Table of Contents Table of Contents
Previous Page  843 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 843 / 2894 Next Page
Page Background

Los esfuerzos de prevención secundaria tuvieron éxito en pacientes

de alto riesgo que dejaron de fumar, redujeron su PA, controlaron

el estrés, aumentaron su actividad física y emplearon aspirina,

folato,

b

-bloqueantes, inhibidores de angiotensina, dieta y otros

fármacos para reducir las concentraciones de LDL y aumentar las

de HDL.

Aunque el control de la dieta sigue siendo una opción terapéu-

tica esencial en todos los tipos de hiperlipemia, los fármacos feno­

fibrato y gemfibrocilo, que se emplean como tratamiento de la

hipertrigliceridemia, pueden producir miopatías, sobre todo en

pacientes conenfermedadhepática o renal;clofibrato se asocia también

a un incremento de la incidencia de cálculos biliares. La colestiramina

se liga a los ácidos biliares y también a los anticoagulantes orales, la

digital y las hormonas tiroideas. El ácido nicotínico produce vasodila-

tación periférica y posiblemente no se debería mantener la mañana de

la cirugía. Probucol reduce la síntesis de apoproteína A-I; su uso se

asocia en raras ocasiones a una sudoración fétida o la prolongación

del intervalo QT (o ambos) y a muerte súbita en animales.

El estudio West of Scotland Coronary Prevention Study y

otros similares aportaron datos convincentes de que los fármacos

de la clase «estatina» (inhibidores de la 3-hidroxi-3-metilglutaril

coenzima A [HMG-CoA] reductasa) previenen la morbilidad y

mortalidad secundarias al envejecimiento arterial y la enfermedad

vascular y también sus consecuencias, como la enfermedad arterial

coronaria, el ictus y la insuficiencia vascular periféric

a 39

. Por tanto,

las estatinas –lovastatina, pravastatina, simvastatina, fluvastatina,

atorvastatina y rosuvastatina– son claves en el tratamiento.

Sin embargo, el trabajo de Downs y cols

. 39

del Air Force/

Texas Coronary Atherosclerosis Prevention Study llegó todavía más

lejos. Demostró una reducción del 37% del riesgo de episodios

coronarios agudos mayores en pacientes sin factores de riesgo con

unas concentraciones de colesterol ligado a LDL normales (como

media). Según este estudio, la lovastatina no modificó la mortalidad,

aunque esto se había demostrado en muchos ensayos a corto plazo

previos con estatinas. Aunque gran parte del efecto de las estatinas

se explica por sus efectos hipolipemiantes, al menos un 40% del

efecto de las estatinas se debe a la modificación de la función endo-

telial, las respuestas inflamatorias, la estabilidad de la placa y la

trombogenicidad (Steven Nissen, MD, comunicación personal). El

trabajo publicado por Downs y cols. amplió el uso de estatinas y

siguen siendo la clave para el tratamiento de la hiperlipemia. Las

estatinas son fármacos que bloquean la HMG-CoA reductasa, la

enzima limitante de la velocidad en la síntesis de colesterol. Su uso

se asocia en ocasiones a disfunción del hígado, del SNC y depresión

intensa que no se relaciona con el elevado coste de cada fármaco y

sus derivados. Otros fármacos que reducen el LDL y aumentan el

colesterol HDL y reducen los triglicéridos son el ácido docosahe-

xaenoico (DHA, un ácido graso

w

-3) y niacina. Los datos recientes

indican que las estatinas pueden aportar también beneficios impor-

tantes porque revierten la inflamación en las arterias, como se pone

de manifiesto por su capacidad de reducir la proteína C reactiva

muy específica y eliminar colesterol de la plac

a 41 .

Los trastornos que cursan con hipolipemia son raros y se

suelen asociar a neuropatías, anemia e insuficiencia renal. Aunque

la experiencia anestésica con estos trastornos es limitada, se pue­

den establecer algunas recomendaciones específicas: mantener la

ingesta calórica y administración intravenosa de hidrolizados de

proteínas y glucosa durante todo el período perioperatorio.

Obesidad

Aunque muchos trastornos asociados con la obesidad (diabetes,

hiperlipemia, colelitiasis, reflujo gastroesofágico, cirrosis, degene-

ración articular y discal, estasis venosa y enfermedad trombótica/

embólica, trastornos del sueño, trastornos emocionales y alteracio-

nes de la imagen corporal) contribuyen a la morbilidad crónica de

los obesos, la principal preocupación para el anestesista lleva siendo

la misma más de cuatro décadas, las alteraciones del aparato car-

diopulmonar (v. también cap. 54).

La obesidad mórbida con trastornos pulmonares mínimos o

nulos (p. ej., ausencia de síndrome de hipoventilación o enfermedad

pulmonar obstructiva crónica [EPOC] por la obesidad) se llama

obesidad «simple». En este cuadro la fisiopatología de las alteraciones

leves del intercambio de gases y la función pulmonar durante el día

se relaciona con la compresión y restricción de la pared torácica y el

diafragma por el exceso de tejido adipos

o 42

. Es típico que los obesos

tengan una afectación importante del volumen de reserva espiratorio

y la capacidad residual funcional y se reducen al 60 y 80% de lo

normal, respectivamente. La obesidad mórbida y sus implicaciones

perioperatorias se comentan también en los capítulos 24 y 54.

Otros trastornos alimentarios: anorexia nerviosa,

bulimia y ayuno

Los pacientes con anorexia nerviosa muestran muchas alteraciones

endocrinológicas y metabólicas; este proceso se caracteriza por el

ayuno hasta perder un 40% del peso corporal normal, hiperactivi-

dad y una distorsión de origen psiquiátrico de la imagen corporal.

Muchos pacientes anoréxicos muestran tendencias impulsivas,

como intensos de suicidio, y el consumo de drogas es mucho más

frecuente que en la población general. Antes de la anestesia y la

cirugía se deben resolver la acidosis, la hipopotasemia, la hipocal-

cemia, la hipomagnesemia, la hipotermia, la diabetes insípida y

algunas alteraciones endocrinológicas graves que recuerdan al pan-

hipopituitarismo. Se encuentran problemas similares en la bulimia

(bulimorexia), un trastorno que puede afectar hasta un 50% de las

mujeres estudiantes universitaria

s 43

y que afecta de forma involun-

taria a muchos anciano

s 44 .

Igual que sucede en las deficiencias de

proteínas graves (kwashiorkor), la anorexia nerviosa y la bulimia se

pueden asociar a alteraciones del electrocardiograma (ECG), como

una prolongación del intervalo QT, bloqueo auriculoventricular

(AV) y otras arritmias; sensibilidad a la adrenalina; y miocardiopa-

a 43 .

La depleción del potasio corporal completa determina que sea

útil añadir potasio a las soluciones de glucosado; sin embargo, la

administración de líquidos puede desencadenar un edema pulmo-

nar en estos pacientes. Estos pacientes sufren con más frecuencia

esofagitis, pancreatitis y neumonía por aspiración y también retraso

del vaciamiento gástrico. Por tanto, puede estar indicada la monito-

rización invasiva (catéter en la arteria radial y pulmonar) en los

pacientes anoréxicos, bulímicos y mal nutridos que necesitan una

cirugía de urgencia. La cirugía programada se debería retrasar si es

posible hasta tratar estas alteraciones.

Hiperalimentación (nutrición enteral

o parenteral total)

La hiperalimentación (p. ej., nutrición parenteral total [NPT])

administra calorías en forma de glucosa hipertónica dentro de las

necesidades de líquidos normales diarias (v. también cap. 85). Las

soluciones contienen hidrolizados de proteínas, emulsiones de soja

o aminoácidos sintéticos (o cualquier combinación de estos ingre-

dientes). Los principales beneficios de la NPT o la nutrición enteral

incluyen menos complicaciones postoperatorias y estancias hospi-

talarias más cortas de los pacientes en los que se espera que no

puedan recibir ingesta oral durante 7 días o que tenían una mal

nutrición preoperatori

a 45,46

. Starker y cols

. 47

encontraron que la

respuesta a la NPT, medida mediante las concentraciones de albú-

mina sérica, predecía el pronóstico postoperatorio. El grupo que

tuvo un incremento de la albúmina gracias a la NPT consiguió

diuresis, pérdida de peso y menos complicaciones (1 de 15 pacien-

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

843

25

Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito