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na, el sildenafilo citrato y el óxido nítrico. Con frecuencia se tiene

que monitorizar la presión de la arteria pulmonar; se deben

adoptar medidas preoperatorias para asegurarse de que el paciente

no esté expuesto a situaciones que incrementan la resistencia vas-

cular pulmonar (p. ej., hipoxia, hipercapnia, acidosis, hiperinsufla­

ción pulmonar o hipotermia

) 260

o que reducen el volumen de sangre

(restricción prolongada de la ingesta de líquido) o la resistencia

vascular sistémica.

Enfermedades infecciosas pulmonares

La valoración y el tratamiento preoperatorio deben seguir las reco-

mendaciones básicas descritas en la introducción de esta sección y

el capítulo 24; el tratamiento de la enfermedad de base se debería

completar antes de realizar cualquier intervención quirúrgica, salvo las urgentes.

Aunque la cirugía programada se debería retrasar siempre

que exista una infección pulmonar, los pacientes sometidos a

cirugía de urgencia suelen tener infecciones nosocomiales y depre-

sión del sistema inmunitario. Los principales patógenos de la neu-

monía nosocomial son bacilos gram negativos,

Staphylococcus

aureus

,

Haemophilus influenzae

, anaerobios y neumococos.Además

la tuberculosis aumentó con rapidez a finales de la década de 1980

y durante la de 1990, posiblemente por su reactivación en pacientes

infectados por VIH. El aumento de los fondos dedicados a la tuber-

culosis y el tratamiento vigilado de forma directa han anulado en

gran medida el riesgo generado por los inmigrantes y los viajes y

recientemente la tuberculosis ha vuelto a disminuir. La tuberculosis

produce síntomas pulmonares crónicos y sistémicos. Los pacientes

afectados sufren malestar, cefaleas, fiebre, hemoptisis y enfermeda-

des extrapulmonares, que afectan a la piel, los ganglios linfáticos

cervicales, los riñones, el pericardio y las meninges. La enfermedad

activa se trata con cuatro fármacos: isoniacida, piracinamida, etam-

butol o estreptomicina y rifampicina durante 9 meses. Posiblemente

el tratamiento se debería iniciar antes de la cirugía. El tratamiento

de estos pacientes urgentes (muchos de ellos tienen un síndrome de

dificultad respiratoria del adulto) antes de entrar al quirófano

puede incluir el inicio del tratamiento antiinfeccioso, la optimiza-

ción del estado de la volemia y el intercambio de gases y el trata-

miento del proceso fisiopatológico de base.

Enfermedades pulmonares crónicas

El tratamiento de la EPOC (vías aéreas reactivas) puede incluir el

uso de fármacos

b

-adrenérgicos, fármacos parasimpaticolíticos

(sobre todo para el asma inducido por el ejercicio), corticosteroides

sistémicos o inhalados y antagonistas de leucotrienos. Se estima

que un 5% de la población sufre broncoespasmo. Algunos investi-

gadores recomiendan emplear broncodilatadores como fármacos

de primera línea y reducir la dosis de esteroides inhalados, como

dipropionato de beclometasona, budesonida, mometasona o fluti-

casona, que se inactivan tras la absorción. Sin embargo, en dosis

más altas estos esteroides «inhalados» pueden suprimir la función

suprarrenal y serían necesarios corticosteroides sistémicos

suplementarios en momentos de estrés (v. comentario previo en

la sección «Disfunción corticosuprarrenal»). La valoración preoperatoria debería incluir el conocimiento de los regímenes de

fármacos y sus efectos y formación del paciente sobre el uso

adecuado de un inhalador

( cuadro 25-5 )

porque estos fármacos

pueden interactuar de forma peligrosa con los anestésicos (v. última

sección de este capítulo) o se pueden administrar de forma inade-

cuada y producir efectos secundarios sin conseguir un beneficio

máxim

o 215-225 .

No se han descrito interacciones entre el anticolinér-

gico inhalado bromuro de ipatropio y los relajantes musculares. Los

pacientes se pueden sentir bien en reposo, pero deben ser valorados

durante el ejercicio o con una espirometría para demostrar el grado

de broncoespasmo actual. Además, la respuesta sintomática a los

broncodilatadores en un paciente asintomático puede no predecir

si el paciente va a responder al tratamiento broncodilatador. Se

estima que un 10% de los asmáticos muestran sensibilidad frente

a la aspirina y pueden reaccionar ante compuestos que la conten-

gan, pero también frente a los que incluyen tartracina, colorante

amarillo número 5, indometacina, otros antiinflamatorios no este-

roideos y aminopirin

a 261

.

La fibrosis quística se caracteriza por dilatación e hipertrofia

de las glándulas bronquiales, formación de tapones en las vías

aéreas periféricas y con frecuencia bronquitis, bronquiectasias y

bronquioloectasias. En todos estos trastornos el tratamiento previo

a una intervención óptimo incluye todas las medidas recomenda-

das antes en esta sección y una hidratación adecuada para permitir

la movilización de las secreciones.

La resección quirúrgica es el tratamiento principal de los

carcinomas no de células pequeñas (p. ej., adenocarcinoma, carci-

noma epidermoide y carcinoma de células grandes). Estos carcino-

mas representan un 75% de los carcinomas de pulmón, un 12% de

los tumores malignos en conjunto y son responsables del 20% de

todas las muertes por cáncer en EE.UU.

262 .

Es posible predecir el

éxito de la cirugía según el estadio del tumor.

La combinación de quimioterapia y radioterapia es el tra-

tamiento de elección actual de los carcinomas de células peque-

ñas pulmonare

s 263 .

El carcinoma de células pequeñas (en avena)

pulmonar y los adenomas bronquiales secretan sustancias con

actividad endocrinológica, como hormonas parecidas a ACTH.

Los carcinomas epidermoides de la cisura pulmonar superior

producen el síndrome de Horner y dolor característico en las

regiones inervadas por el octavo par craneal y los nervios toráci-

cos primero y segundo. Estos tumores se tratan ahora con radio-

terapia preoperatoria; la resección quirúrgica consigue casi un

30% de «curaciones».

Anafilaxia, respuestas anafilactoides y trastornos

alérgicos distintos de los relacionados

con las enfermedades pulmonares y el asma

Anafilaxis y reacciones anafilactoides

La anafilaxia es una reacción alérgica grave con riesgo vital.

Alérgica

indica una reacción mediada inmunológicamente y se contrapone

con las reacciones causadas por idiosincrasia farmacológica,

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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Sección III

Control de la anestesia

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Cuadro 25-5

 Técnicas para usar bien el inhalador

de dosis medidas

Retire la tapa y ponga el inhalador recto.

Agite el inhalador.

Incline la cabeza ligeramente hacia atrás y espire con firmeza

hasta la capacidad residual funcional.

Coloque el inhalador usando un espaciador entre el botón y

la boca.

Presione el inhalador mientras respira lenta y hondamente

(3-5 segundos).

Mantenga la inspiración completa durante al menos 5 y hasta

10 segundos, si puede, para permitir que el medicamento

llegue a la parte profunda de los pulmones.

Repita las inhalaciones según se indique. Esperar un minuto

tras la inhalación del broncodilatador puede permitir que las

inhalaciones posteriores penetren más profundamente en los

pulmones y es preciso estar seguros de haber administrado

bien la dosis. Enjuáguese la boca y expectore tras usar el

inhalador.