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Lumbalgia, cervicalgia y síndromes

del conducto raquídeo

Las lesiones medulares agudas se han comentado antes en la

sección de disfunción autónoma.Aunque es un problema frecuente,

se ha escrito poco sobre el tratamiento anestésico de los síndromes

secundarios a hernias discales, espondilosis (en general en ancia-

nos) y estenosis congénita del conducto raquídeo cervical o lumbar

que produce síntomas por compresión de raíces nerviosas. Un

trabajo ha destacado la importancia del componente vascular en el

mecanismo de lesión de la médula espinal y, por tanto, la posibili-

dad teórica de producir una ligera hipertensión perioperatoria

deseabl

e 304 .

Otro trabajo sugiere el uso de intubación en paciente

despierto, de fibrobroncoscopia y de la monitorización de los

potenciales evocados

305 .

Salvo la recomendación de puro sentido

común de consultar con el neurólogo o, en caso necesario, colocar

a los pacientes despiertos en una posición cómoda antes de la

descompresión radicular de urgencias, no parece que sea necesaria

ninguna intervención especial más.

Trastornos desmielinizantes

Los trastornos desmielinizantes son un grupo difuso de enferme-

dades que van desde algunos de causa incierta (p. ej., esclerosis

múltiple en la que influyen factores genéticos, epidemiológicos e

inmunológicos y parece que el interferón beta es un tratamiento

prometedor

) 306 ,

a cuadros secundarios a infecciones, vacunaciones

(p. ej., síndrome de Guillain-Barré) o al tratamiento con antime-

tabolitos del cáncer. Por tanto, los síntomas de las enfermedades

desmielinizantes pueden ser muy variados. Aparentemente existe

riesgo de recaída de estos procesos inmediatamente después de la

cirugía. Dado que la recaída puede ser consecuencia de los rápidos

cambios electrolíticos en el período perioperatorio, se deberían

evitar estos cambios. Además se ha defendido la administración

perioperatoria de esteroides como medida de protecció

n 99

.Aunque

se plantea preocupación por el uso de la anestesia neuroaxial en

estos pacientes, se ha administrado anestesia epidural sin proble-

ma

s 307 .

La esclerosis múltiple y los trastornos desmielinizantes en

general son la causa más frecuente de discapacidad no traumática

en adultos jóvenes. La supervivencia ajustada a la edad es el 80%

de la correspondiente a individuos no afectados o, dicho de otro

modo, el paciente promedio con esclerosis múltiple envejece 1,2

años por cada año de enfermedad. Sin embargo, la variabilidad del

proceso hace que este valor promedio casi no tenga significado

alguno. Hasta ahora no se ha demostrado que ningún tratamiento

modifique la evolución de la mayor parte de estos procesos, aunque

ACTH, esteroides, interferón beta, glatiramer acetato y la plasma-

féresis pueden mejorar o reducir la duración de las recaídas e

incluso pueden alterar la progresión de la enfermedad, sobre todo

la progresión de la esclerosis múltiple y (cuando se administran

en las 2 semanas posteriores al inicio) también del síndrome de

Guillain-Barr

é 308 .

Este efecto es compatible con la hipótesis de que

la causa de estos trastornos es una alteración inmunológica. Se

debe evitar la succinilcolina en estos pacientes por el riesgo de

hiperpotasemia.

La apnea del sueño se puede considerar una enfermedad

desmielinizante o degenerativa del SNC o una enfermedad perifé-

rica asociada a la obesidad, según la causa. Parece que ambos tipos

(causas centrales y periféricas) son cada vez más frecuentes y

afectan a más del 5% de los afroamericanos ancianos. En el capítulo

54 se comenta la identificación previa a la intervención o cirugía

de estos pacientes y el tratamiento de la apnea del sueño.

Enfermedades metabólicas

Dentro de esta categoría de enfermedades metabólicas se encuen-

tra la disfunción del sistema nervioso secundaria a las porfirias, el

alcoholismo, la uremia, la insuficiencia hepática y la deficiencia de

vitamina B

12

. La parálisis periódica que se asocia a la enfermedad

tiroidea se comenta en «Trastornos neuromusculares» (v. más

adelante).

El alcoholismo o el consumo importante de alcohol se

asocian a una hepatitis alcohólica aguda (v. también cap. 56), cuya

actividad se reduce cuando se suprime el alcohol; con una miopa-

tía y miocardiopatía; y con síndromes de abstinencia. A las 6-8 horas de la abstinencia, el paciente puede sufrir temblores, una

situación que suele mejorar en días o semanas. A las 24-36 horas

se producen alucinaciones alcohólicas y convulsiones por priva-

ción. Estas convulsiones suelen ser crisis generalizadas de gran

mal; cuando se producen convulsiones focales, se deberían des-

cartar otras causas. El delirium tremens se suele producir a las

72 horas de la supresión y suele venir precedido de temblor, alucina­

ciones o convulsiones. Estos tres síntomas, combinados con dis-

torsiones de la percepción, insomnio, alteraciones psicomotoras,

hiperactividad autónoma y en un gran porcentaje de casos otras

enfermedades potencialmente mortales (p. ej., infarto intestinal o

hematoma subdural), son componentes del delirium tremens. Este

síndrome se trata actualmente con benzodiacepinas. Los trastor-

nos nutricionales del alcoholismo incluyen hipoglucemia alco­

hólica e hipotermia, polineuropatía alcohólica, síndrome de

Wernicke-Korsakof y degeneración cerebelosa. En los pacientes

alcohólicos (p. ej., los que toman al menos dos envases de seis latas

de cerveza o 500 cc de whisky diarios o sus equivalentes), la cirugía

y anestesia de urgencias (a pesar de la hepatitis alcohólica) no se

asocian a un empeoramiento de las alteraciones de las enzimas

hepáticas. Además, un 20% de los alcohólicos sufren una EPOC.

Los pacientes con antecedentes de abuso del alcohol deben ser

sometidos a estudio de otros múltiples sistemas para determinar

su estado físico preoperatorio.

Aunque la insuficiencia hepática puede producir un coma

con insuficiencia cardíaca de alto gasto, a diferencia de la uremia,

no produce polineuropatía crónica. La polineuropatía urémica es

una polineuropatía sensitivo-motora simétrica distal, que mejora

con la diálisis. El uso de relajantes musculares despolarizantes en

pacientes con polineuropatías se ha discutido (v. también cap. 19).

Nosotros consideramos que los pacientes con una neuropatía aso-

ciada a la uremia no deberían recibir succinilcolina por la posibi-

lidad de una respuesta hiperpotasemiante exagerada.

La anemia perniciosa secundaria a la deficiencia de vitami-

na B

12

puede asociarse a una degeneración combinada subaguda de

la médula espinal; los signos se parecen a los de la toxicidad cróni-

ca por óxido nitroso. Ambos cuadros se asocian a una neuropatía periférica con trastornos del tracto piramidal y de la columna

posterior (que regula las habilidades motoras finas y la sensación

de la posición corporal). Se puede producir una enfermedad de

sistemas combinados sin anemia, igual que la toxicidad por óxido

nitroso en odontólogos o personas adictas al óxido nitroso. Los

pacientes con deficiencia de vitamina B

12

y anemia mejoran hema-

tológicamente si se tratan con folato, pero la demencia y la neuro-

patía grave pueden progresar. Por eso resulta prudente administrar

una inyección intramuscular de 100

m

g de vitamina B

12

u 800

m

g

orales antes de administrar folatos a un paciente con signos de

degeneración de sistemas combinado

s 309 .

Las porfirias son una constelación de enfermedades meta-

bólicas debidas a una falta heredada de forma autosómica de las

enzimas funcionales activas en la síntesis de hemoglobina. La

figu­ ra 25-9

describe de forma esquemática las alteraciones secundarias

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Control de la anestesia

III