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ha sido superada con los métodos «multimodales» con el objetivo

de acortar la convalecencia y reducir el declive postoperatorio de

la situación funcional y mejorar el control del dolor, recuperar

rápidamente la función intestinal y permitir la movilización precoz.

Este método consiste en combinar alguno o todos los procedimien-

tos siguientes: premedicación (benzodiazepinas, betabloqueantes o

agonistas

a

2

), ingesta de carbohidratos en el preoperatorio, control

de la glucemia, mantenimiento de la normotermia, combinación

de la anestesia o la analgesia epidurales con fármacos antiinflama-

torios no esteroideos evitando los opioides, introduciendo la ali-

mentación oral o la nutrición parenteral precozmente e inician-

do la movilización precoz después de una cirugía abdominal

mayo

r 119,120

. Este régimen permitió que 32 de 60 pacientes someti-

dos a una resección colorrectal volvieran a su casa en las 48 horas

siguientes a la cirugía, mientras que en otro estudio de resección

anterior de colon se redujo la estancia hospitalaria de 10 a 7 día

s 121 .

En un estudio sobre cistectomía radical en pacientes anestesiados

con anestesia general y epidural torácica más analgesia epidural

torácica en el postoperatorio y que recibieron nutrición oral pre-

cozmente y movilización forzada se determinaron concentraciones

menores de catecolaminas en orina, un balance nitrogenado menos

negativo, retorno más rápido de la función intestinal y menor res-

puesta de fase aguda que en los pacientes que recibieron trata-

miento convenciona

l 119 .

El abordaje multimodal a la modulación

de la respuesta al estrés en el perioperatorio es un proceso lógico

y factible y, junto a las cirugías no invasivas, permitirá cambiar la

asistencia en el postoperatorio.

Control de la glucosa

La hiperglucemia parece comenzar casi inmediatamente después

de un estrés importante, como consecuencia de la resistencia a la

insulina y la aceleración de la producción endógena de glucosa. La

administración de catecolaminas y glucocorticoides exógenos exa-

cerba esta hiperglucemia. La explicación teleológica de la elevación

de la glucemia es que proporciona un aporte rápidamente disponi-

ble de glucosa a los tejidos de la herida y otros tejidos dependientes

de ella. La experiencia obtenida en el cuidado de los diabéticos nos

ha enseñado que muchos de los problemas causados por la hiper-

glucemia crónica y las ventajas del control estricto de la glucemia.

Esta experiencia ha servido de impulso para explorar si el control

estricto de la glucosa también es una ventaja en la hiperglucemia

aguda asociada al estrés quirúrgico, traumatológico y séptico.

La hiperglucemia aguda se asocia a inmunosupresión, esti-

mulación de la actividad simpática adrenérgica, aumento de la mor-

talidad, aumento de infecciones, menos éxitos en el injerto de piel,

aumento del catabolismo en los pacientes quemados y diuresis

osmótica, que provoca depleción de volume

n 121-124

. Esos efectos se

atribuyen a las acciones proinflamatorias de la glucosa atribuidas al

aumento de la secreción de TNF-

a

e IL-1, una mayor adherencia y

secuestro de neutrófilos en los tejidos periféricos, alteración de la

relajación microvascular en presencia de óxido nítrico y descenso

de la expresión de HLA-DR en los monocitos, lo que refleja el

descenso de la inmunidad congénit

a 125

. La respuesta de las citocinas

proinflamatorias a la infusión de endotoxinas en individuos nor-

males mejoró con la hiperglucemia simultáne

a 126

, una observación

que pone en duda si la glucemia alta es en sí misma perjudicial o

si se limita a ser un mero marcador del estrés intenso. La hiperglu-

cemia en el momento del ingreso hospitalario en víctimas de trau-

matismos presagia una mayor mortalidad, mientras que la

hiperglucemia en pacientes diabéticos o no diabéticos sometidos a

cirugía cardíaca se asocia a una mayor incidencia de infecciones.

Es más, Van den Berghe y cols

. 122

demostraron una menor morta-

lidad en pacientes quirúrgicos (principalmente, cirugía cardíaca)

tratados intensivamente con insulina para mantener la euglucemia

(

110mg/dl). Comparado con el tratamiento convencional, la

administración agresiva de insulina redujo la mortalidad en la UCI

(especialmente por el fracaso multiorgánico) en un 43%, la sepsis

en un 46% y el fracaso renal agudo que requería diálisis o hemofil-

tración en un 41%. Además, los pacientes tratados intensivamente

en la UCI durante más de 7 días presentaron una polineuropatía/

miopatía menos grav

e 127

. Ante estos resultados, se planteó la pre-

gunta de si es el descenso de la glucemia o la administración de

insulina, una hormona anabolizante y antiinflamatoria, lo que

reduce la morbilidad y la mortalidad. En otros estudios se sugiere

que evitar la hiperglucemia conlleva efectos favorables, ya que la

cantidad total de insulina administrada se correlacionó con el

aumento de la mortalidad con independencia de la glucemi

a 128

. Esta

última observación indica que uno de los determinantes principales

de la mortalidad y la morbilidad es la intensidad de la enfermedad

grave, como se demuestra por el grado de resistencia tisular a la

insulina y, por tanto, por la cantidad de insulina necesaria para

controlar la glucemia. En consecuencia, es más beneficioso evitar

la hiperglucemia que administrar insulina para su corrección.

Los efectos favorables del descenso de la glucemia mediante el

tratamiento intensivo con insulina se atribuyen a la anulación de las

acciones proinflamatorias de la hiperglucemia (p. ej., cuando la soma-

tostatina inhibió la liberación de insulina durante la infusión de

glucosa en individuos normales, aumentaron las concentraciones

de TNF-

a

e IL-

6 129

) junto a los efectos antiinflamatorios de insulina,

a la protección del compartimento mitocondrial y endotelial, a la

menor concentración de cortisol sérico y al aumento de la secreción

de hormonas antiinflamatorias como IL-4 e IL-1

0 130,131

. La insulina

también interfiere con la transducción de la señal de la IL-6. La insu-

lina suprime la secreción de reactantes de fase aguda, como el ami-

loide A sérico y la CRP, en pacientes con infarto de miocardi

o 132

.

Es necesario atenuar el entusiasmo por un control más

estricto de la glucemia en pacientes sometidos a estrés. Existe la

posibilidad de que la hipoglucemia no se detecte, especialmente en

pacientes sedados y con ventilación mecánica, una duda que se

suscitó tras el estudio de Van den Berghe, en el que el 5% de los

pacientes tuvo un episodio de hipoglucemia, que dio lugar a la

recomendación del control de la glucosa hasta valores más altos

(

<

140mg/dl

) 122 .

Además, parece que la insulina tiene acciones pro-

inflamatorias y regula positivamente el NF-

k

B en determinadas

circunstancia

s 133 .

El aumento de las dosis de insulina también

podría aumentar aún más el gasto energético en reposo (GER).

Otro aspecto es saber si son todos los pacientes, o sólo algunas

poblaciones concretas, los que se benefician del control estricto de

la glucosa o del aumento de su utilización como consecuencia de

la administración de insulina en dosis altas. En los pacientes que

permanecen 3 o más días en la UCI médica el control estricto

redujo la mortalidad del 53 al 43

% 134 .

La hiperglucemia es especial-

mente problemática en el traumatismo craneal y en situaciones de

isquemia cerebral. El tratamiento con glucosa-insulina podría ser

favorable en la isquemia/infarto de miocardio. En un metaanálisis

con 8.432 pacientes procedentes de 29 estudios se concluyó que el

control estricto de la glucosa (

<

110mg/dl y

<

150mg/dl) en

pacientes muy graves no se asoció a un descenso significativo de

la mortalidad, sino con el aumento del riesgo de hipoglucemi

a 134a .

El soporte nutricional

Período perioperatorio

Durante el perioperatorio hay que tener en cuenta muchos aspec-

tos de la nutrición. Lo habitual es que los pacientes estén en ayunas

durante 6-8 horas antes de la cirugía y, por tanto, ya acuden al

quirófano con un estado postabsortivo con descenso de la relación

Nutrición y control metabólico

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Sección VII

Cuidados críticos

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