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según las series. Los adenomas funcionantes se suelen tratar quirúr-

gicamente; es frecuente que la glándula contralateral siga funcio-

nando cuando pasan varios meses. Sin embargo, con frecuencia la

cirugía no cura los efectos de los carcinomas. En estos casos la

administración de inhibidores de la síntesis de esteroides, como

metirapona o mitotano (

o

,

p

9

-DDD[2,2-bis(2-clorofenil4-clorofe-

nilo)-1,1-dicloroetano]), puede mejorar algunos síntomas, pero no

mejora la supervivencia. Estos fármacos y los antagonistas específi-

cos de la aldosterona pueden contribuir a reducir los síntomas en

los casos de secreción ectópica deACTH cuando el tumor no resulta

resecable. Los pacientes que reciben estos supresores suprarrenales

deben recibir también tratamiento de sustitución crónico con glu-

cocorticoides (p. ej., el objetivo del tratamiento es una supresión

suprarrenal completa). Se debe considerar que estos pacientes

tienen la función suprarrenal suprimida y aumentar el tratamiento

sustitutivo con glucocorticoides en el período perioperatorio.

Exceso de mineralocorticoides

La actividad mineralocorticoide excesiva (a menudo con exceso de

glucocorticoides, dado que la mayor parte de éstos tienen ciertas

propiedades mineralocorticoides) determina depleción de potasio,

retención de sodio, debilidad muscular, hipertensión, tetania,

poliuria, incapacidad para concentrar la orina y alcalosis hipopo-

tasémica. Estos síntomas son el hipoaldosteronismo primario o

síndrome de Conn (una causa de hipertensión con renina baja

porque la secreción de renina se inhibe por los efectos de las

concentraciones elevadas de aldosterona).

El hiperaldosteronismo primario se describe en 0,5-1% de

los pacientes hipertensos sin otra causa conocida de hipertensión.

El hiperaldosteronismo suele deberse a un adenoma unilateral,

aunque 25-40% de los pacientes tienen hiperplasia suprarrenal

bilateral. El volumen de líquido intravascular, las concentraciones

de electrólitos y la función renal se deberían recuperar hasta valores

normales en el período preoperatorio mediante la administración

del antagonista de aldosterona, espironolactona. Los efectos de la

espironolactona aparecen lentamente y aumentan durante 1-2 se-

manas. Un paciente con una potasemia de 2,9mEq/l puede tener

una deficiencia de potasio corporal total de tan solo 40 mEq o

llegar a 400 mEq. Con frecuencia se necesitan al menos 24 horas

para recuperar el equilibrio de potasio. Una potasemia normal no

implica siempre que se haya corregido la deficiencia de potasio

corporal. Además, los pacientes con síndrome de Conn muestran

una elevada incidencia de hipertensión y cardiopatía isquémica; la

monitorización hemodinámica debe ser adecuada para el grado de

alteración cardiovascular.

Un único estudio de tipo retrospectivo indicó que el estado

hemodinámico intraoperatorio era más estable cuando se contro-

laban la PA y los electrólitos en el preoperatorio con espironolac-

tona que cuando se empleaban otros antihipertensivos. Sin

embargo, la eficacia de optimizar el estado perioperatorio de los

pacientes con trastornos de la secreción de glucocorticoides o

mineralocorticoides no se ha establecido de forma clara. Hemos

asumido que una recuperación gradual de la situación normal es

una buena medicina, porque reduce la morbilidad y mortalidad

perioperatorias.

Deficiencia de hormonas corticosuprarrenales

Deficiencia de glucocorticoides

La supresión de los esteroides o de su síntesis por el tratamiento

esteroideo es la principal causa de producción baja de corticosteroi-

des. El tratamiento de este tipo de deficiencia de glucocorticoides se

comenta en la sección que sigue, «Pacientes que toman esteroides

por otros motivos». Otras causas de insuficiencia corticosuprarrenal

son defectos en la secreción de ACTH y destrucción de la glándula

suprarrenal por enfermedad autoinmunitaria, tuberculosis, hemo-

rragia o cáncer; algunas formas de hiperplasia suprarrenal congénita

(v. comentario previo); y administración de fármacos citotóxicos.

La insuficiencia suprarrenal primaria (enfermedad de

Addison) se asocia a la destrucción local de todas las regiones de

la corteza suprarrenal y cursa con deficiencia de glucocorticoides

y mineralocorticoides cuando la insuficiencia es bilateral; la

tabla 25-5

recoge los síntomas y signos más frecuentes. La enferme­

dad autoinmunitaria es la causa más frecuente de deficiencia de

hormona corticosuprarrenal primaria (no exógena) en EE.UU.,

mientras que la tuberculosis lo es a nivel mundial. La tuberculosis

se asocia a una reducción de la función con glándulas suprarrenales

grandes, como se describe también en la sarcoidosis, la histoplas-

mosis, la amiloidosis, los tumores malignos metastásicos y la

hemorragia suprarrenal. La destrucción o destrucción parcial por

un traumatismo o por la infección por virus de la inmunodeficien-

cia humana (VIH) u otros virus, como citomegalovirus, micobac-

terias u hongos cada vez se describe con más frecuencia.

Una causa cada vez más frecuente de insuficiencia supra-

rrenal asociada a hipertrofia de la glándula es la trombocitopenia

inducida por heparina, que se debe considerar en todos los pacien-

tes que tienen hipotensión tras recibir heparina.

La destrucción autoinmunitaria de las suprarrenales se

puede asociar a otros procesos autoinmunitarios, como algunos

tipos de diabetes de tipo 1 y la tiroiditis de Hashimoto. Los defectos

enzimáticos en la síntesis de cortisol producen también insuficien-

cia de glucocorticoides, elevaciones compensadoras de la ACTH e

hiperplasia suprarrenal congénita. Dado que la insuficiencia supra-

rrenal se suele desarrollar lentamente, estos pacientes presentan

una notable pigmentación (por el exceso de ACTH que trata de

estimular a una suprarrenal no productiva) y cardiopenia (en apa-

riencia secundaria a la hipotensión crónica).

La insuficiencia suprarrenal secundaria se produce cuando

la secreción de ACTH es deficiente, a menudo por un tumor hipo-

fisario o hipotalámico. El tratamiento de los tumores hipofisarios

mediante cirugía o radioterapia puede ocasionar un hipopituita-

rismo con la consiguiente insuficiencia suprarrenal.

Si no sufren estrés, los pacientes con deficiencia de gluco-

corticoides no suelen tener problemas perioperatorios.Sin embargo,

pueden sufrir una crisis suprarrenal aguda (crisis addisoniana)

cuando se produce el menor estrés (p. ej., infección respiratoria

alta). La preparación de estos pacientes para la anestesia y la cirugía

debería incluir el tratamiento de la hipovolemia, la hiperpotasemia

y la hiponatremia. Como estos pacientes no responden a las situa-

ciones de estrés, tradicionalmente se recomendaba administrarles

una dosis de estrés de glucocorticoides (unos 200mg de hidrocor-

tisona por 70 kg de peso corporal diarios) en el período perioo-

peratorio. Sin embargo, Symreng y cols

. 51

administraron 25mg de

hidrocortisona fosfato intravenoso a adultos al principio de la

intervención, seguidos de 100mg intravenosos en las 24 horas

siguientes. Dado que es deseable emplear la dosis mínima del

fármaco con efectos adecuados, este último régimen parece atrac-

tivo. Este régimen ha tenido tanto éxito como los que emplean

dosis máximas (unos 300mg de hidrocortisona por 70 kg de peso

corporal diario; v. sección siguiente, «Pacientes que toman esteroi-

des por otros motivos»). Por tanto, ahora recomendamos adminis-

trar 100mg de hidrocortisona fosfato intravenoso cada 24 horas.

Deficiencia de mineralocorticoides

El hipoaldosteronismo, una situación menos frecuente, puede ser

congénito o producirse tras una suprarrenelectomía unilateral o la

administración prolongada de heparina. Además, puede ser conse-

cuencia de una diabetes de larga evolución o una insuficiencia

renal. Los inhibidores no esteroideos de la síntesis de prostaglan-

dinas pueden inhibir también la liberación de renina y agravar este

trastorno en pacientes con insuficiencia renal. La actividad de

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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Sección III

Control de la anestesia

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