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la gluconeogénesis se encuentran el glicerol liberado durante la

lipólisis y el lactato producido por la glucólisis.

Cuando la inanición continúa, el hueso y el músculo liso

sufren proteólisis para liberar aminoácidos entre los cuales la alanina

y la glutamina son transportados hacia el hígado principalmente,

pero también en cierta medida hacia los riñones, para ser usados

como sustratos de la gluconeogénesis. Esta degradación muscular

da lugar a un balance nitrogenado negativo (catabolismo). Amedida

que avanza la inanición el cuerpo se adapta reduciendo la tasa de

gluconeogénesis y la degradación muscular, lo cual, junto al des-

censo de T

3

libre y catecolaminas, reduce el gasto energético en

reposo. El descenso de la proteólisis se acompaña por menores pér-

didas de nitrógeno, de manera que el balance nitrogenado es menos

negativo. El descenso de la gluconeogénesis es posible porque el

cerebro se adapta utilizando las cetonas como fuente de parte de sus

necesidades energética

s 55

. Durante ese tiempo se produce gran parte

del ATP a partir de los ácidos grasos liberados por la lipólisis.

La inanición prolongada conduce a la pérdida de peso como

consecuencia de pérdidas importantes de masa corporal grasa y

magra (muscular). La debilidad y el cansancio intensos son conse-

cuencia de la proteólisis y de la reducción de la síntesis de proteí-

nas. También se produce retención de sodio y agua. La inanición

prolongada también reduce la función inmunitaria y da lugar a una

mayor adherencia de bacterias gramnegativas a las células endote-

liales nasofaríngeas y pulmonares. Esta adherencia bacteriana,

junto a la debilidad de los músculos respiratorias y del sistema

inmunitario, hace que estos pacientes sean susceptibles a la neu-

monía, la principal causa de muerte en los pacientes en ayuno o

gravemente malnutridos.

Alimentación

La alimentación pone en marcha una serie de pasos en los que se

digiere, absorbe y metaboliza el alimento ingerido. Las hormonas

intestinales inician una secuencia de sucesos sistemáticos mediante

señales que provocan la secreción de hormonas en el organismo,

como la insulin

a 56 .

Los carbohidratos ingeridos se convierten en

glucosa y estimulan la secreción de insulina y la glucosa que no se

necesita inmediatamente como fuente de energía se almacena como

glucógeno o se convierte en grasa (lipogénesis). Las proteínas inge-

ridas se digieren y degradan en aminoácidos, se usan para sintetizar

proteínas y sirven como precursores para los neurotransmisores y

otras sustancias. Las grasas se almacenan y se utilizan como fuente

de energía o como precursores para las prostaglandinas y otras

sustancias. La ingestión de alimentos aumenta el metabolismo basal

(la termogénesis inducida por la dieta o el efecto termogénico de

los alimentos) y contribuye al 10-15% del gasto energético diario

tota

l 57 .

La ingestión de proteínas aumenta el metabolismo basal más

que las cantidades isoenergéticas de los carbohidratos o la gras

a 58 .

El aumento posprandial del gasto energético dura 3 o 4 horas.

Respuestas metabólicas

a la cirugía y traumatismos

Las respuestas del metabolismo al estrés quirúrgico y traumático

son muy diferentes respecto a la inanición. A diferencia de las

respuestas de adaptación, destinadas a preservar la masa corporal

durante la inanición, la respuesta al estrés se ha denominado «auto-

canibalismo

» 59

debido a la pérdida de masa corporal grasa y magra

que se produce como consecuencia del estado catabólico obligado

con proteólisis, gluconeogénesis, lipólisis, hipermetabolismo y

resistencia a la insulina. El autocanibalismo no se reduce en una

cuantía importante por los nutrientes exógenos.

La intensidad y duración de la respuesta del metabolismo a

la cirugía y a los traumatismos dependen de la magnitud de la

lesión, del tiempo quirúrgico total, de la cantidad de la sangre

perdida en el intraoperatorio y del grado de dolor en el postope-

ratorio. La herida menor que se produce durante la cirugía lapa-

roscópicacomparadaconlacirugíaabiertadalugaraconcentraciones

menores de IL-1, IL-6 y del reactante de fase aguda PC

R 60 .

Las

mayores tasas de respuesta metabólica se observan después de

quemaduras graves (

>

40% de la superficie corporal) con metabo-

lismos basales del doble de lo normal y un catabolismo que dura

muchos meses, que provoca inmunodepresión, infecciones recu-

rrentes y mala cicatrización de las herida

s 21

.

Metabolismo de los carbohidratos

Las heridas quirúrgicas y accidentales aumentan la secreción de las

hormonas contrarreguladoras (de la insulina) cortisol, catecolami-

nas y glucagó

n 61

con aumento de la producción endógena de glucosa

como consecuencia de la gluconeogénesis hepática acelerada

( fig. 85-5

). Este aumento de la producción de glucosa, unido a la

resistencia a la insulina en los tejidos periféricos, da lugar a una

menor utilización de la glucosa e hiperglucemia. Las concentracio-

nes séricas de insulina son normales o elevadas, pero no son sufi-

cientes para prevenir la hiperglucemia, aunque sí previenen la cetosis.

La hiperglucemia parece garantizar el rápido suplemento de glucosa

a las células que la consumen predominantemente, como las células

inflamatorias de la herida y las células del sistema inmunitario.

La

resistencia a la insulina

se define como la alteración de la

eliminación de la glucosa en presencia de concentraciones séricas

de insulina normales o elevada

s 62

. Esta resistencia a la insulina se

produce en los tejidos periféricos, provoca una reducción del 50-70%

de la sensibilidad a la insulina comparado con los controles sanos y

parece deberse a un defecto posreceptor que impide la captación

celular de glucos

a 62 .

Este defecto está causado, posiblemente, por el

deterioro de la actividad del sistema de transporte intracelular de

glucosa o de la eliminación no oxidativa de la glucosa, es decir, del

descenso de la actividad de la glucógeno sintasa muscula

r 63 .

En el

postoperatorio, la magnitud de la resistencia a la insulina es propor-

cional a la magnitud de la cirugía. La resistencia a la insulina se

presenta después de la colecistectomía programada tanto abierta

como laparoscópica y persiste al menos durante 5 días. La gravedad

de la resistencia a la insulina en los pacientes ingresados en la UCI

por causas médicas se asoció a la gravedad de la enfermedad, al

índice de masa corporal y al grado de hipermetabolism

o 62 .

En los pacientes sometidos a estrés, la cantidad total de glucosa

oxidada (especialmente ante el hipermetabolismo global) disminuye

a pesar de que la vía de oxidación de la glucosa está intacta, ya que

la tasa de captación de glucosa en la célula está limitada por la resis-

tencia a la insulina. La respuesta cada vez mayor a los aumentos de

la concentración de insulina se mantiene, pero la capacidad de

reducir la glucemia dependiendo de la concentración de insulina es

mucho menor. A pesar de la resistencia a la insulina, la captación

periférica global de la glucosa es normal o está levemente elevada,

debido al aumento de la captación no mediada por insulina y a las

grandes cantidades de glucosa (debido a la hiperglucemia) presentes

en la vía resistente a la insulina. Pese a todo, la captación es baja en

relación con la glucemia y el hipermetabolismo.

La glucosa se puede oxidar para producir ATP, agua y CO

2

,

se puede convertir a glucógeno para su almacenamiento en hígado

y músculos o se puede convertir en grasa. Este último proceso se

denomina lipogénesis y se produce tanto en el hígado como en el

tejido adiposo, si bien este último lugar parece ser la principal

ubicación de la lipogénesis. En circunstancias normales, la ingesta

Nutrición y control metabólico

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Sección VII

Cuidados críticos

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