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dad hipofisaria) o terciaria (enfermedad hipotalámica) es el

diagnóstico si el cortisol sérico y la ACTH plasmática son inade-

cuadamente bajas. Sin embargo, en situaciones más urgentes es

posible que no se puedan esperar los resultados de la ACTH, de

forma que puede realizarse una prueba de estimulación de la ACTH

a no ser que el diagnóstico se haya excluido con un valor basal del

cortisol sérico en el extremo superior de los límites de referencia o

mayo

r 67 .

Cosyntropin es una ACTH sintética y puede administrarse

en una prueba de dosis alta o dosis baja. El momento del día no es

importante, porque en pacientes con insuficiencia suprarrenal, la

respuesta a Cosyntropin es la misma por la mañana que por la tarde.

Una respuesta normal a una prueba de estimulación con dosis alta

(250

m

g en bolo intravenoso) de ACTH es un aumento de la con-

centración sérica de colesterol, medida tras 30-60 minutos, hasta un

máximo de 18-20

m

g/dl o más. La dosis baja (1

m

g en bolo intrave-

noso) de ACTH causa un aumento del cortisol de 17 a 22,5

m

g/dl o

más tras 20-30 minutos. En ambas pruebas, una respuesta subnor-

mal confirma el diagnóstico de insuficiencia suprarrenal, pero son

necesarios más estudios para establecer el tipo y la causa.

Deben evaluarse los electrólitos preoperatorios y obtenerse

un ECG si es adecuado. Los pacientes continúan con los esteroides

el día de la intervención quirúrgica y pueden necesitar comple-

mentos con dosis adicionales (v. apartado sobre medicamentos).

La aldosterona, que produce la corteza suprarrenal, regula el

volumen y los electrólitos (absorción de sodio y cloro, secreción de

potasio e iones hidrógeno) y está controlada por la renina-angio-

tensina, no por el eje HHS.

Síndromes de neoplasias endocrinas múltiples

Los síndromes de neoplasias endocrinas múltiples (MEN, del inglés

multiple endocrine neoplasia

) son raros, pero su reconocimiento es

importante para el tratamiento y la evaluación de los familiares

68 .

El MEN del tipo II (MEN II) se subclasifica en tres síndromes:

MEN IIA,MEN IIB y el cáncer tiroideo medular familiar. La heren-

cia del MEN I y II es autosómica dominante.

El hiperparatiroidismo es la manifestación más frecuente del

MEN I, con casi un 100% de penetrancia a los 40-50 años de edad.

La hipersecreción de gastrina en el MEN I asociado al síndrome

de Zollinger-Ellison se manifiesta a menudo en forma de múltiples

úlceras pépticas. Se ha identificado el gen

MEN1

y, por tanto, es

posible estudiar la presencia de mutaciones

MEN1

. Hay pocas

pruebas de que la detección temprana presintomática reduzca la

morbilidad o la mortalidad en el MEN I. El cribado de familiares

asintomáticos también puede hacerse midiendo el calcio sérico

debido a la alta penetrancia del hiperparatiroidismo en el MEN I.

Un feocromocitoma no diagnosticado puede causar una

morbilidad sustancial o incluso la muerte durante la intervención

quirúrgica. Es importante considerar este diagnóstico preoperato-

rio como un componente de un posible MEN II y, si está presente,

eliminar el tumor antes de eliminar otros tumores endocrinos. El

feocromocitoma extrasuprarrenal es raro en el MEN II, pero es

frecuente la afectación suprarrenal bilateral. Es inusual que el feo-

cromocitoma preceda al desarrollo del carcinoma tiroideo medular

o sea la manifestación inicial del MEN II.

El hiperparatiroidismo en el MEN IIA es a menudo asintomá-

tico.Las pruebas deADN son la prueba óptima en los síndromesMEN

II.Al contrario que el MEN I,en el que no se ha establecido claramente

el beneficio a largo plazo del diagnóstico tempranomediante el cribado

genético, el diagnóstico temprano mediante cribado de familiares con

riesgo en parientes de MEN II es esencial, porque el carcinoma tiroi-

deo medular es una enfermedad peligrosa para la vida que puede

curarse o evitarse con una tiroidectomía temprana.

Por favor, consulte los apartados adecuados en este capítulo

sobre la valoración preoperatoria de los pacientes con enfermedades

tiroideas, hiperparatiroideas e hipofisarias y feocromocitomas.

Feocromocitoma

Los tumores que surgen de las células cromoafines de la médula sup­

rarrenal y de los ganglios simpáticos y que secretan catecolaminas

se denominan feocromocitomas y parangliomas extrasuprarrena-

les secretores de catecolaminas (feocromocitomas extrasuprarre-

nales), respectivament

e 69 .

El término «feocromocitoma» se usa a

menudo para los dos tipos de tumores por sus observaciones clí-

nicas y tratamientos similares. Los feocromocitomas se descubren

cuando los pacientes tienen síntomas, antecedentes familiares o se

descubre una masa suprarrenal de forma accidental. Alrededor del

3-10% de los incidentalomas suprarrenales resultan ser feocromo-

citomas. La tríada clásica de síntomas es la cefalea episódica, la

sudoración y la taquicardia. La hipertensión paroxística aparece en

la mitad de los pacientes. Muchos de los restantes parecen tener

una hipertensión esencial. Alrededor del 5-15% de los pacientes

tiene una PA normal.

La valoración preoperatoria puede mostrar una hiperten-

sión paroxística, que es un signo clásico del feocromocitoma; sin

embargo, los pacientes con esta observación raramente tienen este

trastorno. La cefalea, que varía en intensidad y duración, ocurre en

hasta el 90% de los pacientes sintomáticos. La sudoración aparece

en el 60-70% de los pacientes. Otros síntomas son las palpitaciones,

la disnea, la debilidad y las crisis de pánico (particularmente con

feocromocitomas que producen un incremento de la adrenalina).

La hipotensión ortostática con palidez, la visión borrosa, la pérdida

de peso, la poliuria, la polidipsia, la hiperglucemia, los trastornos

psiquiátricos, la disfunción cardiopulmonar (especialmente con la

iniciación de los bletabloqueantes) y la miocardiopatía dilatada se

deben a un exceso de catecolaminas. También puede haber hiper-

tensión acentuada.

El feocromocitoma debe sospecharse en pacientes con una

o más de las siguientes:

Rachas hiperadrenérgicas (palpitaciones sin ejercicio, diafo-

resis, cefalea, temblor, palidez).

Hipertensión difícil de controlar.

Un síndrome familiar que incluya tumores secretores de

catecolaminas (MEN II, neurofibromatosis 1, enfermedad de

von Hippel-Lindau), a menudo con afectación bilateral.

Un antecedente familiar de feocromocitoma.

Un descubrimiento accidental de una masa suprarrenal.

Respuesta inusual de la PA durante la anestesia, la interven-

ción quirúrgica o la angiografía.

Hipertensión a una edad temprana (p. ej.,

<

20 años de

edad).

Miocardiopatía dilatada idiopática.

Presencia de un tumor estromal gástrico o condromas pul-

monares (tríada de Carney).

Las medidas preoperatorias de metanefrinas y catecolami-

nas urinarias y plasmáticas fraccionadas establecen generalmente

el diagnóstico. La anamnesis y la exploración física se centran en

el sistema cardiovascular y en la evaluación de las constantes vitales

ortostáticas y el hallazgo de una insuficiencia cardíaca. En todos

los pacientes se realizan un ECG y la determinación de electrólitos,

BUN, creatinina y glucosa. La tomografía computarizada, la eco-

cardiografía y la consulta cardíaca pueden ser útiles. En el capítulo

25 puede encontrarse una exposición completa de las implicacio-

nes anestésicas.

Enfermedad renal

Son importantes el tipo y grado de alteración. Los pacientes con

disfunción renal pueden tener otros muchos trastornos asociados

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Control de la anestesia

III