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sangre arterial y disminuye la saturación de oxígeno en la sangre

venosa cerebral. La ECIR aplicada a la monitorización cerebral mide

la saturación de oxígeno en la sangre venosa cerebral de la corteza

prefrontal y detecta de forma precoz los aumentos en la extracción

de oxígeno como resultado de un descenso en el suministro de

oxígeno. Se han comunicado múltiples casos y series que documen-

tan el uso de la oximetría cerebral durante la cirugía neurovascular,

aunque todavía no se ha respondido a varias cuestiones fundamen-

tales sobre el uso de la ECIR durante la cirugía carotídea.

La primera cuestión y la más importante es saber qué grado

de descenso en la saturación de oxígeno puede tolerarse antes de

que sea necesaria la intervención. Debido a que la mayoría de las

intervenciones conllevan algún riesgo (p. ej., derivación

embo-

lias, aumento de la PA

isquemia miocárdica), es importante res-

ponder a esta pregunta. Sin embargo, la respuesta todavía no existe

y puede variar de un paciente a otro. Dos estudios más recientes han

mostrado que en pacientes despiertos, el valor de la saturación en

el que cualquier paciente puede desarrollar síntomas varía de un

paciente a otr

o 100,101

y que no puede determinarse un valor absoluto

que haga necesaria una derivación. Otro estudio mostró que la

saturación de oxígeno cerebral se redujo antes de que se produjeran

cambios en el EEG y los autores utilizaron esta observación para

reivindicar la superioridad de la monitorización mediante ECIR

cerebral durante la cirugía carotíde

a 102

. Sin embargo, este hallazgo

no debería sorprender porque la función cerebral (en este caso la

función eléctrica) no fracasa hasta que la extracción aumentada de

oxígeno deja de satisfacer las demandas metabólicas tisulares. Si se

satisfacen las demandas metabólicas mediante un aumento de la

extracción, no está claro que la intervención sea necesaria.

Finalmente, Friedell y cols

. 103

compararon en un estudio la

ECIRcon el EEGy lamonitorizaciónmediantePESSdurante la cirugía

carotídea. En 24 de 323 pacientes, se observaron diferencias significa-

tivas entre la ECIR y los monitores de la función eléctrica. Diecisiete

pacientes no presentaron cambios en la función eléctrica con dismi-

nuciones significativas en la saturación de oxígeno cerebral. En siete

pacientes, no se produjo cambio alguno en la saturación de oxígeno

cerebral a pesar de que sí hubo cambios significativos en el EEG y en

los PESS. Estos datos combinados con los datos de los estudios en

pacientes despiertos sugieren que puede ser inapropiado el uso aislado

de la ECIR durante la cirugía vascular carotídea.

Cirugía neurovascular intracraneal (monitorización: PESS)

Potenciales evocados somatosensitivos.

 Los PESS han sido

muy estudiados durante la cirugía de aneurismas cerebrales. En estos

procedimientos,la incisión quirúrgica y la retracción cerebral impiden

que se coloquen electrodos en el cuero cabelludo que puedan detectar

isquemia cerebral en la corteza de riesgo. Los electrodos de registro

colocados sobre la superficie del cerebro se han utilizado con éxito,

aunquehabitualmente los neurocirujanos los consideran«unestorbo».

Los electrodos en el cuero cabelludo pueden colocarse fácilmente para

la monitorización de los PESS, aunque a menudo el montaje de regis-

tro no es el mismo que el que se utiliza en el paciente despierto.

En el caso de aneurismas que afectan a la circulación cerebral

anterior, la monitorización de los PESS constituye un registro exce-

lente, aunque no perfecto, de predicción de la función neurológica

postoperatoria. La mayoría de los pacientes que no presentan cambios

en los PESS inducidos durante la cirugía se despiertan sin ningún tipo

de alteración en el resultado del examen neurológico.Aquellos pacien-

tes con cambios significativos en los PESS que no vuelven a la nor-

malidad se despiertan con un déficit neurológico nuevo. Los pacientes

con cambios en los PESS que vuelven a la normalidad tras un cambio

intraoperatorio significativo pueden mostrar, al menos, un déficit

neurológico postoperatorio transitorio, cuya gravedad y duración

aumentan conforme aumenta el cambio en los PESS. Para muchos

investigadores, la monitorización de los PESS es de mucha utilidad

para detectar una colocación inapropiada del clip aneurismático

(v.

fig. 36-8

) y para guiar el tratamiento intraoperatorio de la presión

arterial, particularmente en pacientes que ya han mostrado tener un

riesgo significativo de vasoespasmo o que presentan el riesgo tras una

hemorragia subaracnoide

a 55,104-109

.Sin embargo,no puede hablarse del

mismo éxito para aneurismas de la circulación posterior. En estos

casos, muchas áreas de la corteza y estructuras subcorticales en situa-

ción de riesgo de ser dañadas no pueden monitorizarse en absoluto

por vía de la función somatosensitiva. En estos pacientes existe un

patrón de monitorización falso negativo, aunque los cambios pueden

seguir detectándose cuando una lesión quirúrgica es lo suficiente-

mente grave como para afectar a porciones cerebrales extensa

s 110-113 .

Cirugía intracraneal supratentorial

no vascular (monitorización: paciente

despierto, EEG, PESS)

Durante los procedimientos supratentoriales la monitorización neu-

rológica puede contribuir a la localización precisa de las estructuras

que se han de preservar o, a la inversa, suplementan la información

anatómica aportada por las técnicas de imagen con datos funciona-

les. Dentro de esta categoría se engloban tres técnicas: 1) craneoto-

mía en el paciente despierto con un abordaje adecuado para la

resección de tumores y focos epilépticos; 2) electrocorticografía

intraoperatoria (es decir, el registro a partir de electrodos subdurales

colocados de forma estratégica) utilizada para acotar con mayor

precisión la resección del foco epileptógeno, y 3) la localización del

surco central y, por extensión, de la corteza motora precentral a veces

es útil si estas estructuras han sido desplazadas por un tumor.

La manera más exhaustiva de abordar el problema de la loca-

lización funcional de estructuras cerebrales que requieren ser pre-

servadas para lograr un buen resultado es realizar segmentos enteros

de una craneotomía supratentorial en un paciente despierto al que

se le realizan exploraciones neurológicas repetidas destinadas a

valorar el área elocuente en riesgo. Estos procedimientos se dividen

en fases de exposición, mapeo y resección, y pueden realizarse con

el paciente completamente despierto o despierto únicamente durante

los períodos en los que es necesario valorar la exploración neuroló-

gic

a 114

. Un hecho común a todos estos abordajes es la necesidad de

una anestesia locorregional meticulosa del cuero cabelludo en lugar

de la craneotomía y en los sitios de los fijadores para la sujeción

cefálic

a 115

. Un segundo requisito es un paciente que esté bien infor-

mado sobre las partes del procedimiento en las que permanece

despierto, y con deseo y capacidad para colaborar. La dexmedeto-

midina, el propofol y el remifentanilo son los agentes que se incor-

poran con mayor frecuencia a los regímenes anestésicos para una

craneotomía en un paciente despiert

o 116

. Las complicaciones de

una craneotomía en el paciente despierto incluyen náuseas y vómitos,

problemas respiratorios y cerebro «tenso», pero suelen ser leves y se

producen en menos del 10% de los casos en centros experimentados.

Las crisis epilépticas desencadenadas por la estimulación cortical se

pueden detener aplicando suero salino helado a la corteza expuesta

o con una cantidad pequeña de un barbitúrico o de propofol.

Cirugía para la localización de focos epileptógenos

Los pacientes epilépticos que tienen crisis que se generalizan a

partir de un foco anatómico concreto pueden beneficiarse enorme-

mente de la resección quirúrgica de ese foco epileptógen

o 117

. Loca-

lizar con precisión el foco epileptógeno es importante para alcanzar

el objetivo terapéutico del control de las crisis y reducir al mínimo

las complicaciones derivadas de la resección. Con las técnicas sen-

sibles de tomografía por resonancia magnética, la neuronavegación

y los registros de la actividad epiléptica típica en el paciente

despierto después de colocar electrodos subdurales y profundos, la

localización anatómica y la extensión apropiada de la resección

Monitorización neurológica

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Sección III

Control de la anestesia

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