Table of Contents Table of Contents
Previous Page  782 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 782 / 2894 Next Page
Page Background

díaca derecha como la distensión venosa yugular, el edema periférico,

la hepatomegalia, el latido ventricular derecho y la ascitis.

Es necesario un ECG preoperatorio y hay que considerar un

ecocardiograma si cambiará el tratamiento (v.

cuadro 24-4

).

También hay que considerar una radiografía de tórax. Los betablo-

queantes se usan para controlar la FC y los antiarrítmicos evitan o

controlan la fibrilación auricular. Estos medicamentos deben con-

tinuarse antes de la operación, porque es necesario controlar la FC

antes de la intervención quirúrgica. La anticoagulación se maneja

junto al cardiólogo y cirujano responsables. Ya no se recomienda

la profilaxis para la endocarditis infeccios

a 43 .

Insuficiencia mitral

La insuficiencia mitral puede ser aguda en el marco de la isquemia

o el infarto o puede ser crónica y asociarse a la estenosis mitral, el

prolapso de la válvula mitral, enfermedades vasculares del colágeno

o miocardiopatías. La evolución suele ser muy gradual y los sínto-

mas aparecen tarde y sólo después del desarrollo de una disfunción

ventricular izquierda. Los síntomas preoperatorios son vagos y a

menudo se atribuyen a otras causas. Puede haber astenia, disnea y

fibrilación auricular. La descripción de los soplos se presenta en la

tabla 24-3 .

Un soplo fuerte asociado a una vibración (grado

4)

tiene una especificidad del 91% de insuficiencia grave, pero una

sensibilidad del 24

% 44 .

La insuficiencia grave raramente está pre-

sente con un soplo de grado 1-2; sin embargo, hay un espectro

amplio de gravedades con un soplo de grado 3. La insuficiencia

mitral crónica se tolera generalmente bien en el período periope-

ratorio a no ser que coexistan otras lesiones valvulares (p. ej., este-

nosis mitral o aórtica) o una disfunción ventricular izquierda. Ya

no se recomienda la profilaxis para la endocarditis infeccios

a 43 .

Prolapso de la válvula mitral

También conocido como síndrome del clic-soplo, el prolapso de la

válvula mitral suele diagnosticarse en mujeres jóvenes durante la

evaluación de un dolor torácico atípico, palpitaciones o síncope. Es

dudoso que estos síntomas estén verdaderamente relacionados. Es

interesante que los varones mayores de 55 años con prolapso de la

válvula mitral tengan más probabilidades de tener complicaciones

de insuficiencia y mayor riesgo de endocarditis infecciosa. El

aspecto importante antes de la operación es diferenciar a los

pacientes con una degeneración significativa de la válvula mitral e

insuficiencia de aquellos en los que se encuentra un clic o un pro-

lapso de forma accidental, lo que no aconseja una evaluación adi-

cional ni un cambio terapéutico. Los pacientes que toman

betabloqueantes para el control de las palpitaciones o el dolor

torácico atípico continúan con estos medicamentos en el período

perioperatorio. Ya no se recomienda la profilaxis para la endocar-

ditis infeccios

a 43 .

Insuficiencia tricuspídea

La insuficiencia tricuspídea es una alteración relativamente fre-

cuente, pero debido a que suele ser asintomática y no es audible en

la exploración física, suele notarse en una ecocardiografía realizada

por otras razones. Hay un pequeño grado de insuficiencia tricus-

pídea en aproximadamente el 70% de los adultos normales. La

insuficiencia tricuspídea suele deberse a una dilatación del ventrí-

culo derecho y del anillo tricuspídeo. La dilatación ventricular

derecha se debe a trastornos que afectan directamente al ventrículo

derecho (isquemia, miocardiopatía) o a una hipertensión pulmo-

nar y un aumento de la presión sistólica en el ventrículo derecho.

La insuficiencia tricuspídea y mitral aparecen a menudo juntas. La

insuficiencia tricuspídea se debe menos a procesos que afectan

directamente a la válvula tricúspide, como la anomalía de Ebstein

(una malformación congénita), la endocarditis infecciosa, la fiebre

reumática, el síndrome carcinoide, enfermedades del tejido conjun-

tivo (síndrome de Marfan), la degeneración mixomatosa o el pro-

lapso (ocurre en hasta el 40% de los pacientes con prolapso de la

válvula mitral) o una lesión provocada por un marcapasos, una vía

central o la derivación de un cardioversor-desfibrilador implanta-

ble (CDI). Los fármacos como los anorexígenos fenfluramina y

fentermina y el agonista de la dopamina pergolida pueden causar

una insuficiencia tricuspídea por un mecanismo similar al visto en

el síndrome carcinoide. Los fármacos que acabamos de mencionar

ya no están disponibles en Estados Unidos.

La insuficiencia tricuspídea se asocia clásicamente a un

soplo holosistólico que se escucha mejor en el borde medioesternal

derecho o izquierdo o en la zona subxifoidea. Cuando el ventrículo

derecho está muy aumentado de tamaño, el soplo puede apreciarse

incluso en la punta. Suele haber poca radiación del soplo y no se

palpa ninguna vibración. Sin embargo, el soplo de la insuficiencia

tricuspídea es a menudo blando o falta, incluso cuando la insufi-

ciencia es intensa. Las intervenciones que aumentan el retorno

venoso (elevar las piernas, ejercicio, compresión hepática) aumen-

tarán el soplo de la insuficiencia tricuspídea. El soplo también

puede hacerse más fuerte tras un latido prematuro y una diástole

prolongada. Por el contrario, reducir el retorno venoso (al ponerse

de pie o con nitrato de amilo) disminuirá la intensidad del soplo.

En pacientes con hipertensión pulmonar, la intensidad del soplo

puede cambiar con la alteración de la presión en la arteria pulmo-

nar y, por tanto, en el ventrículo derecho. A los pacientes con (o

sospecha) de hipertensión pulmonar se les debe tratar junto a un

especialista en hipertensión pulmonar (v. apartado «Hipertensión

pulmonar»). Ya no se recomienda la profilaxis para la endocarditis

infeccios

a 43

. Hay que considerar un ecocardiograma si esto cam-

biará el tratamiento.

Miocardiopatía hipertrófica

Antes conocida como miocardiopatía obstructiva hipertrófica y

antes como estenosis subaórtica hipertrófica idiopática, la MCH

puede ser familiar. Los pacientes con miocardiopatía hipertrófica

obstructiva son a menudo varones jóvenes y pueden estar asintomá-

ticos y sin soplos. Hay que considerar un ECG y un ecocardiograma

si hay antecedentes personales o familiares de síncope con el ejercicio

o muerte súbita o cuando se detecta un soplo compatible con este

trastorno. Las características del soplo se describen en la

tabla 24-3 .

Una maniobra que reduzca el volumen diastólico o aumente la con-

tractilidad aumentará la intensidad del soplo. La elevación pasiva de

la pierna y la posición en cuclillas reducen la intensidad y una

maniobra de Valsalva la aumenta. En un paciente sin hipertensión y

por lo demás sano con HVI y alteraciones en el segmento ST y la

onda T en un ECG, hay que considerar un ecocardiograma.

Los pacientes están en riesgo de muerte cardíaca súbita pro-

bablemente por arritmias (v.

cuadro 24-4 )

. La monitorización con

Holter puede ser útil en algunos pacientes. Muchos pacientes se

tratan con betabloqueantes para reducir la contractilidad; estos

medicamentos se continúan en el período perioperatorio. Puede

haber un CDI para evitar la muerte súbita; véase la exposición en

el apartado adecuado de este capítulo. Ya no se recomienda la

profilaxis para la endocarditis infeccios

a 43 .

Prótesis valvulares cardíacas

En pacientes con prótesis valvulares, los aspectos preoperatorios

más importantes son el trastorno subyacente que exija su coloca-

ción, el tipo de prótesis, la necesidad de anticoagulación y el trata-

miento planeado de tales pacientes en el período perioperatorio. En

ocasiones, los pacientes tendrán una hemólisis relacionada con la

válvula. El riesgo de trombosis es mayor con múltiples prótesis

valvulares, seguido de las válvulas en posición mitral y después en

la aórtica. Las válvulas de tipo bola enjaulada (Starr-Edwards)

tienen el mayor riesgo, las válvulas de un solo disco inclinado

782

Control de la anestesia

III