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b

-adrenérgicos plantean problemas especiales; tienen un riesgo

más alto de sufrir complicaciones por el tratamiento previo (sobre

todo por la hidratación enérgica) y por el tratamiento de las reac-

ciones anafilácticas (el glucagón es útil en estos casos) y responden

peor a los regímenes terapéutico

s 276 .

Una opción es evitar los fár-

macos que pueden provocar reacciones anafilácticas o anafilactoi-

des o modificar el protocolo de tratamiento en este grupo. La

extracción de sangre para análisis posteriores, sobre todo de trip-

tasa, puede ser útil para aclarar el diagnóstic

o 277 .

Con la creciente incidencia de hipersensibilidad al látex, se

han realizado intentos de conseguir que gran parte del quirófano

sea un entorno libre de látex. Sin embargo, los costes y las prefe-

rencias han determinado que se sigan empleando guantes con este

compuesto en muchos hospitales, aunque más hospitales están ya

totalmente libres de látex. En los pacientes alérgicos se debe tener

cuidado de asegurarse de que no hay ningún producto con látex

en el quirófano.

Inmunodeficiencias primarias

Las inmunodeficiencias primarias se suelen poner de manifiesto en

las primeras fases de la vida como infecciones de repetición. La

supervivencia conseguida mediante los tratamientos con antibió-

ticos y anticuerpos ha permitido ver aspectos destacados de estos

procesos: el cáncer y los trastornos alérgicos y autoinmunes. El

edema angioneurótico hereditario es un trastorno genético auto-

sómico dominante caracterizado por episodios de edema angio-

neurótico que afectan al tejido subcutáneo y la submucosa del

aparato digestivo y la vía aérea y que suele cursar con dolor abdo-

minal. Estos pacientes tienen una deficiencia del inhibidor del

componente del complemento C1 o un inhibidor no eficaz. El

tratamiento de una crisis aguda es de soporte porque la adrenalina,

los antihistamínicos y los corticosteroides no siempre funcionan.

Se ha descrito que las transfusiones de plasma resuelven los ataques

o los empeoran (en teoría porque aportan el inhibidor de esterasa

C1 o componentes del complemento que se habían agotado). La

gravedad de los ataques se puede prevenir o reducir con fármacos

que son inhibidores de la plasmina (p. ej., ácido

ε

-aminocaproico

[EACA] o ácido tranexámico) o andrógenos (p. ej., danazol). Como

los traumatismos precipitan las crisis agudas, se recomienda el

tratamiento profiláctico con EACA intravenoso, danazol, plasma o

los tres antes de la cirugía programada. Se han descrito trabajos

sobre el éxito de la administración de un inhibidor de esterasa C1

parcialmente purificado en dos enfermos.

La mayor parte de las 1 de cada 700 personas que sufren una

deficiencia selectiva de IgA (p. ej.,

<

5mg/dl) sufren infecciones

graves o trastornos del tejido conjuntivo. Estas infecciones suelen

afectar a la vía respiratoria (p. ej., sinusitis, otitis) o al aparato

digestivo (diarrea, mala absorción o ambos). Si el paciente tiene

una artritis reumatoide, un síndrome de Sjögren o un lupus erite-

matoso sistémico, el anestesista se debe plantear una posible defi-

ciencia aislada de IgA. Sin embargo, los pacientes con este proceso

pueden estar sanos. Como estos pacientes pueden desarrollar anti-

cuerpos frente a IgA si se exponen previamente a esta molécula

(como sucede tras una transfusión previa de sangre), las posterio-

res transfusiones de sangre pueden producir una anafilaxia, aunque

contengan eritrocitos lavados. Por eso, las transfusiones deberían

proceder de otros pacientes con deficiencia de IgA.

En este momento se administran muchos inmunomodulado-

res para mejorar los tratamientos del cánce

r 278

. No se han descrito

interacciones entre estos moduladores ni efectos sobre la incidencia

de reacciones inmunitarias durante la anestesia, ni tampoco inte-

racciones con los efectos anestésicos, salvo los relacionados con

fármacos inmunosupresores (v. última sección de este capítulo).

La inmunonutrició

n 271

se emplea cada vez más antes de las

intervenciones por los pacientes y también los médicos las pres-

criben para reducir las respuestas inflamatorias. Aunque existen

datos excelentes sobre los beneficios de los probióticos en la modi-

ficación del medio ambiente intestinal para reducir la inflamación,

son pocos los datos sobre sus efectos sobre la recuperación o evo-

lución después de una intervención.

Enfermedades del sistema

nervioso central, enfermedades

neuromusculares y trastornos

psiquiátricos

La valoración del paciente con una enfermedad neurológica o psi-

quiátrica se aborda en el capítulo 24. La información derivada de la

anamnesis que obliga a realizar más pruebas incluye la necesidad de

ventilación mecánica postoperatoria en un paciente sin una enfer-

medad pulmonar descompensada, lo que podría indicar un posible

trastorno metabólico neurológico como porfiria, miopatía alcohó-

lica, otras miopatías, neuropatías y enfermedades neuromusculares

como la miastenia grave. Otra información derivada de la anamnesis

y que necesita más estudios es el uso de fármacos como esteroides,

guanidina, anticonvulsivantes, anticoagulantes y antiagregantes; litio;

antidepresivos tricíclicos; fenotiacinas; y butirofenonas.

Aunque no se ha observado que el tratamiento preoperato-

rio de la mayor parte de las enfermedades neurológicas reduzca

la morbilidad perioperatoria, conocer las características fisiopato-

lógicas de estos procesos es importante para planificar el manejo

intra y postoperatorio. Por tanto, conocer estos trastornos y las

patologías asociadas (p. ej., arritmias cardíacas en la distrofia mus-

cular de Duchenne y debilidad de los músculos respiratorios y

cardíacos en la dermatomiositis) en el preoperatorio puede reducir

la morbilidad perioperatoria. Un objetivo fundamental de la valo-

ración neurológica es determinar la localización de la lesión

dentro del sistema nervioso. Esta localización en uno de cuatro

niveles (supratentorial, fosa posterior, médula espinal, sistema

nervioso periférico) resulta esencial para el diagnóstico y trata-

miento adecuados (los trastornos que cursan con hipertensión

intracraneal y los trastornos cerebrales vasculares se comentan en

los capítulos 3 y 53).

Implicaciones anestésicas de las enfermedades concurrentes

877

25

Sección III

Control de la anestesia

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Tabla 25-17

 Incidencia de anafilaxia y reacciones anafilactoides frente a

algunos fármacos frecuentes

Agente

Incidencia

Proteínas plasmáticas

  Derivado de proteínas humanas

0,019

  Albúmina sérica humana

0,011

Dextrano 60/75

0,069

Dextrano 40

0,007

Almidón hidroxietilo

0,085

Penicilina

0,00

2 *

Quimopapaína

0,3-1,5

*Reacciones mortales.

Datos modificados de Levy JH, Roizen MF, Morris JM: Anaphylactic and anaphylac­

toid reactions: A review.

Spine

11:282, 1986; y Moss J, McDermott DJ, Thisted

RA y cols.: Anaphylactic/anaphylactoid reactions in response to Chymodiactin

(chymopapain).

Anesth Analg

63:253, 1984.