sonas responsables de la reanimación
264,265 .Si no se palpa el
pulso en 10 segundos o si se palpa el pulso en un niño con una
frecuencia menor de 60 latidos/min y el niño presenta signos de
mala perfusión (como palidez o cianosis), deben comenzarse las
compresiones torácicas. En los lactantes, las compresiones torá-
cicas se aplican en la mitad inferior del esternón con una pro-
fundidad entre un tercio y la mitad del tórax (entre 1,2 y 2,5 cm)
y una frecuencia de compresión de 100/min. Las radiografías de
tórax y las angiografías del corazón derecho de lactantes, niños
y adultos jóvenes entre 1 día y 19 años de edad han confirmado
que el corazón se encuentra bajo la parte inferior del esternón
en todos los grupos de eda
d 266,267 .Por tanto, esta localización es
la correcta para las compresiones torácicas en este grupo de
edad.
En caso de un único reanimador, deberá proporcionar 30
compresiones torácicas con dos respiraciones intercaladas. Si hay
dos personas, se debe usar un patrón 15:1 de compresión-ventila-
ción, administrándose la respiración aprovechando un breve
retraso en las compresiones torácicas. Si se dispone de una vía aérea
avanzada, se pueden aplicar respiraciones de rescate con una fre-
cuencia de 8-10/min sin interrumpir la compresión torácica. La
mayoría de las paradas cardíacas en lactantes y niños son conse-
cuencia de asfixi
a 268,269. Si el reanimador está solo ante un niño que
necesita reanimación, deberá aplicar dos minutos de RCP (cinco
ciclos de 30 compresiones torácicas y dos ventilaciones) antes de
activar los servicios médicos de urgencia.
Uso del desfibrilador externo automático
en lactantes y niños
Desde que se publicaran las últimas directrices de reanimación de la
AHA en 2000 se ha demostrado que el uso de DEA es seguro en
lactantes y niño
s 270,271. No obstante, aún no se dispone de datos sufi-
cientes que apoyen o rechacen el uso de estos dispositivos en pacien-
tes menores de 1 año de edad. Se recomienda usar un atenuador para
aplicar la tecnología DEA en esta población de pacientes pediátricos.
El atenuador disminuye la energía proporcionada por el DEA hasta
una dosis más adecuada para los niños. Si no se dispone de un DEA
pediátrico, se puede utilizar el equipo estándar.
Soporte vital avanzado
A diferencia de los adultos, los lactantes y niños sufren
predominantemente paradas cardiorrespiratorias secundarias y
raramente son consecuencia de un episodio cardíaco prima-
ri
o 9,268,272-276. Esta observación es fundamental, ya que las inter-
venciones de SVCA que intentan restaurar principalmente la
función cardíaca pueden hacer que se retrase el tratamiento
dirigido apropiado. Por ejemplo, es improbable que un descenso
progresivo de la frecuencia cardíaca que provoca parada car-
díaca sea un signo ominoso de hipoxia en lactantes y niños. El
tratamiento con atropina, en un vano intento de aumentar la
frecuencia cardíaca, podría resultar trágicamente erróneo.
Además, la FV y la TV, tan habituales en los adultos, son arrit-
mias infrecuentes en la parada cardíaca en lactantes y niños
pequeños
274,275 ,aunque algunos datos indican que la FV no es
infrecuente en niños y adolescentes que sufren una parada car-
díaca prehospitalaria
277 .Por tanto, la aplicación de SVCA es
realmente diferente en estas poblaciones. Como la causa de la
parada cardíaca en niños es principalmente respiratoria y no
cardiogénica, los fenómenos fisiopatológicos y el modo de
manifestación de la parada cardíaca son diferentes y los esfuer-
zos iniciales de reanimación deben centrarse en las maniobras
de soporte respiratorio. Además, resulta evidente que el equipo,
las técnicas y las posologías de los fármacos son necesariamente
diferentes. Todos estos datos hacen que los médicos que atien-
den a los lactantes y niños tengan una idea muy clara del papel
de las intervenciones de SVCA en estos pacientes.
Control de la vía aérea y ventilación
En el comentario anterior se subraya algo que los anestesiólogos
conocen muy bien: el control definitivo de la vía aérea, la oxigena-
ción y la ventilación es la decisión central más importante y fun-
damental del SVCA en la parada cardíaca pediátrica. Al igual que
en los adultos, los anestesiólogos intuban normalmente la tráquea
para este fin y después proceden a ventilar con dispositivos tipo
ambú o bolsas con suplemento de oxígen
o 278 .Se ha de destacar que,
al evolucionar la experiencia en el uso de ML, estos dispositivos se
han convertido en un complemento en esta indicación, pero la vía
aérea asegurada mediante un tubo endotraqueal es la norma de oro
durante la reanimación.
Monitorización e identificación de arritmias
La monitorización con ECG permite la identificación inmediata
del ritmo de la parada o, con más probabilidad en lactantes y niños,
el ritmo «previo a la parada». Una rápida intervención y corrección
de este último episodio previene la parada cardíaca, que puede ser
irreversible si se debe a una hipoxia no reconocida y se manifiesta
por una bradicardia progresiva. Teniendo estos datos en mente, se
comentarán primero las arritmias potencialmente mortales y
después la parada cardíaca.
Bradiarritmia supraventricular
Como ya se ha mencionado, la aparición y progresión del des-
censo de la frecuencia cardíaca en lactantes y niños exige una
evaluación inmediata de la causa, descartando en primer lugar la
causa más probable, la hipoxia. La bradicardia en este momento
(antes de la parada cardíaca) tiene un origen sinusal o de la unión.
Un bloqueo de segundo o tercer grado puede producirse a con-
tinuación si no se aplica un tratamiento corrector. Si se ha des-
cartado la hipoxia y la bradicardia se acompaña de signos clínicos
de alteración de la perfusión, habitualmente con hipotensión sis-
témica, el paciente debe recibir tratamiento con compresiones
torácicas y epinefrina.
La epinefrina es el fármaco de elección para el tratamiento
de la bradicardia en lactantes y niños. La dosis recomendada es de
0,01mg/kg de una solución al 1:10.000 inyectada por vía intrave-
nosa o intraósea y se puede repetir si es necesario cada 3-5 minutos.
Cuando el fármaco se inyecta en el árbol traqueobronquial a través
de un tubo endotraqueal, se recomienda emplear 0,1mg/kg de una
solución al 1:1.000. Las compresiones torácicas deben continuar
hasta que termine la bradiarritmia.
Si la frecuencia cardíaca no aumenta con la epinefrina, se
puede usar atropina a dosis de 0,02mg/kg y repetirla una vez. En
la
figura 87-17se muestra un algoritmo que refleja las intervencio-
nes recomendadas en caso de bradiarritmias en pacientes pe
diátricos.
Taquiarritmia supraventricular
En los lactantes y niños, la taquicardia supraventricular (TSV)
representa ritmos auriculares ectópicos, flutter o fibrilación auri-
cular o taquicardia paroxística por reentrad
a 257 .Los detalles
específicos sobre el diagnóstico y tratamiento se pueden consul-
tar en los textos habituales de pediatría. Aunque la TSV suele ser
bien tolerada en la mayoría de los lactantes y niños mayores,
puede ser necesaria la cardioversión inmediata cuando se alcanza
una frecuencia del orden de 240-300 latidos/min, que puede dar
lugar a un compromiso hemodinámico grave y rápido. En esta
situación de urgencia en la que la TSV provoca inestabilidad
cardiovascula
r 258, el tratamiento de elección es la cardioversión
Reanimación cardiopulmonar: soporte vital básico y avanzado
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Sección VII
Cuidados críticos
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