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la enzima anormal. Esta observación llevó al desarrollo de la

prueba para determinar el número de dibucaína. En condiciones

de prueba estandarizadas, la dibucaína inhibe la expresión de la

enzima normal un 80% y la de la enzima anormal un 20%

( tab

la 19-1

)

.Demanera subsiguiente se han identificadomuchas varian-

tes genéticas de la butirilcolinesterasa, aunque las variantes

resistentes a la dibucaína son las más importantes. Se puede con-

sultar la revisión de Jensen y Viby-Mogense

n 44

si se desea obtener

información más detallada sobre este tema.

Aunque el número de dibucaína indica la constitución gené-

tica del individuo en lo que respecta a la butirilcolinesterasa, no

mide la concentración de la enzima en el plasma ni indica la efi-

ciencia de la enzima para hidrolizar un sustrato, como la succinil-

colina o el mivacurio. Estos dos últimos factores se determinan

midiendo la actividad de la butirilcolinesterasa, que puede venir

determinada por el genotipo.

Se conoce bien la biología molecular de la butirilcolines-

terasa. Se sabe cuál es la secuencia de aminoácidos de la enzima

y se han identificado los errores de codificación responsables de

la mayor parte de las variaciones genética

s 44

. La mayoría de las

variantes se deben a un error por sustitución de un único ami-

noácido o error de secuenciación en el sitio activo de la enzima

o cerca del mismo. Por ejemplo, en el caso del gen «atípico» (A)

resistente a la dibucaína se produce una mutación en el nucleó-

tido 209, en el que se sustituye una guanina por adenina. El

cambio resultante en este codón origina el cambio de una glicina

por ácido aspártico en la posición 70 de la enzima. En el caso

del gen (F) resistente al flúor, se pueden producir dos sustitucio-

nes de aminoácidos, que corresponden a metionina por treonina

en la posición 243 y a valina por glicina en la posición 390. La

tabla 19-1

resume tres de las variantes genéticas conocidas de la

butirilcolinesterasa: la sustitución del aminoácido en la posi­

ción 70 se escribe Asp ØGly. Se siguen describiendo nuevas varian­

tes de genotipos de la butirilcolinesterasa

45 .

Efectos secundarios

Efectos cardiovasculares

La succinilcolina induce múltiples y variadas arritmias. El fármaco

estimula todos los receptores autónomos colinérgicos: los recepto-

res nicotínicos en los ganglios simpáticos y parasimpático

s 46

y los

receptores muscarínicos en el nódulo sinusal cardíaco. Con dosis

bajas se producen respuestas inotrópicas y cronotrópicas negativas.

Estas respuestas se pueden reducir si se administra previamente

atropina. Cuando se emplean dosis altas de succinilcolina, estos

efectos se pueden convertir en positivo

s 47

y traducirse en taquicar-

dia. Una manifestación clínica destacada de la estimulación autó-

noma generalizada es la aparición de arritmias cardíacas, que se

suelen manifestar como bradicardia sinusal, ritmos de la unión y

arritmias ventriculares. Estudios clínicos realizados han descrito

estas arritmias en distintas situaciones en presencia del intenso

estímulo autónomo que supone la intubación traqueal. No está del

todo claro si las irregularidades cardíacas se deben a la acción sólo

de la succinilcolina o a la presencia añadida de una estimulación

autónoma extracutánea. Un estudio in vitro que empleó el receptor

de acetilcolina ganglionar del subtipo

a

3

b

4

expresado en ovocitos

de

Xenopus laevis

sugirió que, con concentraciones clínicamente

relevantes, la succinilcolina no afecta a los receptores expresados

48 .

La inhibición de los receptores ganglionares de acetilcolina única-

mente se produjo con dosis altas de succinilcolin

a 48 .

La importan-

cia de estos hallazgos es difícil de extrapolar a la práctica porque

el método empleado (modelo de expresión en ovocitos de

Xenopus

laevis

) no se corresponde con la realidad clínica.

B

radicardia

sinusal

.

 El mecanismo autónomo que está

implicado en la bradicardia sinusal es la estimulación de los recep-

tores muscarínicos cardíacos en el nódulo sinusal. Esto supone un

problema especialmente importante cuando predomina el tono

vagal, como sucede en el caso de niños que no han recibido atro-

pina. En los adultos también se ha observado bradicardia sinusal

y ésta aparece con mayor frecuencia cuando se administra una

segunda dosis del fármaco unos 5 minutos después de la primera

49 .

Se puede prevenir la bradicardia administrando tiopental, atro-

pina, fármacos bloqueantes ganglionares y bloqueantes neuromus-

culares no despolarizante

s 50 .

Esta información implica que los

efectos miocárdicos directos, la estimulación muscarínica aumen-

tada y la estimulación ganglionar pueden estar todos involucrados

en la respuesta de bradicardia. La mayor incidencia de bradicardia

tras la segunda dosis de succinilcolina indica que los productos

derivados de la hidrólisis de succinilcolina (succinilmonocolina y

colina) pueden sensibilizar al corazón ante la dosis siguiente.

R

itmos

nodulares

(

de

la

unión

).

 Los ritmos nodulares

suelen aparecer tras la administración de succinilcolina. El meca-

nismo ocasiona probablemente una mayor estimulación relativa de

los receptores muscarínicos en el nódulo sinusal, que suprime el

mecanismo sinusal y permite que el nódulo auriculoventricular se

comporte como el marcapasos. La incidencia de ritmos de la unión

es mayor tras la administración de una segunda dosis de succinil-

colina, pero se evita si se administra previamente dT

c 50 .

A

rritmias

ventriculares

.

 En condiciones anestésicas

estables, la succinilcolina reduce el umbral del ventrículo frente a

las arritmias inducidas por catecolaminas en perros y monos. Las

concentraciones de catecolaminas circulantes aumentan al cuádru-

ple y las de potasio lo hacen un tercio tras la administración de

succinilcolina a perro

s 51 .

En el caso de los seres humanos se obser-

van incrementos parecidos de las concentraciones de catecolami-

nas cuando se ha administrado succinilcolin

a 52 .

Otros estímulos

autónomos, como la intubación endotraqueal, la hipoxia, la hiper-

capnia y la cirugía, pueden ser aditivos a los efectos de la succinil­

colina. También hay que tener en cuenta la posible influencia de

fármacos como la digital, los antidepresivos tricíclicos, los inhibi-

dores de la monoaminooxidasa, las catecolaminas exógenas y

algunos fármacos anestésicos, como el halotano y el ciclopropano,

todos los cuales pueden reducir el umbral ventricular para la acti-

vidad ectópica o aumentar el efecto arritmogénico de las catecola-

minas. Los latidos de escape ventriculares pueden también ser

630

Farmacología y anestesia

II

Tabla 19-1

 Relación entre el número de dibucaína y la duración del bloqueo neuromuscular con succinilcolina o mivacurio

Tipo de butirilcolinesterasa

Genotipo

Incidencia

Número de dibucaín

a *

Respuesta a la succinilcolina

o al mivacurio

Homocigoto típico

E

1

u

E

1

u

Normal

70-80

Normal

Heterocigoto atípico

E

1

u

E

1

a

1/480

50-60

Prolongada un 50-100%

Homocigoto atípico

E

1

a

E

1

a

1/3.200

20-30

Prolongada hasta 4-8 h

*El número de dibucaína indica el porcentaje de enzima inhibida.