lactulosa, 30ml cada 6 horas por vía oral. Puede ser beneficioso
abordar los déficits nutricionales con complementos enterales o
parenterales, especialmente en los pacientes alcohólicos. Los pacien-
tes que consumen alcohol tienen riesgo de sufrir un deterioro neu-
rológico si no se les proporcionan complementos de tiamina, folato
y vitamina B
12
, en particular cuando se aportan nutrición o glucosa.
Estos pacientes también tienen riesgo de síndrome de abstinencia
del alcohol (v. el apartado adecuado).
Es adecuado retrasar la intervención quirúrgica programada
hasta después de un episodio agudo de hepatitis o una exacerbación
de la enfermedad crónica o hasta que se haya establecido un diagnós-
tico si se ha detectado una disfunción hepática nuev
a 74 .La interven-
ción quirúrgica programada está contraindicada en pacientes con
hepatopatía aguda o fulminante, incluida la hepatitis alcohólica (mor-
talidad
>
55%), vírica (mortalidad
>
10%) o no definida. El riesgo
perioperatorio en pacientes con hepatitis crónica o cirrosis se deter-
mina en función de la gravedad histológica (puentes o necrosis mul-
tilobular en la biopsia),el deteriorode las funciones sintética y excretora
del hígado y la hipertensión portal (ascitis, varices, hemorragia).
Los pacientes con una hepatopatía grave tienen una mayor
morbilidad y mortalidad periquirúrgica
s 77 .El tratamiento periope-
ratorio se expone en el capítulo 56. Los efectos adversos más fre-
cuentes son la hemorragia, la infección, el fracaso hepático y el
síndrome hepatorrenal (insuficiencia renal en pacientes con hiper-
tensión portal pero riñones por lo demás normales).
Trastornos sanguíneos
Anemia
La anemia puede ser un problema bien conocido o una posibilidad
sospechada en función de la presencia en el paciente de trastornos
médicos subyacentes o de la razón de la intervención quirúrgica. Es
útil para determinar la causa, la duración y la estabilidad de la anemia,
los síntomas relacionados y el tratamiento (especialmente las trans-
fusiones), aunque la evaluación exige considerar la extensión y tipo
de intervención quirúrgica, la pérdida de sangre prevista y los tras-
tornos asociados del paciente que puedan influir en la oxigenación o
verse afectados por la hipoxia, como las enfermedades pulmonares,
cerebrovasculares o cardiovasculares. Es importante preguntar sobre
los antecedentes personales o familiares de anemia.
La Organización Mundial de la Salud define la anemia como
una concentración de hemoglobina menor de 13g/dl en varones
adultos y menor de 12g/dl en mujeres adultas. Las consecuencias de
grados moderados de anemia y concentraciones de hemoglobina de
6g/dl o más en pacientes sin EAC son mínimas. La ASA Task Force
on Blood Component Treatment concluyó que no deben transfun-
dirse hematíes sólo en función de la concentración de hemoglobina,
sino en función del riesgo de complicaciones por una oxigenación
inadecuada (v. cap. 45
) 78 .Un estudio reciente del Veteran’s Affairs
indica que incluso una anemia preoperatoria leve aumenta la mor-
talidad y morbilidad cardíacas postoperatorias, pero sólo en los varo-
ne
s 31 .Este estudio encontró que los sujetos con hematocritos entre
el 39-51% tenían el menor riesgo de resultados adversos.
Los pacientes preoperatorios con riesgo por anemia son los
que tienen cáncer de colon, hemorragias digestivas o genitourinarias,
metrorragias, infecciones crónicas, enfermedades inflamatorias, défi-
cits nutricionales (como receptores de derivaciones gástricas) y una
gran cantidad de otros trastornos. La anemia es el trastorno sanguí-
neo preoperatorio más frecuente. Un componente importante de la
anamnesis y la exploración física es preguntar sobre palpitaciones,
astenia, dolor torácico, heces negras o sanguinolentas, pérdida de
peso, palidez, soplos, hepatoesplenomegalia o linfadenopatía.
La valoración preoperatoria de los pacientes con anemia o
sospecha de anemia debe incluir un hemograma. Generalmente el
médico de atención primaria o el hematólogo deberán realizar una
evaluación adicional, pero los estudios iniciales abarcan una exten-
sión periférica, la determinación del volumen corpuscular medio
(VCM), un recuento de reticulocitos y pruebas adicionales como
estudios del hierro, las concentraciones de vitamina B
12
o el folato,
dependiendo de lo que se encuentre en la extensión y el VCM. El
VCM, el hierro y la ferritina son bajos y la capacidad total de trans-
porte del hierro (CTTH) alta en la anemia ferropénica. El VCM y el
CTTH son bajos o normales y el hierro y la ferritina normales o altos
en la anemia asociada a enfermedades crónicas. El VCM es alto y las
concentraciones de vitamina B
12
o folato bajas en la anemia macro-
cítica asociada con estos déficits. Puede ser necesaria la tipificación
y el cribado y una transfusión preoperatoria, dependiendo del grado
de anemia y de la hemorragia quirúrgica prevista.
En circunstancias especiales, como el rechazo del paciente a
la transfusión perioperatoria de sangre o procedimientos progra-
mados con una hemorragia prevista significativa en pacientes ané-
micos, puede ser aconsejable posponer la intervención quirúrgica
para realizar un tratamiento con eritropoyetina humana recombi-
nante y hierro.
Anemia falciforme
La anemia falciforme, una hemoglobinopatía hereditaria que cursa
con oclusión vascular, es responsable de la mayoría de las compli-
caciones asociadas. Los pacientes homocigóticos respecto a la
hemoglobina S (HbS) tienen la enfermedad y están en riesgo de
sufrir una morbilidad importante y de ver acortada su esperanza
de vida. Los pacientes con enfermedad SC tienen HbS y HbC y una
evolución clínica mucho menos grave con una anemia moderada.
Los pacientes heterocigóticos (HbS y HbA) tienen el rasgo talasé-
mico y raramente sufren ninguna consecuencia relacionada con
este trastorno. La valoración preoperatoria debe centrarse en la
identificación de la disfunción orgánica y las exacerbaciones agu-
da
s 80 .Los pacientes pueden tener insuficiencia renal, esplenomega-
lia, hipertensión pulmonar e infarto, accidentes cerebrovasculares
e insuficiencia cardíaca. Tienen un mayor riesgo de infección
debido al infarto esplénico. Las hospitalizaciones frecuentes o un
aumento reciente de las hospitalizaciones, la edad avanzada, las
infecciones preexistentes y la enfermedad pulmonar pronostican
complicaciones vasoclusivas perioperatoria
s 79 .La anamnesis y exploración física preoperatorias deben cen-
trarse en la frecuencia,la gravedad y el patrón de las crisis vasoclusivas
y en el grado de lesión pulmonar, cardíaca, renal y del sistema ner-
vioso central. Hay que considerar la pulsioximetría, el hematocrito, la
medida del BUN y la creatinina, un ECG y una radiografía de tórax.
Pueden ser necesarias otras pruebas (p. ej., ecocardiograma, gasome-
tría arterial) en casos raros. La transfusión profiláctica puede ser
beneficiosa, especialmente antes de casos de riesgo intermedio a alto.
La transfusión profiláctica preoperatoria es polémica y la decisión de
transfundir debe tomarse junto a un hematólogo familiarizado con
la enfermedad. El Cooperative Study of Sickle Cell Disease concluyó
que la transfusión preoperatoria era beneficiosa, aunque los pacientes
sometidos a una intervención quirúrgica de riesgo bajo tuvieron
menos complicaciones incluso sin transfusió
n 80. Otro estudio mostró
que un régimen de transfusiones conservador (que reducía la HbS a
<
60% y la hemoglobina a 10g/dl) resultó tan eficaz como un método
más tradicional (transfundir para reducir la HbS a
<
30% y la hemo-
globina a 10g/dl). Entre los beneficios adicionales estuvo el de menos
complicaciones relacionadas con la transfusió
n 81 .Déficit de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa
El déficit de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa es una anemia
hemolítica hereditaria ligada al X con una prueba de Coombs
positiva. La hemólisis se produce ante la exposición a fármacos
(antipiréticos, nitratos, sulfamidas), infecciones, hipoxia, hipoter-
794
Control de la anestesia
III