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referidos por ellos es problemático. Si los pacientes llevan un diario de

múltiples valores de glucosa en diferentes momentos del día (prepran-

dial y posprandial), podemos estimar la idoneidad del tratamiento. Sin

embargo, los pacientes a menudo sólo comprobarán la glucemia de la

mañana, que es probablemente más baja debido al ayuno nocturno

que los valores obtenidos el resto del día. La hemoglobina glucosilada

(HbA

1c

) no está influida por el ayuno y, si disponemos de ella, puede

identificar a aquellos con un mal control. La American Diabetes Asso-

ciation recomienda una HbA

1c

diana de menos del 7%. Las recomen-

daciones para el manejo de los medicamentos hipoglucemiantes el día

de la intervención quirúrgica se exponen en el capítulo 25. Los obje-

tivos del tratamiento diabético perioperatorio son la evitación de la

hipoglucemia y de la hiperglucemia acentuada. El documento de posi-

ción del American College of Endocrinologists recomienda una glu-

cemia en ayunas objetivo menor de 110mg/dl en pacientes

hospitalizados sin enfermedades crítica

s 66 .

Enfermedades tiroideas

Las hormonas tiroideas son importantes para el metabolismo y su

regulación. La disfunción leve a moderada tiene probablemente

una mínima repercusión en el período perioperatorio. El hiperti-

roidismo o el hipotiroidismo significativos parecen aumentar el

riesgo perioperatorio. Los pacientes hipertiroideos pueden tener

taquicardia, arritmias, palpitaciones, temblores, pérdida de peso y

diarrea. Los pacientes hipotiroideos pueden tener hipotensión, bra-

dicardia, letargo y aumento de peso, depresión de la función car-

díaca, derrames pericárdicos y una alteración de la respuesta

ventilatoria a la hipoxia y la hipercapnia. Los síntomas y hallazgos

del hipotiroidismo y el hipertiroidismo pueden ser sutiles e ines-

pecíficos, especialmente en el anciano. Los pacientes pueden tener

bocio con síntomas relacionados como la disfagia, la disnea, las

sibilancias y la ortopnea. La oftalmopatía de Grave o proptosis es

más frecuente en los fumadores. Los pacientes que toman amioda-

rona tienen riesgo de hipotiroidismo y requieren una evaluación

de la función tiroidea antes de la intervención quirúrgica.

Es importante determinar el tratamiento médico. Los pacien-

tes con signos de enfermedad tiroidea crónica precisan pruebas de

función tiroidea antes de la intervención quirúrgica. Si los síntomas

y el tratamiento no han cambiado, las pruebas de los 6 meses previos

a la intervención quirúrgica suelen ser adecuadas. Los análisis de

tiroestimulina (TSH) son mejores para evaluar el hipotiroidismo. La

medida de la triyodotironina (T

3

) y la tiroxina (T

4

)

libres

y la TSH

es útil en pacientes hipertiroideos y evita la confusión de los efectos

ligadores de proteínas que se ven con las concentraciones totales de

hormonas. La intervención quirúrgica programada debe posponerse

hasta que los pacientes estén eutiroideos. La intervención quirúrgica,

el estrés o la enfermedad pueden precipitar el mixedema o la tor-

menta tiroidea en pacientes con una disfunción tiroidea no tratada

o grave. Hay que considerar la consulta preoperatoria con un endo-

crinólogo si la intervención quirúrgica es urgente en pacientes con

disfunción tiroidea clínica. Los pacientes hipertiroideos deben tra-

tarse con betabloqueantes, medicamentos antitiroideos y esteroides

si la intervención quirúrgica es urgente. La radiografía de tórax o la

tomografía computarizada son útiles para evaluar la afectación tra-

queal o mediastínica por un bocio. Es importante continuar los

medicamentos (restitución tiroidea y fármacos antitiroideos como

propiltiouracilo) el día de la intervención quirúrgica.

Enfermedad paratiroidea

La hormona paratiroidea regula el calcio y la mayoría de los casos

de hiperparatiroidismo se descubren cuando se encuentra de forma

accidental una concentración alta de calcio durante las pruebas

diagnósticas. El hiperparatiroidismo primario se debe a un tras-

torno primario de las glándulas paratiroides (adenomas o hiper-

plasia). El hiperparatiroidismo secundario es una hiperplasia de la

glándula paratiroidea causado por una hiperfosfatemia y una hipo-

calcemia por una insuficiencia renal crónica. El hiperparatiroi-

dismo terciario se produce cuando la hiperplasia paratiroidea en

el hiperparatiroidismo secundario funciona de forma autonóma y

da lugar a una hipercalcemia. La hipercalcemia de la enfermedad

paratiroidea se asocia a osteoporosis y pérdida ósea. En casos raros

las glándulas paratiroides aumentan tanto que afectan a la vía res-

piratoria. El hipoparatiroidismo es raro pero puede deberse a una

paratiroidectomía total. La hipercalcemia y la hipocalcemia se

exponen en el apartado sobre trastornos del calcio.

Trastornos hipotalámico-hipofisario-suprarrenales

La hormona corticoliberina se libera en el hipotálamo y regula la

hormona corticotropina (ACTH) de la glándula hipofisaria anterior,

que a su vez regula el cortisol procedente de la corteza suprarrenal.

Un componente clave es la supresión por biorretroalimentación

negativa por glucocorticoides endógenos o exógenos. La secreción

de cortisol varía con el ritmo circadiano, y es más alta por la mañana

y con el estrés, la fiebre, la hipoglucemia y la intervención quirúr-

gica. La intervención quirúrgica es uno de los activadores más

potentes del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (HHS). Las

concentraciones de ACTH aumentan con la incisión y durante la

intervención quirúrgica, pero la mayor secreción de ACTH tiene

lugar durante la reversión de la anestesia, durante la extubación y

en el período postoperatorio inmediato.

Se produce un exceso de hormona suprarrenal debido al tra-

tamiento con glucocorticoides de trastornos como el asma o enfer-

medades inflamatorias o por tumores hipofisarios o suprarrenales.

La enfermedad de Cushing denota la constelación de observaciones

asociadas a un tumor hipofisario; el síndrome de Cushing se refiere

a las mismas observaciones debidas a un tumor o hiperplasia supra-

rrenal, ACTH ectópica de neoplasias o esteroides exógenos.

Las observaciones preoperatorias en la evaluación son la

hipertensión significativa, el aumento de peso, la miopatía, la dia-

betes, la cara de luna y una joroba de búfalo, que puede influir en

el tratamiento de la vía respiratoria. Las estrías, la virilización en

las mujeres y los hematomas con mínimo traumatismo son fre-

cuentes. Los esteroides exógenos suprimirán las suprarrenales y la

hipersecreción normal esperada en el estrés o la intervención qui-

rúrgica se verá amortiguada. Por tanto, los pacientes con riesgo

necesitarán una «cobertura esteroidea», que se expone en el capí-

tulo 25. Hay que obtener un ECG y concentraciones de electrólitos

y glucosa antes de la operación en la mayoría de los procedimientos

quirúrgicos.A pesar de la aparición fácil de hematomas, los pacien-

tes tienen perfiles de coagulación normales.

La insuficiencia suprarrenal se debe a la destrucción de las

glándulas hipófisis o suprarrenales o a la administración prolon-

gada de glucocorticoides exógenos. La tuberculosis y la infección

por el VIH pueden causar una insuficiencia suprarrenal primaria.

La prednisona o su equivalente en dosis mayores de 20mg/día y

durante más de 3 semanas suprimen el eje HHS. El eje HHS no se

suprime con dosis menores de 5mg/día de prednisona o su equi-

valente. Las dosis intermedias de esteroides tomadas durante más

de 3 semanas tienen efectos variables sobre el eje HHS. El riesgo

permanece durante hasta 1 año tras la suspensión de los esteroides.

Los pacientes con insuficiencia suprarrenal muestran debilidad,

pérdida de peso, hipotensión ortostática, hipovolemia, hiperpig-

mentación y anomalías de los electrólitos. Hay que evaluar los

electrólitos y las constantes vitales ortostáticas.

El cortisol sérico y la ACTH plasmática pueden establecer el

diagnóstico y la causa de la insuficiencia suprarrenal en la mayoría

de los casos. Si la concentración sérica de cortisol es inadecuada-

mente baja y la concentración plasmática simultánea de ACTH es

muy alta, la causa es una insuficiencia suprarrenal primaria (enfer-

medad suprarrenal primaria). La insuficiencia secundaria (enferme­

Valoración preoperatoria

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Sección III

Control de la anestesia

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