Dispositivo de transferencia
El dispositivo de transferencia conduce el exceso de gas desde el
dispositivo de recogida de gases a la interfase de eliminación.
Según la normativa ASTM F1343-91, el tubo debe tener un diáme-
tro de 19 o de 30 m
m 148 .Debe ser lo suficientemente rígido para
impedir el acodamiento, y lo más corto posible para minimizar las
posibilidades de obstrucción. Algunos fabricantes colocan un
código de color en este tubo (bandas amarillas) para distinguirlo
de los de 22mm del sistema respirador. Muchos aparatos tienen
tubos de transferencia separados para la válvula APL y para la
válvula de descarga del ventilador. Ambos suelen converger antes
de entrar en la interfase de eliminación. La obstrucción del dispo-
sitivo de transferencia puede ser especialmente problemática,
porque está por encima de la interfase de amortiguación de presión
de eliminación. Si se obstruye, aumenta la presión en el circuito
respiratorio y puede producirse un barotraumatismo.
Interfase de eliminación
La interfase de eliminación es el componente principal del sistema,
porque protege el circuito respiratorio y el ventilador de las pre-
siones positivas o negativas excesiva
s 146 .La interfase debería
limitar las presiones inmediatamente por debajo del dispositivo de
recogida de gases a valores entre –0,5 y +10 cm H
2
O en condicio-
nes normales de funcionamient
o 148 .La descarga de presión posi-
tiva es obligatoria, independientemente del sistema utilizado, para
eliminar el exceso de gas en caso de obstrucción por debajo de la
interfase. Si el sistema de eliminación es «activo», se necesita libe-
ración de la presión negativa para proteger el circuito respiratorio
o el ventilador de la presión subatmosférica excesiva. Con este
sistema es muy conveniente la existencia de un reservorio, porque
almacena el exceso de gas residual hasta que lo pueda eliminar el
sistema de evacuación. Las interfases pueden ser abiertas o cerra-
das, en función del método utilizado para liberar las presiones
positivas y negativas
146 .Interfases abiertas.
Una interfase abierta no tiene válvulas y
se abre a la atmósfera, permitiendo la liberación de presiones posi-
tivas y negativas. Las interfases abiertas sólo deberían utilizarse en
dispositivos de eliminación activa con sistema central de evacua-
ción. Las interfases abiertas necesitan un reservorio, porque los
gases residuales se eliminan de forma intermitente, mientras que
el flujo hacia el sistema de eliminación activo es continu
o 146 .Muchos aparatos de anestesia actuales están dotados de
interfases abiertas como las que se muestran en las
figuras 15-32A y B 1 51 .Un recipiente abierto actúa como reservorio. Debe tener un
volumen suficiente para albergar diversos flujos de gas residual. El
gas entra en el sistema por la parte superior del recipiente y circula
hasta la base a través de un tubo interno estrecho. Los gases se
almacenan en el reservorio entre las respiraciones. Unos orificios
en la parte superior liberan las presiones positiva y negativa. La
interfase abierta en la
figura 15-32Aes algo diferente de la que se
muestra en la
figura 15-32B .El anestesiólogo puede regular el
vacío ajustando la válvula de control de vacío que se muestra en
la
figura 15-32B 1 51 .El rendimiento de una interfase abierta depende de varios
factores. Para evitar el rebosamiento, la aspiración por minuto debe
ser igual o superior al volumen por minuto del exceso de gas. El
volumen del reservorio y las características del flujo dentro de la
interfase son importantes. Si el volumen de una espiración supera
la capacidad del reservorio, se producirá un rebosamiento. Las
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Farmacología y anestesia
II
Figura 15-32
A
y
B,
Dos interfases abiertas de eliminación de gases. Cada una necesita un sistema de eliminación activo. APL, válvula limitadora de presión
ajustable; Vent, válvula de descarga del ventilador. Véase texto para los detalles.
(Modificada con autorización de Dorsch JA, Dorsch SE: Controlling trace gas
levels.
En
Dorsch JA, Dorsch SE [eds.]:
Understanding Anesthesia Equipment,
4.
a
ed. Baltimore, Williams
&
Wilkins, 1999, pág. 355.)