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de la inanición, las concentraciones plasmáticas de insulina están

muy elevadas por encima de los valores basales, si bien aún son

inadecuadamente bajas para el nivel de glucemia existente.

Somatostatina

La somatostatina, una hormona segregada por las células D del

páncreas y el hipotálamo, suprime la secreción de GH, insulina y

glucagón. Cuando se infundió somatostatina a pacientes en el

postoperatorio, la tasa de producción de glucosa (gluconeogénesis)

disminuyó, al igual que la tasa de aclaramiento de glucosa. Si se

infunde insulina a pacientes tratados con somatostatina, la tasa de

aclaramiento de glucosa vuelve al valor basal y su cinética se nor-

maliza. A pesar de todo, se apreció un incremento de la gluconeo-

génesis. En consecuencia, parece que el glucagón es un mediador

principal de la gluconeogénesis.

Hormonas contrarreguladoras

Las hormonas glucagón, catecolaminas y cortisol se denominan

hormonas contrarreguladoras porque se oponen a los efectos de la

insulina y actúan sinérgicamente incrementando la producción

hepática de glucosa. Shamoon y cols

. 34

analizaron los efectos a corto

plazo de la infusión combinada de hidrocortisona, glucagón y adre-

nalina en individuos sanos, en un experimento diseñado para esti-

mular las concentraciones plasmáticas que se detectan en una

herida moderada. Se observó el aumento de la producción de

glucosa (gluconeogénesis) con descenso de su aclaramiento de glu­

cosa. El efecto fue más pronunciado cuando las tres hormonas se

administraron juntas que cuando se infundieron por separado o en

grupos de dos, lo que indicaría su acción sinérgic

a 34 .

Las catecola-

minas y el glucagón actúan sinérgicamente: cuando se infunde

cualquiera de ellas a individuos sanos sólo se producen elevaciones

transitorias de la gluconeogénesis. Cuando se infunden simultánea-

mente, la gluconeogénesis es más prolongada. Una de las razones

de esta sinergia podría ser que el glucagón aumenta el AMPc intra-

celular, especialmente en el hígado, mediante unmecanismo depen-

diente de receptores-no-

b

que podría amplificar las acciones de la

adrenalina. El cortisol actúa sinérgicamente con la adrenalina y

otros agonistas

b

-adrenérgicos (una acción utilizada para el trata-

miento del asma) utilizando mecanismos como la inhibición de la

catecol-

O

-metiltransferasa inducida por cortisol y el bloqueo de la

recaptación de catecolaminas. Los glucocorticoides también previe-

nen la regulación negativa del receptor

b

2

-adrenérgico al aumentar

la expresión de los receptores

b

2

y la transcripción de los genes

responsable

s 35

. Asimismo, los glucocorticoides reducen las concen-

traciones de citocinas, un efecto importante porque tanto la IL-1

como el TNF regulan negativamente los receptores

b

. Además, la

estimulación adrenérgica prolongada en el postoperatorio regula

negativamente y desensibiliza los receptores

b

, un efecto que los

glucocorticoides revierten específicament

e 36

. La infusión simultá-

nea de las tres hormonas también tiene como consecuencia el

balance negativo de nitrógeno y potasio, intolerancia a la glucosa,

hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, retención de sodio y

leucocitosis periférica. Las pérdidas de nitrógeno se deben princi-

palmente a los efectos del cortisol, porque el balance nitrogenado

durante la infusión de cortisol es similar al encontrado durante la

infusión de las tres hormonas. Las pérdidas de nitrógeno no alcan-

zan la magnitud observada después de la herida accidental. Con las

infusiones de hormonas se observan alteraciones significativas del

flujo y oxidación de la leucina, pero sólo con pequeños incrementos

de la excreción de 3-metilhistidina, es decir, con una escasa degra-

daciónmuscular. En consecuencia, los demás mediadores deben ser

los responsables de la proteólisis y la pérdida masiva de nitrógeno

observada después de una herida importante. Asimismo, los indi-

viduos sanos no tenían fiebre y no aumentaron las proteínas de fase

aguda ni disminuyó el hierro sérico. Cuando se inyectó el esteroide

pirógeno (que estimula la secreción de IL-1) etiocolanolona en

individuos sanos se produjo fiebre, leucocitosis e hipoferremia sin

elevaciones de las hormonas contrarreguladoras, hiperglucemia o

balance negativo de nitrógeno. La infusión de hormonas contrarre-

guladoras más etiocolanolona simuló mejor las características de la

respuesta a la lesión que su administración por separado. En con-

secuencia, se mantienen activos los mediadores tanto endocrinos

como inflamatorios durante la respuesta a la herida y a la sepsis.

Hormonas de la reproducción

La respuesta a la herida quirúrgica y traumática se caracteriza por

el hipogonadismo hipogonadotrófico como consecuencia de la res-

puesta de la hipófisis a la hormona liberadora de gonadotropinas

(GnRH) segregada por el hipotálamo, con lo que disminuye la

liberación de las hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante

(FSH). Las concentraciones de FSH y LH sufren pocas modifica-

ciones durante la cirugía, pero disminuyen en el primer día del

postoperatorio. Las concentraciones elevadas de CRH y cortisol

también contribuyen a la supresión de la función reproductor

a 37 .

En los varones, las concentraciones de testosterona disminuyen

mucho en relación directa a la intensidad de la enfermedad. En los

pacientes quemados, este efecto se debió al descenso de la actividad

biológica de la LH y a la supresión de la respuesta a los picos de la

secreción pulsátil de LH. En los varones, los andrógenos suprarre-

nales deshidroepiandrosterona (DHES) y su sal sulfato (DHEA-S)

se suprimen después de la cirugía. En las mujeres premenopáusicas

el descenso de los estrógenos durante el estrés se asocian a ameno-

rrea pero la DHEA y la DHEA-S aumentaron en las mujeres pos-

menopáusicasdespuésde la colecistectomía. Estedatoes interesante,

ya que las concentraciones de los andrógenos suprarrenales dismi-

nuyen después de la menopausia.

Hormonas tiroideas

Durante la convalecencia del postoperatorio, tras un traumatismo

o quemaduras extensas y durante la sepsis (es decir, enfermedades

agudas no tiroideas) se observan importantes alteraciones de la

homeostasis tiroidea, con descenso de las concentraciones séricas

de T

3

, una T

4

baja o normal, T

4

libre normal, aumento de la T

3

inversa y TSH normal. Es lo que se conoce como «síndrome del

eutiroideo enfermo». Se produce una menor conversión de T

3

a T

4

por el descenso de la actividad de la desyodinasa tipo 1. Aunque las

concentraciones de TSH se mantienen dentro del intervalo normal,

las oleadas nocturnas son menores y simulan el patrón encontrado

en el hipotiroidismo central. Asimismo, la sialización (mediante

oligosacáridos) de la TSH disminuye, lo que podría explicar la

alteración de la actividad biológica de la TSH. Aún no se sabe cómo

se desarrolla el síndrome del eutiroideo enfermo, especialmente en

la enfermedad grave prolongada, en la que también disminuyen las

concentraciones de T

4 29

. Algunos autores mencionan la ausencia de

elevación de la TSH en presencia de concentraciones séricas bajas

de T

3

y dudan de que el problema resida en una estimulación

demasiado baja por la hormona liberadora de hormona tiroidea

(TRH). El estudio post mórtem de los núcleos paraventriculares de

pacientes con síndrome del eutiroideo enfermo ante mórtem ha

reforzado esta opinión. Se apreció una correlación positiva entre las

concentraciones séricas bajas ante mórtem de T

3

y TSH con el ARN

mensajero total de TRH post mórtem en los núcleos. A pesar de

todo, la infusión de TRH en pacientes con estrés aumentó la TSH

y las concentraciones periféricas de hormonas tiroidea

s 38 .

Las elevaciones séricas de IL-6 se asocian a concentraciones

séricas bajas de T

3

durante la enfermedad, si bien la infusión de

endotoxinas a individuos sanos permitió demostrar que el TNF no

participa en los cambios que sufren las hormonas tiroideas induci-

dos por endotoxinas. Las infusiones a corto (4 horas) y largo plazo

(42 días) de IL-6 recombinante disminuyen la T

3

, pero no la T

4

. Se

desconoce si la elevación de la IL-6 es una de las causas del sín-

drome del eutiroideo enfermo o si es meramente un fenómeno

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Cuidados críticos

VII