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privación. Numerosos investigadores han demostrado que la des-

ensibilización a corto plazo está probablemente relacionada con la

fosforilación del receptor opioide por la proteincinasa

C 16

. Se han

implicado otras muchas cinasas, como la proteincinasa A y la cinasa

del receptor

b

-adrenérgico (

b

ARK

) 17

. La

b

ARK fosforila selectiva-

mente los receptores unidos al agonista, y por tanto promueve la

interacción con la

b

-arrestina, que interfiere con el acoplamiento

de la proteína G y promueve la internalización del receptor. En un

ratón que carecía de

b

-arrestina 2 se intensificó una analgesia aguda

inducida por morfina, lo que sugiere que esta proteína influye en la

regulación de la respuesta a los opioides in viv

o 18 .

Al igual que otros receptores acoplados a la proteína G, el

receptor opioide puede sufrir una internalización rápida mediada

por el agonista a través de la vía endocítica clásic

a 19,20

. Este proceso

es inducido de distinta forma por diferentes tipos de ligando. Por

ejemplo, hay ciertos agonistas, como la etorfina y las encefalinas,

que producen una internalización rápida del receptor

m

, mientras

que la morfina, aunque también disminuye la actividad de la ade-

nilciclasa, no causa internalización del receptor

m 21 .

Este hallazgo

sugiere que distintos ligandos pueden inducir diversos cambios en

la forma del receptor, con lo que producen diferentes aconteci-

mientos intracelulares. Es más, se podría encontrar explicación a

las diferencias que hay en la eficacia y el riesgo de abuso de los

distintos opioide

s 22

.

Se considera que la tolerancia a largo plazo a los opioides se

debe a un aumento de la actividad de la adenilciclasa como con-

trarregulación al descenso de los niveles de AMPc que se observa

tras la administración aguda de opioide

s 23 .

Este efecto se puede

prevenir con el pretratamiento de las células con toxina pertussis,

lo que demuestra la implicación de las proteínas G (G

i

+ y/o G

o

).

Mecanismo de la analgesia

Se ha de considerar el control del dolor que producen los opioides

dentro del contexto de los circuitos cerebrales que modulan la

analgesia y en el marco de la función de los distintos tipos de

receptores que existen en estos circuito

s 24

. Se ha establecido que su

efecto analgésico deriva de su capacidad de inhibir directamente

la transmisión ascendente de la información nociceptiva desde el

asta dorsal de la médula espinal y de activar los circuitos de control

del dolor que descienden desde el mesencéfalo a través de la mé-

dula ventromedial rostral (MVR) hasta el asta dorsal de la médula

espinal. En un estudio realizado por Petrovic y cols. con un modelo

experimental de dolor en el que utilizaron la tomografía de emisión

de positrones (PET) para estudiar los mecanismos de acción del

remifentanilo, un agonista

m

de acción ultracorta, se observó que

el fármaco producía una activación de la corteza cingulada rostral

anterior, de la ínsula, de la corteza orbitofrontal y de áreas del tron-

co cerebra

l 25 .

Estas últimas zonas se solapaban con zonas cerebrales

previamente implicadas en la modulación del dolor, como la mate-

ria gris periacueductal (MGP). Resulta interesante recordar que

la analgesia producida por placebo actúa de forma similar sobre

esas zonas, probablemente a través de la liberación de opioides

endógeno

s 26

.

Los estudios inmunohistoquímicos y los análisis de hibrida-

ción in situ han probado que los receptores opioides se expresan

en distintas zonas del sistema nervioso central (SNC

) 5 .

Entre dichas

zonas se encuentran la amígdala, la formación reticular mesence-

fálica, la MGP y la MVR. Sin embargo, el papel de los receptores

opioides en todas estas zonas no se conoce completamente.

La microinyección de morfina en la MGP o la estimulación

eléctrica directa de esta zona produce una analgesia que se puede

bloquear con naloxona. El efecto de los opioides en la MGP influye

en la MVR, que a su vez modula la transmisión nociceptiva en el

asta dorsal de la médula espinal a través de la acción de la vía de

inhibición descendente. Por tanto, los opioides no sólo causan

analgesia por el efecto directo en la médula espinal, sino también

por la interacción con las neuronas localizadas en lugares distantes

al sitio donde se administran los opioides.

La distribución de los receptores opioides en los circuitos

descendentes del control del dolor indica que hay una gran super-

540

Farmacología y anestesia

II

Figura 17-3

 Mecanismos de transducción de la señal intracelular relacionados con los receptores opioides. El agonista opioide se une al receptor opioide,

produciendo activación de la proteína G. Se inhiben la actividad de la adenilatociclasa y la de los canales de Ca

2+

dependientes de voltaje. Por otro lado, se activan

los canales de K

+

de rectificación interna y la cascada de la proteincinasa activada por mitógenos (MAPK). AMP, adenosinmonofosfato; ATP, adenosintrifosfato.