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suprarrenales») o debe considerarse un tratamiento adicional

perioperatorio con esteroides. Se indica un ECG preoperatorio en

pacientes que han recibido radiación mediastínica, mamaria o pul-

monar o doxorubicina. Todos los pacientes con cáncer requieren

un hemograma preoperatorio con plaquetas y la determinación de

electrólitos, BUN, creatinina y calcio. A los pacientes con una mal-

nutrición significativa les serán útiles 7-10 días de nutrición enteral

o parenteral antes de una intervención quirúrgica importante. La

intervención quirúrgica se retrasa para permitir que se resuelvan

la neutropenia y la trombocitopenia, si es posible. Tipificar y pla-

nificar la administración de hemoderivados puede evitar retrasos

el día de la intervención quirúrgica.

Masas mediastínicas

Puede haber linfomas, timomas, teratomas, metástasis y bocio en

el espacio mediastínico anterior. Las masas mediastínicas pueden

obstruir los vasos grandes, incluidas la aorta, las venas y arterias

pulmonares y la vena cava superior, así como el corazón, la tráquea

y los bronquios. La evaluación de los pacientes con una masa

mediastínica se encuentra en el capítulo 49.

Enfermedad de von Hippel-Lindau

La enfermedad de von Hippel-Lindau es un síndrome hereditario

autosómico dominante que se manifiesta por diversos tumores

benignos y malignos. El espectro de tumores asociados comprende

el hemangioblastoma, los angiomas de retina, el carcinoma de

célula renal clara, el feocromocitoma y tumores neuroendocrinos

del páncreas. La valoración preoperatoria de estos pacientes se

centra en la evaluación de la función renal y la determinación de

síntomas o diagnósticos compatibles con los feocromocitomas o

los tumores neuroendocrinos (v. apartado «Feocromocitoma»).

Una anamnesis y exploración física cuidadosas con constantes

vitales, un ECG y la determinación de electrólitos, BUN, creatinina

y glucosa es necesaria en todos los pacientes. Las pruebas adicio-

nales las determinan las observaciones de la anamnesis y las

pruebas de laboratorio.

Tumores carcinoides

Los tumores carcinoides son tumores neuroendocrinos raros que

liberan mediadores y suelen aparecer en el tubo digestivo; son las

neoplasias más frecuentes del apéndice, pero también se encuen-

tran en el páncreas y los bronquios.

Antes de la operación, los pacientes con síndrome carcinoide

se quejan de enrojecimiento, taquicardia, arritmias, diarrea, malnu-

trición, broncoespasmo y cardiopatía carcinoide causada por

aminas vasoactivas (serotonina, norepinefrina, histamina, dopa-

mina), polipéptidos (bradicinina, somatostatina, péptido intestinal

vasoactivo, glucagón) y prostaglandinas liberadas por los tumores.

La mayoría de los pacientes son asintomáticos. El hígado inactiva

los productos bioactivos de los tumores carcinoides, que es el

motivo por el que los pacientes con tumores digestivos tienen

manifestaciones de síndrome carcinoide sólo si tienen metástasis

hepáticas. La cardiopatía puede consistir en una fibrosis endocár-

dica de las válvulas pulmonar y tricuspídea que causa estenosis e

insuficiencia, respectivamente. Puede haber insuficiencia cardíaca

derecha con edema periférico y hepatomegalia. En el MEN I se

producen tumores carcinoides.

Las pruebas diagnósticas preoperatorias están guiadas por

la anamnesis y las observaciones físicas, como la disnea, la ortop-

nea, las sibilancias, el edema, las arritmias y los soplos. En los

pacientes con diarrea hay que determinar la PA ortostática, los

electrólitos, el BUN y la creatinina. Los pacientes con afectación

cardíaca necesitan un ECG, un análisis de electrólitos y una eco-

cardiografía. En los pacientes malnutridos hay que determinar la

PA ortostática, un ECG y las concentraciones de electrólitos y

albúmina. El aumento de las concentraciones urinarias de ácido

5-hidroxiindoleacético y la cardiopatía carcinoide aumentan los

acontecimientos adversos perioperatorio

s 112 .

Los antagonistas de

los receptores de la histamina H

1

y H

2

, la ketanserina (un antago-

nista del receptor de la serotonina) y la octreotida pueden ser útiles

para bloquear la liberación o los efectos de los mediadores.

Aspectos especiales

en la valoración preoperatoria

Pacientes con infecciones respiratorias

superiores

El análisis de la literatura médica disponible sobre pacientes con

infecciones respiratorias superiores y anestesia proporciona una

guía que ayuda a garantizar la seguridad del paciente mientras

minimiza cancelaciones innecesarias. Aunque los niños con infec-

ciones respiratorias activas y recientes tienen un mayor riesgo

demostrado de complicaciones respiratorias postoperatorias, estas

complicaciones son generalmente tratables y no se han asociado a

secuelas prolongadas. Tait y Malviya resumieron la literatura

médica sobre pacientes con infecciones respiratorias superiores y

han proporcionado un algoritmo útil para la práctic

a 113 .

Según este

algoritmo, los pacientes sin fiebre y con síntomas de infección

respiratoria superior sin complicaciones, incluidas secreciones

transparentes, se pueden someter a una intervención quirúrgica.

La valoración preoperatoria distingue a los pacientes con

síntomas más graves, incluidas las secreciones purulentas, la tos

productiva, la temperatura superior a 38 °C o los signos de afecta-

ción pulmonar, y en tal caso la intervención quirúrgica programada

debe posponerse unas 4 semanas. Este período se aconsejó debido

a que la hiperreactividad de la vía respiratoria persiste varias

semanas tras una infección respiratoria aguda y porque se ha visto

que los pacientes que se recuperan de una tienen una frecuencia de

complicaciones similar a la de los que han tenido síntomas agudos.

Los factores de riesgo adicionales que hay que tener en cuenta son

el antecedente de asma, la necesidad de intubación, la intervención

quirúrgica de la vía respiratoria, el antecedente de tabaquismo y el

antecedente de prematuridad en pacientes pediátricos. En los

pacientes con síntomas intensos, especialmente con trastornos sub-

yacentes (p. ej., asma significativo, cardiopatía e inmunosupresión)

que puedan poner en peligro la anestesia, la intervención quirúrgica

programada también debe posponerse al menos 4 semana

s 113

. Las

pruebas de laboratorio preoperatorias y las radiografías de tórax

pueden no ser útiles en la decisión; los pacientes con infecciones

víricas pueden no tener elevados los leucocitos y la radiografía de

tórax suele ir por detrás de los síntomas clínicos en los pacientes

con infecciones respiratorias inferiores.

Hay que evaluar la relación riesgo-beneficio en cada sujeto.

La mayoría estaría de acuerdo en que no debería cancelarse la

intervención quirúrgica en pacientes con infecciones respiratorias

agudas leves no complicadas y en que debería posponerse 4 se­

manas en los que tienen síntomas más graves. En el tratamiento

hay que ser consciente de las posibles complicaciones y evitarlas.

Valoración preoperatoria

de los pacientes con un órgano trasplantado

El número de pacientes con órganos trasplantados que requiere

una intervención quirúrgica no relacionada con el trasplante

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Control de la anestesia

III