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asociado. La infusión de dopamina disminuye las concentraciones

basales de TSH, inhibe su respuesta a la TRH, disminuye las con-

centraciones séricas de T

4

y T

3

y puede agravar el síndrome del

eutiroideo enfermo. Las concentraciones de TSH, T

4

y T

3

vuelven

a aumentar cuando se suspende la infusión de dopamina. Hubo

cierto interés por tratar el síndrome del eutiroideo enfermo con

hormona tiroidea y TRH. En un estudio aleatorizado, doble ciego

y controlado con placebo se analizó la administración de T

3

a

pacientes sometidos a cirugía cardíaca. Si bien esta hormona no

tuvo un efecto llamativo en la hemodinámica, el descenso de sus

concentraciones durante la derivación cardiopulmonar fue menor.

En el síndrome del eutiroideo enfermo las concentraciones

plasmáticas de T

4

libre se mantienen normales a pesar del descenso

de la T

4

total, debido a la reducción de las concentraciones de

globulina de unión a la tiroxina (TBG). Durante el estrés se reduce

la síntesis hepática de TBG y también se puede acelerar su aclara-

miento (escisión por proteasas). El aspecto más interesante del

metabolismo tiroideo en los pacientes estresados es que se mantie-

nen hipermetabólicos a pesar de los valores bajos de T

3

y T

4

.

Citocinas

La respuesta a la herida y a la sepsis incluye respuestas neuroendo-

crinas e inflamatorias/inmunitarias. Las citocinas, los principales

mediadores de la respuesta inflamatoria, se producen por células del

sistema inmunitario (p. ej., los linfocitos o los macrófagos) y muchos

tienen funciones múltiples

( tabla 85-1 )

. El patrón de liberación de

las citocinas está determinado por la constitución genética y el

entorno (tipo e intensidad del estrés). Esos patrones controlan la

intensidad de la respuesta inflamatoria y el grado de respuesta inmu-

nitari

a 39 .

Algunas citocinas (p. ej., TNF-

a

, IL-1

a

/

b

, IFN-

g

, IL-6 e

IL-8) son de tipo proinflamatorio (tipo I), mientras que otras (p. ej.,

IL-4, IL-10, TGF-

b

e IL-13) son de tipo antiinflamatorio (tipo II).

Algunos (p. ej., la IL-12) inducen la inmunidad celular dirigiendo

los linfocitos T colaboradores no comprometidos hacia el fenotipo

T

H

1, mientras que otras (p. ej., la IL-10) inducen el fenotipo T

H

2 y

potencian la inmunidad humoral. La respuesta inflamatoria está

controlada por el balance entre las citocinas proinflamatorias y las

antiinflamatorias. Por ejemplo, la supervivencia a la sepsis se corre-

lacionó con la secreción recurrente de citocinas más proinflamato-

rias que antiinflamatorias, es decir, para superar la sepsis es necesario

estimular la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario. Asi-

mismo, después de un traumatismo la supresión de las citocinas

proinflamatorias IFN-

g

e IL-12 junto a la elevación de la citocina

antiinflamatoria IL-10 se asoció a inmunosupresión y sepsi

s 39 .

Las citocinas interaccionan con el sistema endocrino, como

se demuestra por las importantes elevaciones de ACTH y cortisol

después de administrar IL-6 a pacientes oncológico

s 40 .

Por otro

lado, las hormonas endocrinas afectan a la secreción de citocinas

(p. ej., el cortisol suprime la secreción de IL-1 y TNF-

a

).

Las citocinas operan a través de mecanismos locales para-

crinos, autocrinos y yuxtacrinos, así como a través de los efectos

endocrinos (v.

fig. 85-2

). En consecuencia, las concentraciones plas-

máticas no reflejan necesariamente la actividad de las citocinas. Las

acciones de las citocinas también están moduladas por una red

compleja de receptores, antagonistas del receptor y moléculas de

señalización citoplasmática. Por ejemplo, los efectos de la IL-1

están moderados por la secreción simultánea de un antagonista del

receptor IL-1 (IL-1ra), que bloquea sus acciones. Por otro lado, se

generan receptores solubles de citocinas mediante la escisión pro-

teolítica de receptores unidos a la membrana o por su producción

de novo. Estos receptores circulantes se unen a las citocinas y neu-

tralizan sus acciones o actúan como proteínas transportadoras que

las protegen de la proteólisis. En consecuencia, tienen funciones

proinflamatorias o antiinflamatorias.

Las acciones locales de las citocinas se demuestran en el

proceso de cicatrización local de una herida, un proceso que se

produce en fases superpuestas: hemostasia, inflamación, prolifera-

ción, angiogénesis y resolución. La fase inflamatoria consiste en la

infiltración por neutrófilos, macrófagos y linfocitos que segregan

factores de crecimiento y citocinas. Esos mediadores, que actúan

localmente, son activos en todas las etapas de cicatrización de la

herida mediante efectos quimiotácticos, mitogénicos y de otros

tipos. Durante las primeras 24 horas las citocinas detectadas en el

líquido de drenaje de la reparación de una hernia programada

consisten en concentraciones altas de citocinas tanto proinflama-

torias (IL-1

a

, IL-6 e IFN-

g

) como antiinflamatorias (IL-10 e

IL-1ra). Las concentraciones disminuyen en pocos días. Ambos

tipos de citocinas se equilibran entre sí, estimulando las citocinas

proinflamatorias las células del sistema inmunitario para prevenir

la infección mientras que las citocinas antiinflamatorias modulan

sus acciones y favorecen la cicatrizació

n 41

.

A pesar de que las acciones de las citocinas son principalmente

de tipo autocrino, paracrino y yuxtacrino, la mayor parte de los estu-

dios se centra en sus concentraciones sanguíneas en situaciones de

estrés. En general, las concentraciones sanguíneas son proporcionales

al grado de estrés. Después de un estrés moderado por una cirugía

de sustitución total de cadera, la IL-6 estaba significativamente

elevada por encima de los valores preoperatorios en las primeras

6 horas de postoperatorio, pero comenzó a retornar a sus valores

basales en el primer día del postoperatorio. Por el contrario, las con-

centraciones de IL-1

b

, IL-12, IL-10 e IL-8 no estaban elevada

s 42 .

Muchas citocinas tienen múltiples funciones (v.

tabla 85-1 )

.

Por ejemplo, la IL-1 causa fiebre, induce la síntesis hepática de

proteínas de fase aguda, regula positivamente la síntesis de prosta-

noides, induce la maduración de los linfocitos B y activa los linfo-

citos N

K 41

. La IL-6 (también conocida como factor estimulante de

los linfocitos B y factor estimulante del hepatocito) tiene funciones

endocrinas y también locales. Muchas células producen IL-6, como

monocitos, fibroblastos, células de la glía y linfocitos. Su produc-

ción se estimula por hormonas endocrinas como las catecolaminas

y se suprime por el cortisol y estrógenos. Los receptores solubles

de la familia IL-6 (p. ej., sIL-6R o sIL-11R) son agonistas capaces

de transmitir señales a través de la interacción con el receptor

universal de transducción de la señal para todas las citocinas de la

familia IL-6, gp130 (v.

fig. 85-2 ) 43 .

El TNF-

a

, una citocina proinflamatoria multifuncional

segregada predominantemente por monocitos/macrófagos, afecta

al metabolismo lipídico, a la inmunidad, la hematopoyesis, la coa-

gulación y la función endotelial (v.

tabla 85-1

). El TNF-

a

tiene

propiedades aparentemente contradictorias, por ejemplo, induce la

proliferación de los neutrófilos durante la inflamación pero también

induce la apoptosis de los neutrófilo

s 44 .

Por otra parte, intensifica

la respuesta inflamatoria prolongando la supervivencia de los lin-

focitos inflamatorios mediante la supresión de la apoptosis mediada

por el ligando Fas

( fig. 85-3

). Los distintos papeles del TNF se

demuestran mediante la administración de los antagonistas del

TNF etanercept, adalimumab e infliximab, que se han usado para

tratar la artritis reumatoide aunque aumentan el riesgo de desarro-

llar tuberculosis, ya que el TNF es esencial en la defensa inmuni-

taria del cuerpo frente a las micobacterias que causan esta

enfermeda

d 45

.

Células endoteliales

Las células endoteliales que recubren interiormente los vasos

sanguíneos son metabólicamente activas y desempeñan un papel

activo en la respuesta al estrés al sintetizar varios mediadores

importantes como el óxido nítrico y las moléculas de adhesión

( fig. 85-4 )

.

Nutrición y control metabólico

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Sección VII

Cuidados críticos

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