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creatina-fosfocinasa en la URP

A 95

. La hidratación agresiva precoz

para mantener el gasto urinario es la principal medida del trata-

miento. Se pueden utilizar los diuréticos de asa para evitar la

sobrecarga de volume

n 98 .

Con frecuencia se utilizan la infusión

de manitol para mejorar la eliminación de la mioglobina de los

túbulos renales, y el bicarbonato para proteger de la toxicidad de

la mioglobina pero no proporcionan grandes beneficios. En un

estudio de más de 2.000 pacientes de traumatología que tenían

rabdomiólisis, la infusión de manitol y de bicarbonato no demos-

tró que disminuyera la incidencia de insuficiencia renal agud

a 99 .

No hay evidencia de que la dopamina a dosis dopa sirva de pro-

tección renal en este context

o 100 .

Temblores y temperatura corporal

Los temblores postoperatorios ocurren con frecuencia después de

una anestesia general o epidural (v. cap. 38). La incidencia de tem-

blores postoperatorios puede ser de hasta el 68% (entre el 5% y el

65%) tras la anestesia general y de un 33% tras la anestesia epidural.

Los factores de riesgo incluyen sexo masculino y tipo de agente

inductor; así, por ejemplo, el propofol se asocia a un mayor temblor

postoperatorio que el pentota

l 101 .

Mecanismo

Los temblores postoperatorios se asocian generalmente, pero no

siempre, a la presencia de hipotermia. Aunque los mecanismos

termorreguladores pueden explicar los temblores en el paciente

hipotérmico, hay varios mecanismos que pueden explicar los

temblores en el paciente normotérmico. Uno de estos mecanis-

mos se basa en la observación de que el cerebro y la médula no

se recuperan de manera simultánea de la anestesia general. La

médula espinal recupera más rápidamente su función, y por ello

se cree que se desinhiben los reflejos espinales manifestándose

como actividad clónica. Esta teoría se apoya en el hecho de que

el doxapram, un estimulante del sistema nervioso central, es útil

para disminuir los temblores postoperatorios. Otros meca­

nismos incluyen la acción de los receptores opioides kappa,

los receptores

N

-metil-d-aspartato (NMDA) y los receptores

5-hidroxitriptamina.

Tratamiento

Se debe proceder a la identificación y al tratamiento de la hipoter-

mia, si la hay. Una temperatura corporal precisa se obtiene con

mayor facilidad a nivel del tímpano. Las medidas en axila, recto o

nasofaringe son menos precisas y pueden infraestimar la tempera-

tura central. Los calentadores de aire son un buen medio para

calentar al paciente hipotérmico. Varios opioides, el ondansetró

n 102 ,

y la clonidin

a 103

han demostrado su eficacia para abolir los tem-

blores una vez que éstos han comenzado, pero en pacientes adultos,

la meperidina a dosis de 0,35 a 0,4mg/kg (12,5 a 25mg i.v.) es el

fármaco que más se utiliza. Se ha demostrado que la administra-

ción de bajas dosis de ketamina (0,5mg/kg i.v.) antes de la anestesia

genera

l 104

o regiona

l 105

es una medida profiláctica efectiva.

Efectos clínicos

Además de provocar un importante malestar en el paciente, el

temblor postoperatorio incrementa el consumo de oxígeno, la

producción de CO

2

y el tono simpático. Se asocia con incre-

mento del gasto cardíaco, la frecuencia cardíaca, la presión san-

guínea y la presión intraocular. Los pacientes hipotérmicos que

llegan a la URPA deben ser calentados precozmente para evitar

estas complicaciones inmediatas, así como las consecuencias

tardías de la hipotermia. La hipotermia ligera a moderada (33 a

35 °C) inhibe la función plaquetaria, la actividad de los factores

de la coagulación y el metabolismo de los fármacos. También

exacerba el sangrado postoperatorio, prolonga el bloqueo neu-

romuscular y puede retrasar el despertar. Mientras que estas

consecuencias inmediatas se asocian con una estancia prolon-

gada en la URP

A 106 ,

los efectos deletéreos a largo plazo incluyen

una mayor incidencia de isquemia e infarto de miocardio, retraso

en la cicatrización de las heridas, y aumento de la mortalidad

perioperatoria.

Náuseas y vómitos

postoperatorios

Sin una adecuada intervención profiláctica, aproximadamente

una tercera parte de los pacientes que reciben anestesia inhala-

toria desarrollarán NVPO (con un rango que oscila entre el 10%

y el 80%)

(v. cap. 76 ) 107

. Las consecuencias de las NVPO inclu-

yen retardo en el alta de la URPA, ingreso hospitalario impre-

visto, aumento de la aspiración pulmonar y un importante

malestar postoperatorio. La capacidad de identificar a pacientes

de alto riesgo para una intervención profiláctica puede mejorar

mucho la calidad de la estancia en la URPA. Desde la perspec-

tiva del paciente, las NVPO son más molestas que el dolor pos-

toperatorio.

Prevención y tratamiento

Entre las medidas profilácticas para la prevención de las NVPO

se incluyen la modificación de la técnica anestésica y el trata-

miento farmacológico. En un estudio multicéntrico aleatorizado

controlado multifactorial, Apfel y cols. estudiaron la eficacia de

seis intervenciones profilácticas en pacientes de alto riesgo

(riesgo de NVPO

>

40%

) 107

. Las intervenciones eran farmaco-

lógicas y estaban relacionadas con la técnica. Dentro de las

farmacológicas se incluyó droperidol, 1,25 mg; dexametasona,

4 mg; u ondansetrón, 4 mg. La intervención anestésica incluía

propofol en lugar de anestésicos volátiles, nitrógeno en lugar de

óxido nitroso, o remifentanilo en lugar de fentanilo. Más de

4.000 pacientes fueron asignados a 64 posibles combinaciones.

El estudio arrojó que cada uno de los tres antieméticos redujo

el riesgo relativo de NVPO en el mismo grado (26%). Juntos,

el propofol (disminuye un 19%) y el nitrógeno (disminuye

un 12%) redujeron el riesgo relativo de NVPO en el mismo

grado.

Aunque las medidas profilácticas para prevenir las NVPO

son más eficaces que las terapéuticas, algún paciente requerirá

tratamiento en la URPA, incluso tras haber recibido un adecuado

tratamiento profiláctico. No hay evidencia de que alguno de los

antagonistas del receptor de la serotonina que se prescriben habi-

tualmente sea más efectivo que otro. En la

tabla 75-12

se enumeran

las diferentes clases de fármacos antieméticos comúnmente pres-

critos en la URPA. Si una dosis de antiemético administrada a

tiempo es ineficaz, administrar más dosis del mismo fármaco en la

URPA no tiene por qué ser eficaz.

Unidad de recuperación postanestésica

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Sección VI

Cuidados postoperatorios

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