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de maniobras intraoperatorias, la probabilidad de que haya daño

neurológico depende del procedimiento,de la duración de la pérdida

de la RES y de si la RES se usa principalmente para valorar la inte-

gridad de las estructuras adyacentes no monitorizadas. En un

estudio de cirugía vascular aórtica, en el que se monitorizaban los

PESS, la pérdida de la onda del PESS durante menos de 15 minutos

no se asoció con un nuevo déficit neurológico permanente, mien-

tras que la pérdida completa del PESS durante períodos más largos

aumentaba la probabilidad de que reflejara un daño neurológico

permanente, incluso si la respuesta se recuperaba por completo

durante la cirugía hasta adquirir valores normale

s 46

.

Uno de los principios más importantes cuando se registran las

RES intraoperatorias es que deben obtenerse trazados basales repro-

ducibles y fiables antes de llevar a cabo cualquier intervención que

pueda causar cambios en la respuesta evocada. Si no pueden obte-

nerse y reproducirse trazados basales de buena calidad, la monitori-

zación de la respuesta tendrá escasa utilidad en la monitorización

intraoperatoria de la integridad del SNC. Si existe una variabilidad

significativa o si las ondas son difíciles de identificar, durante la

cirugía no será posible distinguir cambios que son clínicamente sig-

nificativos de una variabilidad basal preexistente. Cuando no se

pueden registrar respuestas basales buenas y reproducibles no debería

utilizarse la monitorización para la toma de decisiones clínicas.

Potenciales evocados somatosensitivos.

 Los PESS se regis-

tran tras la estimulación eléctrica de un nervio periférico mixto. La

estimulación se efectúa habitualmente por medio de electrodos de

superficie (es decir, electrodos electroencefalográficos) colocados

sobre la piel por encima del nervio, o con electrodos de aguja finos.

Se administra un estímulo al nervio en forma de pulso de onda

cuadrada de 50 a 250

m

s de duración y se ajusta la intensidad para

producir una contracción muscular mínima. El incremento de la

intensidad del estímulo más allá de la suma del umbral sensitivo y

motor no influye en la amplitud ni en la latencia del potencial

evocado registrado. Sin embargo, desde el punto de vista práctico,

muchos laboratorios no establecen la monitorización de los PESS

hasta que el paciente se encuentra anestesiado y paralizado. En estos

casos, se incrementa la intensidad del estímulo hasta que no se

produce ningún nuevo aumento en el tamaño de la misma en ningún

sitio de registro; por lo general se utiliza una corriente continua de

estimulación de entre 20 y 50mA. Para poder comparar, considérese

que la estimulación supramáxima que se emplea para la monitori-

zación del bloqueo neuromuscular suele ser de 80mA. La frecuencia

de estimulación varía de 1 a 6Hz. Los lugares más habituales de

estimulación son el nervio mediano en la muñeca, el nervio peroneo

común en la rodilla y el nervio tibial posterior en el tobill

o 47 .

Las respuestas de los PESS consisten en ondas de latencia

corta y de latencia larga. Los PESS de latencia corta son los que suelen

registrarse en el quirófano porque están menos influidos por los

cambios en los niveles de los fármacos anestésicos. Las vías involu-

cradas en la generación de los PESS de latencia corta en las extremi-

dades superiores son las fibras nerviosas sensitivas gruesas, cuyos

cuerpos celulares se encuentran en las raíces dorsales y en los gan-

glios raquídeos y cuyas prolongaciones centrales viajan rostralmente

en el cordón posterior ipsilateral de la médula espinal y se produce

una sinapsis en los núcleos de la columna dorsal en la unión bulbo-

medular (fibras de primer orden); las fibras de segundo orden, que

se decusan y viajan hasta el tálamo contralateral a través del lemnisco

medio; y las de tercer orden, que discurren desde el tálamo hasta

la corteza sensitivo-motora frontoparietal. Estas respuestas evocadas

corticales primarias, que pueden registrarse por medio de la mayoría

de las técnicas anestésicas, se producen como consecuencia de la

actividad eléctrica más precoz generada por las neuronas corticales,

y se cree que surgen de neuronas del surco parietal poscentral. Se

piensa que las ondas corticales secundarias de latencia más larga

surgen en la corteza asociativa. Estas respuestas tienen una variabi-

lidad mucho mayor en el paciente despiert

o 45 ,

se habitúan rápida-

mente a la estimulación repetitiv

a 44

y no son reproducibles durante

la anestesia general. Otros PESS corticales distintos de la respuesta

cortical primaria no se monitorizan ni se interpretan intraoperato-

riamente porque están muy alterados por la anestesia genera

l 44 .

Aunque la mayoría de las evidencias indican que los poten-

ciales evocados de las extremidades superiores son conducidos ros-

tralmente en la médula espinal a través de las vías de los cordones

posteriores, muchos datos sugieren que los PESS de los miembros

inferiores son transportados básicamente a través del cordón

latera

l 48 .

La estimulación del nervio tibial posterior o del nervio

peroneo común en el umbral motor o por encima de él activa el

grupo de fibras I, que hacen sinapsis y viajan rostralmente a través

del tracto espinocerebeloso dorsal. Después de hacer sinapsis en el

núcleo Z en la unión bulbo-espinal, la vía cruza y se proyecta sobre

el núcleo ventral posterolateral del tálam

o 49 .

Los estudios en perros,

gatos y monos respaldan la idea de que las RES de las extremidades

inferiores son conducidas en todos los cuadrantes de la médula

espinal, pero principalmente en el cordón dorsolatera

l 50,51

. Esta dife-

rencia en la vía es importante porque el cordón dorsolateral está

irrigado sobre todo por la arteria espinal anterior, la arteria que

también irriga las vías motoras descendentes y las neuronas motoras

en la médula espinal. Las manipulaciones, como las tracciones de la

columna vertebral para corregir una escoliosis, que pueden compri-

mir o distorsionar secundariamente el aporte sanguíneo radicular

a la parte anterior de la médula espinal, deberían producir cambios

en los PESS en el caso de que el aporte sanguíneo se redujera hasta

niveles críticos. Esta hipótesis se verifica por la incidencia muy baja,

pero no nula, de paraplejía postoperatoria al despertar sin que se

observara ningún cambio intraoperatorio en los PESS.

Para el registro de los PESS con la estimulación del nervio

mediano, los electrodos de registro (por lo general, adhesivos elec-

trocardiográficos) se colocan primero sobre el punto de Erb, justo

por encima del punto medio clavicular. Este punto queda por encima

del plexo braquial y las señales registradas allí aseguran al clínico que

el estímulo está administrándose correctamente al paciente. El

siguiente electrodo (un adhesivo electroencefalográfico o un elec-

trodo de cucharilla de oro) se coloca en la línea media posterior sobre

el cuello, al nivel de la segunda vértebra cervical, relativamente cerca

de los núcleos de la columna dorsal. Las señales que se registran en

este punto aseguran la transmisión adecuada desde el sistema ner-

vioso periférico hacia dentro de la médula espinal y rostralmente a

lo largo de la médula espinal hasta el bulbo bajo. Los electrodos

finales (es decir, electrodos de cucharilla de oro o electrodos de aguja)

se colocan sobre el cuero cabelludo por encima de la corteza sensitiva

(parietal) contralateral a la extremidad estimulada. Las señales regis-

tradas en ese punto aseguran la integridad de la vía a través del

tronco del encéfalo, el tálamo y la cápsula interna, y también pueden

valorar la suficiencia del FSC en esta área de la cortez

a 52-56 .

Para registrar los PESS tras la estimulación del nervio tibial

posterior, los electrodos (adhesivos electrocardiográficos) se colocan

primero sobre la fosa poplítea para asegurar una transmisión apro-

piada del estímulo al sistema nervioso. Los electrodos pueden apli-

carse también sobre la columna lumbar baja para asegurar la

transmisión apropiada de la señal dentro de la propia médula espinal,

aunque normalmente no se suele utilizar este lugar dada la proximi-

dad de incisiones quirúrgicas estériles. Los electrodos de registro en

la columna cervical y en el cuero cabelludo se disponen de unamanera

similar a la que se ha descrito en párrafos anteriores, aunque pueden

emplearse localizaciones distintas en función de dónde se haga la

incisión quirúrgica. También pueden usarse intraoperatoriamente

métodos de registro más invasivos, como los electrodos epidurales.

Los generadores propuestos para los PESS de latencia corta

se enumeran en la

tabla 36-1

y se muestran en la

figura 36-9 44,47

.

La inducción anestésica y el uso de diferentes localizaciones de los

electrodos de registro (montaje), necesarios para la incisión quirúr-

Monitorización neurológica

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Sección III

Control de la anestesia

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