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Si el aporte de oxígeno a los tejidos disminuye y el consumo

debe permanecer constante, la extracción de oxígeno por los tejidos

debe aumentar. Por tanto, el retorno sanguíneo al corazón derecho

tendrá un menor contenido de O

2

y de Sv– o

2

. De tal modo, una

reducción de la Sv– o

2

sugiere una hipoxia tisular global, que suele

preceder a la insuficiencia multiorgánica y al fallecimient

o 80 .

El

aumento del metabolismo anaeróbico, como lo indica el aumento

de la concentración de lactato, es el siguiente paso y se asocia con

una mayor mortalida

d 81

. Estos procesos suelen estar en marcha

cuando la Sv– o

2

se acerca al 40%. Se necesita un catéter de arteria

pulmonar para medir la saturación en sangre venosa mixta, y se

puede efectuar una monitorización continua con un catéter que

incorpore un haz de fibra óptica. Se suele utilizar una muestra

sanguínea de la vena cava superior obtenida a través de un catéter

venoso central como sustituto de la saturación en sangre venosa

mixta cuando la colocación de un catéter de arteria pulmonar no

es práctica o no se dispone de é

l 82 .

El shock de cualquier etiología puede provocar la serie de

fenómenos descritos con anterioridad, y una Sv– o

2

baja no esclarece

la causa de la hipoxia global. Como ya se ha mencionado, una Sv– o

2

baja no siempre es secundaria a una alteración del aporte, sino que

puede deberse a un aumento del consumo de oxígeno en caso de

fiebre, tirotoxicosis y otras afecciones

( fig. 34-12 )

. Además, una

Sv– o

2

normal no siempre es indicativa de una oxigenación tisular

adecuada. Aunque el shock cardiogénico e hipovolémico se asocia

con mucha frecuencia a una Sv– o

2

baja, puede ser normal o elevada

en el shock secundario a casos graves de sepsis o de insuficiencia

hepática, porque estas afecciones suelen asociarse a una disfunción

microvascular y a una alteración de la extracción de oxígeno por

los tejidos. En estos estados, la Do

2

suele estar elevada.

En una aplicación novedosa de la medición continua de la

Sv– o

2

, se ha usado la monitorización de la pulsioximetría combi­

nada con la Sv– o

2

en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda

para monitorizar de forma continua la fracción de cortocircuito y

ajustar en consonancia los parámetros del ventilado

r 82 .

Los autores

de este estudio ajustaron los niveles de presión positiva continua en

la vía respiratoria (CPAP) para obtener la mínima fracción de cor-

tocircuito y mostraron que el uso de este método da lugar a unos

parámetros de CPAP similares a los obtenidos por métodos conven-

cionales. Aunque es una técnica algo invasiva, resultó ser rentable y

precisa para el ajuste de la CPAP en este subgrupo de pacientes.

Oxigenación tisular

El objetivo de optimizar el intercambio gaseoso pulmonar es, en

última instancia, optimizar la oxigenación a nivel tisular. El análisis

de los gases alveolares, arteriales y venosos se usa junto con índices

clínicos de función tisular (p. ej., diuresis, nivel de conciencia) para

deducir el estado de los procesos en las células. El oxígeno se trans-

porta desde los alveolos con una Po

2

de alrededor de 100 mmHg

a través de un gradiente pronunciado, denominado cascada del

oxígeno, hasta su lugar final de utilización (la mitocondria), donde

se estima que la Po

2

es menor de 1 mmHg. Las mitocondrias de

los músculos esqueléticos parecen mantener su función con una

Po

2

de tan sólo 0,1 mmH

g 83 .

A diferencia de las mediciones de Po

2

arterial, que deberían

ser casi iguales con independencia de la arteria analizada, la Po

2

varía de forma considerable dentro de un órgano o lecho tisular

concreto porque el flujo sanguíneo y el consumo de O

2

no son uni-

formes, sino que varían en cada punto dentro de dicho tejido.Debido

a que el O

2

se difunde según un gradiente desde las arteriolas a las

mitocondrias, las mediciones también pueden variar dependiendo

de en qué punto de esta vía se obtenga la medición. Por tanto, se

suele creer que debe obtenerse una distribución de mediciones de

Po

2

a través del tejido para describir mejor su estado de oxigenación.

Debido a la variabilidad del aporte y demanda de O

2

, los niveles y

distribuciones normales de Po

2

difieren entre los distintos tejidos.

Se han diseñado diversos métodos para medir directamente

las presiones y concentraciones de oxígeno en los tejidos, y sobre este

tema ha habido intensas investigaciones durante varias décadas. La

mayoría de los avances tecnológicos se han realizado en laboratorio

y aún deben demostrar que son prácticos en el contexto clínico.

La

polarografía

es la modalidad estándar en la actualidad para

medir la oxigenación tisular. Cuenta con la mejor resolución de toda

la tecnología disponible. Su fundamento es similar a la gasometría

arterial de laboratorio. Se inserta un electrodo de Clark de tipo aguja

en el tejido (en lugar de obtener una muestra de sangre) y la Po

2

es

proporcional a la corriente producida a medida que se reduce el

oxígeno. Se puede determinar una presión de oxígeno de tan sólo

0,1 mmHg con bastante precisión. Aunque es demasiado invasiva

para su uso clínico rutinario, la tecnología está comercializada y ha

encontrado aplicaciones en neurocirugía y oncologí

a 84,85

.

1190

Control de la anestesia

III

Figura 34-12

 Causas de modificaciones de la saturación de oxígeno

venosa mixta.

(De Nanchal R, Taylor RW. Hemodynamic monitoring. En

Papadakos PJ, Lachmann B [eds.]:

Mechanical Ventilation: Clinical

Applications and Pathophysiology.

Filadelfia, Elsevier, 2008.)