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el paciente estaba recibiendo crónicamente tras revisar el diario de

control de la glucemia del paciente para valorar el grado de control (en

nuestra experiencia clínica, un control errático puede anticipar una

hipoglucemia perioperatoria).

Las complicaciones agudas de los diabéticos incluyen hipo-

glucemia y cetoacidosis diabética, además de coma no cetósico

hiperosmolar hiperglucémico. Los diabéticos también pueden sufrir

una serie de complicaciones a largo plazo, que se asocian a una

morbilidad considerable con una mortalidad prematura; entre los

procesos asociados destacan las cataratas, las neuropatías, la retino-

patía y la angiopatía que afecta a los vasos periféricos y miocárdicos.

La causa fundamental de ceguera asociada a insuficiencia renal en

EE.UU. es la diabetes. Muchas de estas complicaciones condicionan

que sea preciso operar al paciente diabético. Las evidencias de que

la hiperglucemia en sí misma acelera las complicaciones o de que el

control estricto de la glucemia reduce la rapidez de progresión de

la enfermedad microangiopática son cada vez más definitiva

s 24 .

La propia glucosa puede ser tóxica porque las concentracio-

nes altas pueden inducir reacciones de glucosilación no enzimática,

que culminan en la formación de proteínas anormales que pueden

reducir la elastancia y la resistencia tensil de las heridas. La reduc-

ción de la elastancia es responsable del síndrome de rigidez articu-

lar y de la fijación de la articulación occipito-atloidea, que dificulta

la intubación.Además, el incremento de la glucosa puede inducir la

producción hepática de macroglobulinas, de forma que aumenta la

viscosidad de la sangre y esto puede inducir el edema intracelular

al favorecer la producción de moléculas grandes no difusibles (p.

ej., sorbitol). Los nuevos tratamientos farmacológicos (p. ej., inhi-

bidores de la aldosa reductasa) tratan de reducir el edema intrace-

lular al inhibir la formación de estas moléculas tan grandes.

Los estudios sobre el pronóstico a largo plazo de los diabé-

ticos de tipo 1 y 2 indican que el control estricto de la glucemia

reduce de forma notable estas complicaciones (

tabla 25-1 ) 15,16

.

El tratamiento perioperatorio de un diabético puede condi-

cionar el resultado quirúrgico. Los médicos defensores de un

control estricto de la glucemia argumentan que existen pruebas de

aumento de la fuerza ténsil de las heridas y una menor frecuencia

de infecciones de las heridas en modelos animales de diabetes (de

tipo 1) sometidos a un control estricto y el desarrollo de infeccio-

nes, insuficiencia renal, otras complicaciones graves e incluso la

muerte en pacientes que necesitan cuidados intensivo

s 9-14 .

Las infecciones representan dos terceras partes de las com-

plicaciones postoperatorias y producen un 20% de las muertes

perioperatorias en diabéticos. Los datos experimentales indican que

muchos factores pueden condicionar que el diabético sea vulnerable

a la infección. Se han demostrado muchas alteraciones de la función

leucocitaria en diabéticos hiperglucémicos, como la reducción de la

quimiotaxis y las alteraciones de la actividad fagocitaria de los gra-

nulocitos y una menor destrucción intracelular de los neumococos

y estafilococo

s 25

. Mantener la glucemia cerca de 150mg/dl parece

mantener la capacidad de las inmunoglobulinas de formar com-

plejos. Cuando los diabéticos reciben un tratamiento agresivo y se

mantienen las glucemias por debajo de 270mg/dl, la función fago-

cítica de los granulocitos mejora y se recupera la capacidad de

destrucción intracelular de bacterias hasta niveles casi normale

s 25 .

Los diabéticos sufren más infecciones sobre heridas limpias

que los no diabéticos. En una revisión de 23.649 pacientes quirúr-

gicos, la frecuencia de infección de las heridas limpias fue 10,7%

en diabéticos frente a 1,8% en no diabético

s 26

. Además, la hiper-

glucemia puede empeorar la evolución neurológica tras la isquemia

cerebral intraoperatoria.

Las glucemias pueden afectar a la recuperación neurológica

tras un episodio de isquemia global. En un estudio sobre 430 pa-

cientes consecutivos reanimados tras una parada cardíaca extra-

hospitalaria, la glucemia media fue superior en pacientes que no

llegaron a despertarse (341±13mg/dl) que en los que sí lo hicieron

(262±7mg/dl)

27 .

En los pacientes que llegaron a despertarse los

que sufrieron deficiencias neurológicas persistentes mostraron

glucemias medias más altas (286 ± 15mg/dl) que los pacientes sin

deficiencias (251 ± 7mg/dl). Estos resultados son compatibles

con el hallazgo de que la hiperglucemia durante un ictus se asocia

a un peor pronóstico neurológico a corto y largo plazo. Aunque se

siguen planteando varias dudas, la probabilidad de que la glucemia

sea un determinante de las lesiones cerebrales tras la isquemia

global viene apoyada por la inmensa mayoría de estudios animales

tras una isquemia global del SNC y por la mayoría de los estudios

tras la isquemia focal, aunque no por todos. La mayor parte de los

datos tras la isquemia del SNC indican que unas glucemias por

encima de 150 o 250mg/dl pueden afectar de forma negativa a la

recuperación del SNC. Hasta que se disponga de mejores datos,

muchos autores dirán que el diabético que vaya a ser sometido a

una cirugía en la que puede producirse hipotensión o reducción

del flujo sanguíneo cerebral debería tener una glucemia inferior a

200mg/dl durante el período de isquemia cerebral. Algunas situa-

ciones especiales pueden condicionar el grado de control de la

glucemia, como la cirugía que necesita circulación extracorpórea

(CEC), la cirugía en gestantes o la cirugía de urgencias en pacientes

con cetoacidosis diabética o coma no cetósico hiperosmolar.

Los diabéticos que se sometían a una cirugía de revasculari-

zación coronaria (CRC) en la década de 1980 mostraban una mor-

talidad perioperatoria del 5%, que contrastaba con un 1,5% en no

diabético

s 28 .

En este estudio y en la mayor parte de estudios realiza-

dos con diabéticos sometidos a CRC no se tuvieron en consideración

factores de riesgo adicionales o variables de confusión importantes,

como la incidencia y gravedad de la hipertensión, la disfunción ven-

tricular y la ICC o la gravedad de la enfermedad arterial coronaria.

El estudio antes mencionado sobre 340 pacientes diabéticos

y 2.522 no diabéticos sometidos a CRC en 1980 demostró un incre-

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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25

Sección III

Control de la anestesia

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Tabla 25-1

 El control estricto de la glucemia reduce las complicaciones

crónicas en diabéticos de tipo 1

Diabéticos de tipo 1

Medidas y

resultados

Grupo sometido a

control intensivo de

la glucemia

Grupo control

Medida de la glucemia

4/día

1/día

Inyecciones de insulina

3/día o se emplea

una bomba de

insulina

1-2/día

Dieta

Dieta especial

Dieta habitual del

diabético

Consultas médicas

1-4/meses

Una vez cada 3 meses

Resultados a los 6 años

 Retinopatía diabética 70% menos que el control

 Tratamiento de

retinopatía

necesario

50% menos que el control

 Nefropatía

significativa

50% menos que el control

 Neuropatía

60% menos que el control

Modificado de Reichard P, Nilsson BY, Rosenqvist U: The effect of long-term

intensified insulin treatment on the development of microvascular complications of

diabetes mellitus.

N Engl J Med

329:304-309, 1993.