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Detección de isquemia

miocárdica

A los pocos segundos del comienzo de una isquemia miocárdica, los

segmentos afectados del corazón dejan de contraerse con normali-

dad. Así, por ejemplo, en 50 pacientes sometidos a cirugía cardio-

vascular se detectaron anomalías segmentarias del movimiento de la

pared (ASMP) nuevas diagnósticas de isquemia miocárdica (véase

más adelante) en 24 enfermos, y cambios isquémicos del segmento

ST sólo en 6 de ello

s 47

. En tres pacientes que sufrieron infartos de

miocardio durante el período intraoperatorio, las ASMP se desarro-

llaron en el area miocárdica correspondiente, y persistieron hasta el

final de la intervención, pero sólo uno de ellos tuvo cambios isqué-

micos del segmento ST intraoperatoriamente. Estudios posteriores

en enfermos comparables confirmaron estas ventajas de la ETE sobre

la monitorización electrocardiográfic

a 48

. Además, cuando se moni-

torizan varios cortes de ETE (no sólo el corte transversal realizado

en los estudios anteriores) el índice de detección de ASMP es más

del dobl

e 49

. Hay que conocer las limitaciones de la ETE para la

detección de la isquemia. Cuando una zona de miocardio queda

claramente a la vista, puede resultar complicado evaluar la contrac-

ción segmentaria si el corazón rota o se traslada de forma notable

durante la sístole o si se produce una contracción no coordinada por

un bloqueo de rama o por un ritmo de marcapasos ventricular.

Como consecuencia, un sistema válido de valoración de ASMP debe

evaluar tanto el movimiento endocárdico regional como el engrosa-

miento miocárdico. Para establecer el diagnóstico de isquemia es

necesario un empeoramiento notable del movimiento segmentario

de la pared y un engrosamiento de la pared (en ausencia de cambios

globales similares); los cambios menos pronunciados no se interpre-

tan con tanta consistencia, ni siquiera por parte de expertos. No

todos los ASMP son indicativos de isquemia miocárdica. Así pues,

el infarto de miocardio, el aturdimiento miocárdico y la miocarditis

pueden causar ASMP. En la cirugía coronaria es de suma importan-

cia distinguir entre infarto, aturdimiento e isquemia. Cuando la ETE

demuestra que el grosor de la pared del VI es menor de 0,6cm, casi

con seguridad se habrá producido un infarto de miocardio antiguo

en la zona adelgazad

a 50

. Si la estimulación inotrópica mejora el

movimiento segmentario de una ASMP, lo más probable es que haya

un aturdimiento, no una isquemi

a 51 .

Otra causa de ASMP es la

hipovolemia grave en los pacientes conASMP previa

s 52 .

Sin embargo,

con la excepción del aturdimiento miocárdico y la hipovolemia grave

mencionadas previamente, un descenso súbito y grave casi siempre

se debe a isquemia miocárdica.

Ecocardiografía transesofágica

en cirugía cardíaca

Diagnósticos nuevos

La ETE puede mostrar hallazgos diagnósticos nuevos antes de realizar

la incisión que determinen cambios en el tratamiento quirúrgico pos­

terior (v. también cap. 50). En un estudio prospectivo de 474 pa­

cientes consecutivos que iban a someterse a una cirugía coronaria

se modificó el plan quirúrgico en el 3,4% de ellos en función de los

datos obtenidos durante la ET

E 53 .

En otro estudio prospectivo dife-

rente con 3.245 pacientes, el plan quirúrgico se modificó en el 14% de

los pacientes basándose en los datos de la ETE; el dato nuevo más

habitual que impulsaba dichas modificaciones era el descubrimiento

de un foramen oval permeabl

e 54 .

En un tercer estudio prospectivo con

5.016 pacientes, la información previa a la instauración de circulación

extracorpórea obtenida mediante la ETE impulsó la modificación del

procedimiento quirúrgico en el 27% de los pacientes que iba a some-

terse a una cirugía coronaria y en el 11% de los que se iban a someter

a una cirugía valvula

r 55 .

La divergencia de resultados de dichos estu-

dios se debe a que las poblaciones de pacientes son distintas, a los

criterios de utilización de la ETE (aplicación seleccionada frente a

consecutiva) y a las prácticas quirúrgicas, y en especial al tratamiento

del foramen oval permeable y de la insuficiencia mitral isquémica. Los

cambios hemodinámicos secundarios a la anestesia general modifican

el grado de insuficiencia mitral (normalmente la disminuyen), com-

plicando de estemodo la toma de decisiones quirúrgicas.Al restablecer

la presión arterial intraoperatoria con fenilefrina hasta los valores

preoperatorios se mejora la concordancia entre la valoración preope-

ratoria e intraoperatoria de la insuficiencia mitral, aunque sigue

habiendo discrepancia

s 56 .

En los pacientes de cirugía coronaria,incluso

una insuficiencia mitral leve identificada mediante ETE intraoperato-

ria predice una probabilidad notablemente mayor de mortalidad o de

hospitalización por insuficiencia cardíaca durante los 3 años siguientes

que en los pacientes de cirugía coronaria sin insuficiencia mitra

l 57

. Sin

embargo, no hay datos definitivos que determinen si merece la pena

el riesgo quirúrgico añadido de la reparación quirúrgica de una insu-

ficiencia mitral leve durante la cirugía coronaria. Numerosos casos

clínicos documentan que la ETE puede detectar otros problemas que

obligan a realizar cambios en el tratamiento perioperatorio, como las

comunicaciones y masas intracardíacas, la obstrucción de los grandes

vasos, la embolia pulmonar y otros procesos.

Patología aórtica

La ETE juega un papel crucial en las enfermedades quirúrgicas de la

aorta. En un estudio de 160 víctimas consecutivas con sospecha de

lesion aórtica por traumatismos torácicos cerrados, la ETE demostró

su superioridad y su rapidez diagnóstica frente a la aortografía para la

detección de dichas lesione

s 58 .

En un estudio diferente, la ETE distin-

guía con fiabilidad entre roturas subadventicias, que necesitaban una

intervención quirúrgica urgente, y desgarros de la íntima, que no

la requería

n 59 .

Se ha comprobado su superioridad frente a la aortogra-

fía y a la tomografía computarizada en la detección de la disección

aórtica agud

a 60 .

Con ella se tarda menos en llegar al diagnóstico, se

asocia a una menor morbilidad (disfunción renal y episodios neuro-

lógicos) y los ingresos hospitalarios son más cortos que con la aorto-

grafí

a 61 .

Aunque marginalmente es menos específica que la resonancia

magnética (RM) en el caso de algunas disecciones (las originadas en

el cayado aórtico, donde las imágenes de ETE quedan obstruidas de

forma parcial por la tráquea), requiere menos tiempo y es más barata

que la RMo que cualquier otramodalidad alternativa de una fiabilidad

equiparabl

e 62 .

Además, puede esbozar los mecanismos y la gravedad

de la insuficiencia aórtica asociada, por lo que identificará a los enfer-

mos en los que la valvuloplastia probablemente tenga más probabili-

dades de éxit

o 63 .

Del mismo modo, los ateromas aórticos detectados

mediante ETE tienen implicaciones clínicas importantes. En 130 pa­

cientes mayores de 65 años que iban a someterse a un injerto de

bypass aortocoronario se confirmó que la detección mediante ETE

de un ateroma protruyente en la aorta ascendente constituía el único

factor pronóstico independiente de ictu

s 64 .

Cuando se detectan estos

ateromas mediante ETE, la alteración de la técnica de canulación

aórtica o el incremento de presión arterial durante la circulación extra-

corpórea puede disminuir la incidencia de ictu

s 65,66 .

Aunque la ETE no

es tan sensible como el barrido epiaórtico para la detección de atero-

mas del cayado aórtico,es una buena herramienta de cribado: si la ETE

no demuestra ateromas importantes en la aorta ascendente o la des-

cendente, probablemente no haya tampoco en el cayado aórtic

o 67 .

Ecocardiografía transesofágica

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Sección III

Control de la anestesia

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