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Disnea

La disnea es una experiencia subjetiva de molestia al respirar. Es

un síntoma de la falta de forma física, la obesidad y de trastornos

de la ventilación, la función cardíaca, la perfusión y el transporte

de oxígeno. La disnea se asocia a enfermedades cardíacas, pulmo-

nares, hematológicas y neuromusculares.

Los pacientes con un comienzo insidioso pueden no buscar

atención médica hasta que es demasiado tarde y con frecuencia

ellos y sus cuidadores suponen que la disnea se debe a que «no

están en forma», aunque éste debe ser un diagnóstico de exclusión.

La mayoría de los pacientes con disnea crónica de causa incierta

tiene uno de estos cuatro diagnósticos: asma, EPOC, enfermedad

pulmonar intersticial o disfunción cardíaca.

Loshechosimportantesquehayquedeterminarsonelcomienzo,

la progresión, los factores precipitantes, el tipo y nivel de actividad

provocadora, los síntomas asociados (el dolor torácico, el edema en las

piernas, el síncope o el casi síncope, la astenia), otros trastornos (artritis,

enfermedades del tejido conjuntivo, cardiopatías, tabaquismo) y la

exposición a fármacos o toxinas.Preguntar sobre el carácter de la disnea

puede diferenciar las causas. La disnea secundaria a la falta de forma

física suele describirse como «disnea intensa», y a menudo podemos

determinar que el paciente describe una astenia en lugar de una verda-

dera disnea. La broncoconstricción en las exacerbaciones del asma se

describe conmayor frecuencia como «opresión» o «falta de aire»,mien-

tras que los pacientes con EPOC se quejan de «ser incapaces de hacer

una respiración profunda» o «un esfuerzo aumentado para respirar».

Los pacientes con insuficiencia cardíaca sienten que están «sofocados»

o tienen «falta de aire

» 33 .

La ortopnea (disnea en decúbito supino)

indica una insuficiencia cardíaca o una apnea del sueño. La tos puede

ser un síntoma de insuficiencia cardíaca, asma o EPOC. La angina o el

antecedente de EAC pueden indicar una insuficiencia cardíaca. Los

fármacos anoréxicos pueden causar una hipertensión pulmonar o ano-

malías valvulares. Las enfermedades del tejido conjuntivo se asocian a

una enfermedadpulmonar intersticial.En la exploración físicadebemos

buscar palidez, cianosis, un tórax en «tonel», crepitantes, sibilancias,

soplos, ruidos o ritmos cardíacos anormales, un corazón aumentado de

tamaño, taquicardia, distensión venosa yugular, afectación articular,

acropaquias, cambios cutáneos fibróticos y edema. Los pacientes con

obstrucción intensa al flujo aéreo tienen los labios fruncidos y un

patrón de respiración profunda lenta, y los que tienen fibrosis intersti-

cial o cifoescoliosis suelen tener una respiración superficial rápida.

La anamnesis y la exploración física preoperatorias llevan a

diagnósticos precisos en dos terceras partes de los casos. Las pruebas

iniciales pueden ser un ECG, un hematocrito (para excluir la anemia),

una gasometría, unas pruebas de función tiroidea, una radiografía de

tórax, una espirometría y una oximetría en reposo y caminando unos

metros. Las concentraciones de BNP pueden ser útiles. La mayoría de

los pacientes con disnea e insuficiencia cardíaca tiene valores de BNP

superiores a los 400pg/ml, mientras que hay que considerar la disfun-

ción ventricular izquierda sin exacerbación, embolia pulmonar ni

cardiopatía pulmonar en pacientes con disnea y concentraciones plas-

máticas de BNP entre 100 y 400pg/ml. Otras pruebas dependen de las

observaciones hechas en estas pruebas y están dirigidas por la anam-

nesis y la exploración física.La tomografía computarizada y las pruebas

de ejercicio cardiopulmonares raramente son necesarias, pero pueden

ser útiles si las pruebas mencionadas antes no son diagnósticas.

Pacientes con factores de riesgo de complicaciones

pulmonares postoperatorias

Las complicaciones pulmonares postoperatorias aparecen en el

5-10% de los pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas

extratorácicas y en el 22% de los pacientes de riesgo alto. Hasta una

de cada cuatro muertes producidas en la primera semana que sigue

a la intervención quirúrgica se relaciona con complicaciones pul-

monares, lo que las convierte en la segunda causa de morbilidad

grave tras los acontecimientos cardiovasculares adverso

s 50,51

.

Los factores de riesgo establecidos con un mayor riesgo de

complicaciones pulmonares son los siguientes

: 52

Antecedente de consumo de cigarrillos (actual o

>

40 paque-

tes-años).

Puntuación ASA-PS mayor de 2.

Edad

>

70 años.

EPOC.

Intervención quirúrgica en el cuello, torácica, abdominal

superior, aórtica o neurológica.

Procedimientos prolongados previstos (

>

2 horas).

Anestesia general prevista (especialmente con intubación

endotraqueal).

Albúmina menor de 3 g/dl.

Capacidad para el ejercicio menor de dos manzanas o un

tramo de escaleras.

IMC mayor de 30.

Resulta sorprendente la ausencia en esta lista del asma y de los

resultados de la gasometría o las PFR. El riesgo de complicaciones es

sorprendentemente bajo en pacientes con asma bien controlada o en

aquellos tratados con corticoides antes de la operació

n 53 .

El riesgo es

mayor en asmáticos con exacerbaciones recientes o antecedentes de

complicacionespulmonarespostoperatoriasuhospitalizaciónreciente

o intubación por asma. La gasometría arterial es útil para pronosticar

la función pulmonar tras una resección pulmonar quirúrgica, pero

no pronostica el riesgo de complicaciones. El grado de obstrucción

de la vía respiratoria, medida por el VEMS, no pronostica las compli-

caciones pulmonare

s 54

. Las PFR, la gasometría arterial o las radiogra-

fías de tórax no deben usarse de forma sistemática para pronosticar

el riesgo de complicaciones pulmonares postoperatorias. Las PFR

pueden estar indicadas para diagnosticar la enfermedad (¿disnea

causada por enfermedad pulmonar o insuficiencia cardíaca?) o para

evaluar el tratamiento (¿pueden mejorar más la disnea o las sibilan-

cias?) pero

no

deben usarse como una herramienta de evaluación del

riesgo ni para denegar un procedimiento beneficios

o 54 .

Los resultados de laboratorio y los determinantes relacionados

con el paciente y el procedimiento del riesgo de complicaciones pul-

monares perioperatorias se han revisado recientemente en la literatura

médic

a 55

.Algunos de estos factores pueden modificarse para alterar el

riesgo. El estado pulmonar de los pacientes con exacerbaciones recien-

tes o infecciones debe mejorarse siempre que sea posible. Las prescrip-

ciones de antibióticos, broncodilatadores y esteroides, la remisión a

neumólogos o internistas y el retraso de la intervención quirúrgica son

importantes en pacientes con riesgo alto. El entrenamiento de los

pacientes antes de la operación en maniobras de expansión pulmonar,

como las respiraciones profundas y la espirometría incentivada,reduce

las complicaciones pulmonares más que el entrenamiento posterior a

la intervención. Además, un cambio en el tratamiento perioperatorio,

incluida una alteración del procedimiento quirúrgico si es posible,

discutir alternativas a la anestesia general, especialmente cuando los

bloqueos de nervios periféricos son una opción, y educar al paciente

sobre los beneficios de la anestesia epidural, pueden ser medidas efi-

caces para reducir las complicaciones pulmonare

s 56 .

Pacientes programados para una resección pulmonar

La mayoría de los pacientes programados para una resección pul-

monar tiene una enfermedad pulmonar subyacente y las PFR

pueden ser útiles para pronosticar el riesgo o excluir a los pacientes

que puedan no tener una reserva pulmonar adecuada tras la resec-

ción. Este tema se cubre en el capítulo 49.

Hipertensión pulmonar

La hipertensión pulmonar puede ocurrir aislada o asociada a tras-

tornos médicos y se clasifica en cinco grupos

( cuadro 24-6 )

según

la Organización Mundial de la Salud. La hipertensión arterial pul-

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Control de la anestesia

III