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200ml) y un descenso lineal en las extracciones siguientes. La

presión de enclavamiento de la arteria pulmonar y la presión

venosa central también descendíeron durante el estudio, aunque

su correlación con el área telediastólica (ATD) fue muy débil. En

la mayoría de los adultos, un área telediastólica (ATD) menor de

12 cm

2

indica hipovolemia, pero es posible que valores de 12-15 cm

2

no lo hagan, debido a la variabilidad del tamaño del paciente y de

la distensibilidad diastólica. Sin embargo, cuando una sobrecarga

de volumen incrementa el área telediastólica (ATD), también

aumenta el volumen sistólic

o 32 .

Como ya se ha señalado previa-

mente, las determinaciones de ETE cuantitativas de la precarga

ventricular están bien documentadas, si bien resulta tedioso obte-

nerlas y resulta poco práctico obtenerlas en el período intraopera-

torio. En lugar de ello, los médicos valoran el llenado y la función

del VI de forma subjetiva basándose en la «experiencia». Esta estra-

tegia es un método válido como guía de la fluidoterapia, y en los

pacientes con hipertrofia concéntrica puede identificar la necesi-

dad de que la presión de llenado sea mayor de la normal para lograr

un llenado y una función óptimas del V

I 33

.

Además de calcular el volumen del VI, la ETE proporciona

medios prácticos para calcular la presión de llenado de dicho ven-

trículo. Al colocar el cursor del Doppler en la unión de la aurícula

izquierda y la vena pulmonar superior izquierda, Kuecherer y cols.

demostraron que una fracción de eyección inferior al 55% era un

signo específico y sensible de una presión en la aurícula izquierda

superior a 15 mmHg. Este signo se detecta fácilmente como la

predominancia del flujo durante la diástole (figs.

31-26

y

31-27 ) 34 .

Una insuficiencia mitral significativa, la presencia de ritmo no

sinusal y gastos cardíacos extremos influyen en el retorno venoso

y, por tanto, limitan esta aplicación de la ETE. Se han descrito

métodos alternativos para eliminar dichas limitacione

s 35,36

. En con-

secuencia, la ETE no puede calcular con exactitud la presión de la

aurícula izquierda, pero sí puede identificar de manera fiable las

elevaciones clínicamente significativas.

Estimación del gasto cardíaco

Las imágenes de ETE en tiempo real del llenado y la eyección del

VI permiten una medición inmediata y cualitativa de cambios

notables en el gasto cardíaco. Sin embargo, la ETE puede cuantifi-

car el gasto cardíaco con mayor precisión midiendo la velocidad y

el área de sección transversal del flujo sanguíneo en localizaciones

apropiadas en el corazón y en los grandes vasos. El producto de

estas mediciones es el volumen sistólico. Los cálculos del gasto

cardíaco mediante una ETE realizada correctamente deberían

oscilar entre 0,3-0,8 l/min de los cálculos de la termodilución, salvo

en los pacientes con una insuficiencia tricuspídea grave, en los que

la termodilución infravalora el gasto cardíac

o 37,38

.

Valoración de la función sistólica

ventricular

El cambio del área fraccional (CAF) durante la sístole se utiliza a

menudo para medir la función global del VI. Se mide utilizando

una formula simple: (ATD – ATS)/ATD, donde ATD es el area de

1112

Control de la anestesia

III

Figura 31-26

 Medición con Doppler pulsado de las velocidades del flujo sanguíneo normal en la vena pulmonar superior izquierda (VPSI). En la parte superior

de la figura aparece una imagen congelada de referencia del corte transversal bidimensional usada para colocar el volumen de muestra del Doppler (

círculo

roto

en la punta de la flecha). En los dos tercios inferiores de la figura se observan en blanco las velocidades del flujo sanguíneo instantáneas (eje vertical)

frente al tiempo (eje horizontal) que se producen en dicho volumen de muestra. El electrocardiograma (ECG) proporciona la sincronización, y la

línea horizontal

gruesa

constituye la referencia (flujo cero) para las velocidades del flujo. Las velocidades situadas por encima de la

línea gruesa

son positivas (es decir, hacia el

transductor), hasta un máximo de 69cm/s. El flujo por debajo de la

línea gruesa

es negativo (es decir, se aleja del transductor), hasta un máximo de –32cm/s.

En este enfermo, con una presión normal de la aurícula izquierda, resulta evidente la predominancia sistólica del flujo; es decir, durante la sístole ventricular

entra más flujo en la aurícula que durante la diástole ventricular, lo que se evidencia por unas velocidades de flujo máximo y promediadas mayores durante la

sístole que durante la diástole. AI, aurícula izquierda; VPSI, vena pulmonar superior izquierda.

(Reproducida con autorización de Cahalan MK:

Intraoperative

Transesophageal Echocardiography. An Interactive Text and Atlas.

Nueva York, Churchill Livingstone, 1997.)