Table of Contents Table of Contents
Previous Page  566 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 566 / 2894 Next Page
Page Background

(50-100mg i.v.) alcanza diferentes grados de analgesia, y no es

siempre eficaz en pacientes con dolor grave. Los bolos i.v. de

fentanilo (1-3

m

g/kg), alfentanilo (10-20

m

g/kg) o sufentanilo

(0,1-0,3

m

g/kg) pueden lograr una potente analgesia de duración

corta. La velocidad de infusión de estos fármacos es la siguiente:

para el fentanilo, 0,01-0,05

m

g/kg/min; para el sufentanilo, 0,0015-

0,01

m

g/kg/min; para el alfentanilo, 0,25-0,75

m

g/kg/min, y para el

remifentanilo, 0,05-0,25

m

g/kg/min. La

tabla 17-6

resume la con-

centración plasmática de los distintos opioides que es necesaria en

diferentes contextos clínicos.

Los cambios en la excitabilidad de las neuronas del SNC

desempeñan un papel fundamental en el establecimiento del dolor.

Dosis bajas de fentanilo bloquean la forma sináptica de sensibili-

zación central en la médula espinal de la rata en vivo, pero dosis

más altas no tienen este efecto

323 .

Se ha visto que la analgesia pre-

ventiva con fentanilo o bupivacaína epidural después de una pros-

tatectomía radical logra reducir el dolor postoperatorio y mejora

la recuperació

n 324 .

Por el contrario, en pacientes sometidos a

nefrectomía transperitoneal por tumores, la administración preo-

peratoria intravenosa de una combinación de morfina, ketamina y

clonidina no consigue ejercer un efecto significativo sobre el dolor

postoperatori

o 325 .

Aida y cols. afirman que la efectividad de la

analgesia preemptiva varía según el tipo de cirugía, y que la anal-

gesia preemptiva con morfina epidural es consistentemente efec-

tiva en cirugía de las extremidades y de la mama, pero no lo es en

cirugía abdomina

l 326

. En un metaanálisis se ha demostrado que los

resultados de la analgesia preemptiva mediante la administración

sistémica de opioides no son consistente

s 327 .

Por tanto, aún no se

sabe con certeza si con la administración precoz de opioides

se puede conseguir de forma efectiva una analgesia preemptiva.

Hoy en día,la analgesia con opioides controlada por el paciente

constituye la piedra angular de la analgesia postoperatoria (v. cap.

77). Esta técnica puede ayudar a conseguir un mejor pronóstic

o 328

.

No obstante, la optimización farmacocinética del tratamiento con

opioides del dolor agudo es un tema muy complicad

o 329 .

Si no se

tiene en cuenta la concentración del fármaco en el sitio de efecto a

lo largo del tiempo, no se puede optimizar la elección del opioide, y

tampoco la cantidad, el método y la frecuencia de administració

n 329

.

La morfina sigue siendo el opioide de elección para el tratamiento

con analgesia controlada por el pacient

e 330

(v. también cap. 77).

Sedación

Los pacientes críticos que se encuentran en la unidad de cuidados

intensivos (UCI) experimentan a menudo ansiedad y agitación, ya

que están expuestos a numerosos estímulos estresantes o dolorosos.

Los pacientes en la UCI precisan habitualmente una combinación de

analgesia y sedación para aliviar su situación de ansiedad, mejorar la

adaptación al tubo endotraqueal y ayudar a la adherencia con venti-

lación mecánica. La morfina es el fármaco intravenoso que más se

utiliza en la UC

I 331

. Un estudio aleatorizado a doble ciego indica que

tanto el remifentanilo (0,15

m

g/kg/min) como la morfina (0,75

m

g/

kg/min) pueden proporcionar niveles comparables de sedación y que

el régimen basado en remifentanilo permite una emergencia más

rápida de la sedación y facilita una extubación más preco

z 332

.

Anestesia balanceada

El término «anestesia balanceada» fue introducido por Lundy en

1926; sugirió que era necesario un equilibrio entre los fármacos y

las técnicas usadas para producir los diversos componentes de la

anestesia (es decir, la analgesia, la amnesia, la relajación muscular y

la abolición de los reflejos autonómicos manteniendo la homeosta-

sis). La anestesia con un único fármaco requeriría dosis tan altas que

causarían una depresión hemodinámica excesiv

a 333

. La introducción

de un opioide como componente de la anestesia balanceada puede

reducir el dolor y la ansiedad postoperatorios, recortar las respuestas

somáticas y autonómicas a la manipulación de la vía respiratoria,

mejorar la estabilidad hemodinámica, disminuir las necesidades de

anestésicos inhalatorios y producir una analgesia postoperatoria

inmediata. Los opioides interaccionan de forma sinérgica con el

propofol y otros fármacos sedantes e hipnóticos, y disminuyen nota-

blemente las dosis necesarias de los mismos para causar la pérdida

de conocimiento y la anestesia adecuadas durante los estímulos

dolorosos, como la incisión de la piel

( fig. 17-25 ) 334 .

Aunque el

objetivo de combinar los opioides con anestésicos sedantes e hipnó-

ticos y/o con anestésicos volátiles consiste en generar una anestesia

adecuada con estabilidad hemodinámica, antes y también después

del estímulo nocivo, este ideal no siempre se puede alcanza

r 335,336 .

El momento de la administración, la velocidad de la misma

y las dosis adicionales de opioides han de ajustarse a la situación

específica del paciente y a la duración estimada de la intervención,

con el fin de evitar problemas. Una dosis elevada de cualquier

opioide, administrada poco antes de finalizar la cirugía, producirá

muy probablemente depresión respiratoria. Sin embargo, las con-

centraciones analgésicas de los opioides provocan un escaso efecto

en la CAM para despertar de los anestésicos inhalatorio

s 337 .

Elección del opioide

El opioide ideal es aquel que permite hacer un ajuste rápido de la

dosis, previene de forma eficaz las respuestas no deseadas a los

estímulos nocivos, precisa pocas dosis adicionales, no deprime la

función cardiovascular, permite recuperar la ventilación espontá-

nea en el momento oportuno y produce una analgesia residual, o

completa, durante el período postoperatorio, con escasos efectos

secundarios. El alfentanilo y el remifentanilo permiten ajustar las

dosis rápidamente, ya que alcanzan el efecto máximo en poco

tiempo (1-2 minutos). El sufentanilo, el alfentanilo y el remifenta-

nilo son superiores al fentanilo en muchos aspectos. Después del

uso de alfentanilo y sufentanilo se requiere usar naloxona para

tratar la depresión respiratoria con menos frecuencia que si se

utiliza fentanilo. Tras la administración de remifentanilo, es muy

raro que sea necesario utilizar un antagonista.

Fentanilo

La inducción de la anestesia suele obtenerse combinando una dosis

de carga de fentanilo (2-6

m

g/kg) con un hipnótico sedante, a

menudo tiopental o propofol, y un relajante muscular. Se puede

conseguir el mantenimiento de la anestesia con N

2

O (60-70%) en

O

2

, concentraciones bajas de anestésicos inhalatorios potentes y

dosis adicionales de fentanilo (bolos intermitentes de 25-50

m

g

cada 15-30 minutos o una infusión continua de 0,5-5,0

m

g/kg/h).

566

Farmacología y anestesia

II

Tabla 17-6

 Rango de la concentración aproximada (ng/ml) plasmática (o

sanguínea en el caso del remifentanilo) de opioide necesaria para la anestesia

intravenosa total

Fentanilo Sufentanilo Alfentanilo Remifentanilo

Fármaco

principal

15-30

5-10

400-800

Cirugía mayor 4-10

1-3

200-400

2-4

Cirugía menor 3-6

0,25-1

50-200

1-3

Ventilación

espontánea

1-3

<

0,4

<

200

0,3-0,6

Analgesia

1-2

0,2-0,4

50-150

0,2-0,4

De Bailey PL, Egan TD, Stanley TH: Intravenous opioid anesthetics.

En

Miller RD

(ed.):

Anesthesia

, 5.

a

ed. Nueva York, Churchill Livingstone, 2000, pág. 330.