos los estudios

están de acuerdo. En los estudios en los que no se ha demostrado

el beneficio de este fármaco, no queda claro si el midazolam es un

factor independiente o meramente un reflejo de otras variables

preoperatoria

s 136

.

La incidencia de la confusión postoperatoria en adultos es

significativamente menor que en niños. Se estima que oscila entre

el 3% y el 4,7

% 137 .

Un estudio halló factores de riesgo relacionados

con la anestesia y la cirugía, entre los que se incluían medicación

preoperatoria con midazolam (OR 1,9), cirugía de mama (OR

5,190), cirugía abdominal (OR 3,206) y, en menor medida, el

tiempo quirúrgic

o 137 .

Retraso en el despertar

Incluso tras una cirugía y anestesia prolongadas debe producirse

una respuesta a estímulos a los 60-90 minuto

s 138

. Cuando se

produce un retraso en el despertar, es importante evaluar los signos

vitales (presión arterial sistémica, oxigenación arterial, ECG y tem-

peratura corporal) y realizar un examen neurológico (los pacientes

pueden estar hiperrefléxicos en el postoperatorio inmediato). La

pulsioximetría, los gases arteriales y el pH pueden detectar pro-

blemas en la oxigenación y en la ventilación. Pueden hacerse otras

analíticas para evaluar posibles alteraciones electrolíticas y tras-

tornos metabólicos (glucemia).

La sedación residual por fármacos anestésicos es la causa

más frecuente de retraso en el despertar en la URPA. Si los efectos

residuales de los opioides son una causa posible de retraso en el

despertar, hay que administrar naloxona de manera cuidadosa,

titulando la dosis (incrementos de 20-40

m

g en pacientes adultos),

teniendo en cuenta que este tratamiento antagoniza la analgesia

inducida por opioides. La fisioestigmina puede también ser de

utilidad para revertir los efectos sedantes en el sistema nervioso

central de fármacos anticolinérgicos (sobre todo de la escopola-

mina). El flumazenilo es un antagonista específico de los efectos

residuales de las benzodiazepinas. En ausencia de efectos farmaco-

lógicos que expliquen el retraso en el despertar, es importante

considerar otras causas, como la hipotermia (

<

33 °C), la hipoglu-

cemia y la presión intracraneal elevada. La tomografía computari-

zada puede estar indicada en pacientes en los que se sospeche un

retraso en el despertar de causa neurológica. Si la hipoglucemia es

una posibilidad, se debe medir la glucemia, al igual que en el caso

de pacientes con diabetes mellitus insulina-dependiente conocidos.

El bloqueo neuromuscular también puede ser una causa de retraso

en el despertar. La confirmación con estimulación de nervio peri-

férico y la administración de sugammadex deben corregir esta

situación.

Criterios de alta

Aunque los criterios específicos de alta en la URPA pueden variar,

se pueden aplicar ciertos principios generales

( tabla 75-13 ) 2 .

Para

resumir se puede decir que no es necesario cumplir una estancia

mínima en la URPA. Los pacientes deben ser observados hasta

que pase el riesgo de depresión ventilatoria y su estado mental

vuelva a la normalidad. Los criterios hemodinámicos deben ser

adaptados a cada paciente sin tener unos requisitos de valores de

presión sanguínea y frecuencia cardíaca determinados. Una valo-

ración y documentación por escrito de la función nerviosa peri-

férica al alta de la URPA pueden ser útiles para el caso de que el

paciente desarrolle una neuropatía periférica en el postoperatorio

tardío.

Sistemas de puntuación postanestesia

En 1970, Aldrete y Kroulik desarrollaron un sistema de puntua-

ción postanestesia para monitorizar la recuperación de la anes-

tesia. El sistema original de Aldrete asigna un número de 0, 1 o 2

a cinco variables: actividad, respiración, circulación, nivel de cons-

ciencia y color. Una puntuación de 9 o 10 se consideraba adecuada

para dar el alta de la URP

A 139 .

A lo largo de los años, este sistema

ha sido modificado para ir a la par con los avances tecnológicos y

la práctica anestésica, incluyéndose la expansión de la cirugía

ambulatoria. En 1995, la pulsioximetría reemplazó la evaluación

visual de la oxigenación y se añadieron valoraciones adicionales

para adaptarse a los pacientes de cirugía ambulatoria

( tablas 75-14 y 75-15 ) 140 .

Con el incremento del número y de la complejidad de las

cirugías ambulatorias, los criterios de alta han sido corregidos por

varios autores para incluir la cercanía del domicilio. El PADSS

resultante, o lo que es lo mismo, el sistema de puntuación de alta

postanestesia, sigue evolucionando. En un principio se basó en

cinco criterios: signos vitales, deambulación y estado mental, dolor

y náuseas y vómitos, sangrado quirúrgico, e ingesta/eliminación

de líquidos. La versión actual ha sido modificada para separar

dolor y náuseas/vómitos, así como para eliminar la necesidad de

orinar antes de recibir el alt

a 141-145 .

En el contexto de la cirugía

ambulatoria, el dolor postoperatorio es la causa más frecuente de

retraso en el alta y de ingreso hospitalario no planificado

(v. cap. 68)

.

En un intento de mejorar el grado de satisfacción del paciente

y ajustar el alta del paciente, Chung y cols. identificaron un sub­

grupo de pacientes de alto riesgo que se pueden beneficiar de

tratamiento analgésico profiláctico intensivo. Este estudio de

10.008 pacientes consecutivos de cirugía ambulatoria halló que la

incidencia e intensidad del dolor postoperatorio incrementaba

con el aumento del IMC y la duración de la anestesia. Los proce-

dimientos urológicos y ortopédicos fueron los factores quirúrgicos

más significativo

s 146 .

Unidad de recuperación postanestésica

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75

Sección VI

Cuidados postoperatorios

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Tabla 75-13

 Resumen de las recomendaciones al alta

1. Los pacientes deben estar conscientes y orientados o tener un estado

mental similar al previo.

2. No se requiere una estancia mínima.

3. Los signos vitales deben estar estables y dentro de unos límites

aceptables.

4. Se debe dar el alta una vez que los pacientes hayan alcanzado unos

criterios específicos.

5. El uso de unos criterios de puntos puede ayudar para documentación o

ajuste del alta.

6. La tolerancia oral a líquidos claros y la micción espontánea no son parte

de un protocolo rutinario de alta, aunque pueden ser necesarios en

determinados pacientes.

7. Los pacientes ambulantes deben recibir el alta siempre que haya un

adulto responsable que les acompañe a casa.

8. Los pacientes ambulantes deben irse con unas instrucciones escritas

donde se hable de dieta, medicación, actividad y un número de

teléfono al que llamar en caso de necesidad.

Adaptada de Practice Guidelines for Postanesthetic Care.

Anesthesiology

96:

742-752, 2002.