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52

Fisiología y anestesia

I

broncoespasmo. Sin embargo, esta selectividad

b

2

es sólo relativa y

puede perderse con dosis mayores. Por otra parte, los receptores

b

2

del nódulo sinoauricular pueden producir taquicardia al ser esti-

mulados. Las estructuras de estos fármacos se han modificado para

hacer que su metabolismo sea más lento, prolongando así su efecto

terapéutico y facilitando la administración oral. En particular, la

adición de estructuras voluminosas al grupo amino de las cateco-

laminas incrementa la

b

2

-selectividad, reduce la afinidad por los

receptores

a

y protege contra la metabolización por parte de la

COMT. Estos agentes son aerosolizados y administrados con inha-

lador, para que el inicio de su acción sea rápido y para minimizar

los niveles sistémicos de fármaco y los afectos adversos.

Se ha documentado un incremento en el número anual de

muertes por asma y se ha sugerido la posibilidad de que dicho

aumento se relacione con el uso de

b

2

-agonista

s 208-210

. También se

ha propuesto como posible mecanismo relacionado con estos

agentes la susceptibilidad a la arritmia por estimulación cardíaca

directa o por hipopotasemia

b

2

-inducida.Asimismo se ha planteado

la hipótesis de que el uso a largo plazo de estos fármacos intensifique

la hiperreactividad de las vías respiratorias. Con todo, su uso seguro

en muchos miles de pacientes está ciertamente bien documentado.

Entre los fármacos más usados de este grupo se cuentan el

metaproterenol, la terbutalina y el albuterol. El primero es proba-

blemente menos

b

2

-selectivo que el albuterol o la terbutalina. Esta

última es el único agente

b

2

-selectivo que puede administrarse por

vía subcutánea y puede por tanto ser utilizado en el estado asmá-

tico. La dosis subcutánea normal es de 0,25mg, que puede repetirse

a los 15 o 30 minutos.

Los

b

2

-agonistas se emplean también para tratar el parto

prematuro (v. cap. 59). La ritodrina se ha comercializado para este

propósito. Los efectos adversos

b

1

-adrenérgicos son frecuentes, en

especial cuando los fármacos se administran por vía intravenosa.

Los otros fármacos

b

2

-selectivos también se han empleado como

tocolíticos y se han asociado a significativos efectos adversos y, en

ocasiones, a edema pulmonar. Por ello se ha cuestionado su

aplicación en este ámbit

o 211 .

Antagonistas de los receptores

a

Los

a

1

-antagonistas se han usado con profusión como antihiper-

tensivos, aunque esta aplicación ha ido disminuyendo con el

tiempo. El

a

1

-bloqueo vasodilata, bloqueando la constricción arte-

rial y venosa producida por las catecolaminas endógenas. Sus

efectos se ven potenciados con el paciente en pie o en presencia de

hipovolemia. La taquicardia refleja y la retención de líquidos son

posibles consecuencias de su uso.

La fenoxibenzamina es el

a

1

-antagonista prototípico, aunque

se une de manera irreversible a los receptores

a

1

y

a

2

.Antes de que se

produzca la compensación completa de sus efectos deben sinteti-

zarse nuevos receptores. Su semivida tras administración oral no

se conoce, en tanto que la registrada tras una dosis intravenosa es

de unas 24 horas. La fenoxibenzamina reduce la resistencia perifé-

rica y aumenta el gasto cardíaco, así como el flujo sanguíneo a la

piel y las vísceras. Como era de esperar, su principal efecto adverso

es la hipotensión ortostática, pudiendo también registrarse conges-

tión nasal. Además del bloqueo de receptores, la fenoxibenzamina

inhibe la captación neuronal y extraneuronal de catecolaminas. Se

emplea para tratar el feocromocitoma. En otro uso, establece una

«simpatectomía química» preoperatoria, que ayuda a controlar la

presión arterial,permite la corrección de la contracción del volumen

plasmático y protege frente a las lesiones cardíacas inducidas

por catecolaminas. Así pues, el tratamiento con fenoxibenzamina

permite una evolución perioperatoria sin complicaciones en

pacientes a los que se les extirpe un feocromocitoma. Cuando se

administran simpaticomiméticos exógenos tras bloqueo de los

receptores

a

1

, se inhiben sus efectos vasoconstrictores. El efecto de

la fenilefrina es completamente bloqueado, mientras que en el caso

de la noradrenalina, se limita al efecto

b

1

de la estimulación car-

díaca. La inversión de la adrenalina causada por el

b

2

-agonismo sin

oposición cuando se administra adrenalina exógena se manifiesta

con hipotensión grave y taquicardia. A pesar de la unión irreversi-

ble a los receptores, el tratamiento recomendado de la sobredosis

de fenoxibenzamina consiste en infusión de adrenalina, ya que

algunos receptores se mantienen libres de fármac

o 212 .

La fentolamina es un fármaco de acción más corta que

bloquea los receptores

a

1

y

a

2

. Históricamente se ha empleado para

tratar la hipertensión, aunque ha sido reemplazado en buena

medida por la nitroglicerina y el nitroprusiato. También se empleó

para tratar la hipertensión asociada a la abstinencia de clonidina o

a la ingestión de tiramina durante el tratamiento con IMAO, si bien

se dispone de escasos datos sobre su eficacia y su seguridad en estas

aplicaciones. La fentolamina también se ha infiltrado en tejidos

afectados tras extravasación de agentes como la noradrenalina, con

el objetivo de intentar relajar la vasoconstricción. Para este efecto

se diluyen 5-10mg en 10ml de suero salino. Entre los efectos adver-

sos de la fentolamina se cuentan hipotensión y molestias gastroin-

testinales. Por acción de los receptores

a

2

pueden producirse

tarquicardia refleja y arritmias. La arteriopatía coronaria y la úlcera

péptica son contraindicaciones relativas para este fármaco. Como

en la sobredosis de fenoxibenzamina, la hipotensión grave puede

requerir tratamiento con noradrenalina en vez de con adrenalina.

La prazosina es un potente bloqueante

a

1

-adrenérgico selec-

tivo, utilizado a menudo como antagonista en estudios farmacoló-

gicos. Antagoniza los efectos vasoconstrictores de la noradrenalina

y la adrenalina, produciendo disminución de la resistencia vascular

periférica y del retorno venoso al corazón. Aunque la frecuencia

cardíaca no suele aumentar, la hipotensión ortostática es un pro-

blema considerable. A diferencia de otros antihipertensivos, la pra-

zosina mejora los perfiles lipídicos, reduciendo los niveles de

lípidos de baja densidad y elevando los de alta densidad. Se emplea

fundamentalmente para tratar la hipertensión. También se ha uti-

lizado en pacientes con ICC aunque, a diferencia de lo que sucede

con los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina

(ECA), la prazosina no prolonga la vida. Se metaboliza en el hígado

y se administra en comprimidos de 1, 2 o 5mg, comenzando con

0,5 o 1mg al acostarse para contrarrestar la hipotensión ortostática.

Posteriormente puede tomarse dos veces al día.

Antagonistas

a

2

como la yohimbina activan el flujo simpático

potenciando la liberación de adrenalina, pero han mostrado escasa

utilidad clínica en anestesia, mientras que sí se utilizan en urología.

Antagonistas de los receptores

b

Farmacología

Los antagonistas de los receptores

b

-adrenérgicos (es decir, los

b

-bloqueantes) se cuentan entre los fármacos más recetados y son

tomados con frecuencia por pacientes que van a someterse a

cirugía. Entre las actuales indicaciones para su uso se cuentan car­

diopatía isquémica, tratamiento del postinfarto, arritmias, mio­

cardiopatía hipertrófica, hipertensión, insuficiencia cardíaca y profilaxis de la migraña. La inquietud por la eventualidad de que los

pacientes tratados con

b

-bloqueantes presenten inestabilidad hemo-

dinámica bajo anestesia se ha demostrado injustificada.Estos fármacos

son una parte importante del arsenal terapéutico del anestesista a la

hora de limitar el estrés perioperatorio y de proteger el sistema cardio-

vascular. Un completo análisis realizado por la Agency for Healthcare

Research and Quality de Estados Unidos determinó que el uso perio-

peratorio de

b

-bloqueantes reduce la morbilidad y la mortalidad en

cirugía no cardíaca practicada a pacientes de riesg

o 213

. Varios conoci-

dos estudio

s 214-218 ,

el uso generalizado y la contrastada seguridad de

estos fármacos en la insuficiencia cardíac

a 219

han convertido al

b

-blo-

queo en un patrón en creciente evolución (v. cap. 24).