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ratoria, por lo que puede estar indicada la valoración de una enfer-

medad arterial coronaria ocult

a 346 .

Los múltiples síntomas urémicos

y la mayor morbilidad perioperatoria asociada a la uremia se

pueden evitar posiblemente prestando atención a los detalles en el

manejo pre y perioperatorio de los pacientes con riñones insufi-

cientes, pero todavía funcionante

s 335-337 .

En primer lugar, los estudios demuestran que la insuficien-

cia renal postoperatoria aguda se asocia a una mortalidad extre-

madamente alt

a 347 .

Existen múltiples factores de riesgo para el

desarrollo de una disfunción renal perioperatoria, entre los cuales

destacan la nefropatía previa, la cirugía cardíaca que necesita

circulación extracorpórea o la cirugía aórtica que exige un pinza-

miento de la aorta torácica o abdominal y la sepsis en evolución.

En una revisión sistemática de 28 estudios realizada por Novis y

cols., los factores de riesgo preoperatorios, como el aumento de la

creatinina sérica o el BUN y la disfunción renal preoperatoria,

permitieron predecir de forma repetida la disfunción renal posto-

peratori

a 345 .

Mangano y cols. realizaron un estudio prospectivo de

cohortes con 2.222 pacientes con o sin cirugía vascular simultá-

ne

a 347 .

Identificaron cinco predictores preoperatorios indepen-

dientes de disfunción renal: edad 70-79 años (riesgo relativo [RR]

1,6; IC al 95%, 1,1-2,3) o edad 80-95 años (RR, 3,5; IC, 1,9-6,3);

ICC (RR, 1,8; IC, 1,3-2,6); antecedentes de revascularización mio-

cárdica (RR, 1,8; IC, 1,2-2,7); diabetes mellitus de tipo 1 (RR, 1,8;

IC, 1,1-3) o glucemias preoperatorias superiores a 16,6mmol/l

(RR, 3,7; IC, 1,7-7,8); y creatinina sérica preoperatoria de 124-

177

m

mol/l (RR, 2,3; IC, 1,6-3,4).

Además, la insuficiencia renal aguda perioperatoria es más

probable en pacientes con insuficiencia renal antes de la cirugía, en

mayores de 60 años y en los que tienen una disfunción preopera-

toria del ventrículo izquierd

o 345,347 .

Una correcta hidratación antes

de la cirugía posiblemente reduzca la mortalidad tras el fracaso

renal agudo inducido por los contrastes radiológico

s 337 .

Se deben

buscar datos sobre la existencia de hipovolemia o hipervolemia a

partir de la anamnesis y la exploración física (p. ej., incremento o

pérdida de peso, edema, hipotensión ortostática y taquicardia,

venas del cuello hundidas, reducción de la turgencia cutánea y

mucosas secas). En los pacientes muy graves la colocación de un

catéter en la arteria pulmonar permite una monitorización más

exacta de la volemia. Otras causas de deterioro de la función en la

insuficiencia renal crónica son el bajo gasto cardíaco o el bajo flujo

renal (en la uremia prerrenal, bien debida a insuficiencia cardíaca

o bien a la depleción de volumen secundaria a los diuréticos, el

BUN suele aumentar de forma desproporcionada en relación con

la creatinina), las infecciones urinarias, el uso de fármacos nefro-

tóxicos, la hipercalcemia y la hiperuricemia. Estos procesos y fár-

macos se deberían evitar; si existe cualquiera de ellos, se debería

tratar de forma preoperatoria.

Para conservar la función renal normal se han recomendado

la infusión de salino, el manitol, la furosemida o dosis bajas de

dopamin

a 348-350 .

Sin embargo, estos tratamientos se deberían iniciar

con cuidado porque las infusiones de salino y el manitol pueden

provocar una sobrecarga de líquidos con lesiones miocárdicas;

además, la administración intraoperatoria de diuréticos puede

provocar una hipovolemia postoperatoria, que deteriora la función

renal. Unas concentraciones muy elevadas de manitol pueden

producir también una insuficiencia renal agud

a 351

. Un metaanálisis

de 58 ensayos que usaron dopamina para protección/tratamiento

renal y de los que sólo 17 eran aleatorizados no consiguió demos-

trar beneficio alguno con la dopamina en dosis baja

s 352 .

El mante-

nimiento de una volemia intravascular normal se puede orientar

mediante la presión de enclavamiento de la arteria pulmonar y ha

impedido el deterioro de la función renal tras la reconstrucción

abierta de la aorta abdominal, incluso con diuresis baja

s 353 .

El fenol-

dopam es un análogo de la dopamina que produce natriuresis y

aumenta el flujo de sangre renal y la diuresis. Varios estudios

pequeños han descrito efectos renoprotectores del fenoldopam en

pacientes sometidos a circulación extracorpórea y reparación de

un aneurisma de la aorta infrarrena

l 354-356 .

Se han estudiado los fármacos anestésicos en pacientes con

insuficiencia renal. En un estudio aleatorizado, la anestesia general

con desflurano o isoflurano no agravó la insuficiencia rena

l 357

. A pesar de la preocupación porque el sevoflurano determina la pro­

ducción de compuesto A, que altera la función renal, un ensayo

aleatorizado sobre la anestesia con sevoflurano o isoflurano en

flujos bajos en pacientes con insuficiencia renal estable no demos-

tró diferencias en ninguno de los parámetros de función renal

medidos

358 .

Pacientes sometidos a diálisis

Los pacientes en insuficiencia renal crónica (y en ocasiones aguda)

necesitan un tratamiento de sustitución renal, que incluye la

hemodiálisis intermitente convencional, la diálisis peritoneal y

el tratamiento de sustitución renal continuo (TSRC). El TSRC

incluye una amplia variedad de técnicas, cuyo manejo periopera-

torio se ha revisado recientemente

( tabla 25-18 ) 359 .

Aunque la

indicación principal del TSRC es la insuficiencia renal aguda,

también se puede emplear para eliminar líquidos, corregir las

alteraciones electrolíticas y controlar la acidosis metabólica. Se

puede emplear en pacientes quirúrgicos sin alteraciones hemodi-

námicas importantes. Estos pacientes pueden regresar al quiró-

fano y su valoración y tratamiento se complican por la enfermedad

de base y por el uso de anticoagulación sistémica para prevenir la

coagulación en el filtro y el circuito. En los pacientes sometidos a

un tratamiento intermitente con hemodiálisis o diálisis perito-

neal, el procedimiento se interrumpe antes de entrar al quirófano.

En el caso del TSRC el anestesista debe decidir si es adecuado

suspenderlo. Cuando la intervención es corta, casi siempre es

posible detener el proceso y conectar los extremos arterial y

venoso del circuito y poner el dispositivo en modo derivación. El

TSRC se puede emplear también para controlar los líquidos

durante la cirugía cambiando el dializado. Si se decide mantener

el TSRC, se debería recordar su efecto sobre las dosis de fármacos.

Además de los efectos sobre la eliminación renal de fármacos, se

observan efectos por los cambios en la unión a proteínas y el

volumen de distribución, además de los efectos de eliminación de

fármaco secundarios a la permeabilidad de la membrana, la

superficie de la misma, la velocidad de ultrafiltración y la veloci-

dad de flujo del dializado.

Como un paciente sometido a diálisis ha perdido ya su

función renal natural, el énfasis de la valoración preoperatoria se

desplaza hacia la protección de otros sistemas orgánicos y el man-

tenimiento en condiciones óptimas del acceso vascular para la

canulación. En general esto no exige una monitorización invasiva.

Se debe poner énfasis en el volumen intravascular de líquidos y el

estado electrolítico, que se pueden valorar conociendo cuándo se

sometió el paciente a la última diálisis, cuánto peso se aumentaba

o reducía normalmente durante la diálisis, si la pérdida de líquido

era peritoneal o intravascular y qué composición de electrolíticos

tenía el líquido contra el que se dializaba la sangre. Aunque la

diálisis preoperatoria puede beneficiar a pacientes con hiperpota-

semia, hipercalcemia, acidosis, neuropatía y sobrecarga de líquidos,

el desequilibrio resultante entre los líquidos y electrólitos puede

producir problemas. Dado que la hipovolemia secundaria a la

diálisis puede ser causa de hipotensión intraoperatoria, tratamos

de evitar la reducción del peso y de líquidos en pacientes sometidos

a diálisis preoperatoria. Además, se ha encontrado hipopnea

durante y después de la diálisis cuando el dializado contenía acetato.

Evitar las soluciones de baño con acetato puede prevenir esta causa

de hipoventilación.

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

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Sección III

Control de la anestesia

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