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planificado. La retroalimentación auditiva de la monitorización

EMG alerta al cirujano acerca de una transgresión quirúrgica ines-

perada sobre el nervio, ayuda a localizar el nervio dentro del campo

(p. ej., durante un desanclaje de la médula espinal) y localiza el nivel

de cualquier bloqueo o retraso de la conducción. Puesto que se han

documentado casos de radiculopatías tras la cirugía espinal, la

monitorización EMG de los nervios periféricos se ha usado en

pacientes que iban a someterse a una cirugía espinal para disminuir

el riesgo de lesión radicular durante el procedimient

o 72 .

Aplicaciones clínicas

de la monitorización neurológica

Cirugía neurovascular

(v. también cap. 53)

Cirugía neurovascular extracraneal: cirugía vascular

carotídea (monitores: EEG, PESS, DTC, oximetría cerebral)

Electroencefalograma.

 Desde hace bastantes años ha quedado

establecido el uso del EEG como un monitor de la suficiencia del

FSC durante la endarterectomía carotídea. En una serie extensa de

pacientes sometidos a endarterectomía carotídea en la Clínica

May

o 36

, el EEG se comparó con el FSC regional empleando el

método de lavado del

133

Xe. Este estudio validó al EEG como un

indicador de la suficiencia del FSC regional.

El promedio normal de FSC en la sustancia gris y blanca es

de 50ml/100 g/min. Con la mayoría de las técnicas anestésicas el

EEG comienza a alterarse cuando el FSC disminuye hasta

20ml/100 g/min. Sin embargo, el umbral para los cambios electro-

encefalográficos parece ser mucho menor (8 a 10ml/100 g/min)

cuando se administra isofluran

o 74 .

La supervivencia celular no está

amenazada hasta que el FSC disminuye a 12ml/100 g/min (más

bajo con isoflurano). La diferencia entre el flujo sanguíneo en el

momento en que el EEG se altera y el flujo sanguíneo en el momento

en que comienza a producirse daño celular proporciona una base

racional para la monitorización con el EEG durante la cirugía

carotídea. En muchos casos, la detección precoz de cambios elec-

troencefalográficos puede permitir alguna intervención (como una

derivación, o un aumento de la presión de perfusión cerebral) para

restaurar el FSC antes del inicio de un daño neurológico perma-

nente. La monitorización hemodinámica estándar no proporciona

información directa sobre la suficiencia del FSC. La presión san-

guínea no constituye un indicador específico de la suficiencia del

FSC. Una hipotensión significativa no se asocia, de manera que

pueda predecirse, con una evidencia electroencefalográfica de

isquemia cerebral. La anemia grave y la disminución de la satura-

ción de oxígeno también disminuyen el aporte de oxígeno. La acti-

vidad electroencefalográfica se altera cuando el incremento del

flujo sanguíneo no puede compensar la disminución del contenido

arterial de oxígeno.

Puede producirse una reducción intraoperatoria grave del

aporte cerebral de oxígeno debido a factores quirúrgicos (como un

pinzamiento de toda la sección de la luz carotídea), que suelen

exceder el control del anestesiólogo, así como a factores que el anes-

tesiólogo puede corregir. La disminución del FSC producida por

hiperventilación, hipotensión o una oclusión temporal de algún vaso

sanguíneo principal se corrige mediante una reducción de la venti-

lación, una corrección de la presión sanguínea a valores normales o,

en el caso de una oclusión vascular temporal, mediante un aumento

de la presión sanguínea por encima de lo normal. Puesto que la

isquemia cerebral se detecta fácilmente mediante el EEG, puede

usarse la monitorización EEG continua con el fin de evaluar la efec-

tividad del tratamiento instaurado para corregir la isquemia.

Si con la monitorización EEG se pudiera probar de forma cien-

tífica que se reduce la incidencia de ictus durante la cirugía vascular

carotídea, se establecería dicha técnica como un estándar de asistencia.

Sin embargo, todavía no hay datos definitivos que demuestren la

reducción de ictus, y dado el número de pacientes que son necesarios

para dar consistencia a un ensayo que muestre una reducción de la tasa

de ictus del 2 al 1%, es poco probable que semejante tipo de estudios

obtenga financiación o esté en marcha. Los datos disponibles no pro-

porcionan una base que recomiende el uso universal de la monitori-

zación electroencefalográfica durante la cirugía carotídea. En una serie

extensa de pacientes sometidos a endarterectomía carotídea con deri-

vación selectiva, que fueron monitorizados con un EEG de 16 canales

sin procesamiento, ningún paciente despertó con un nuevo déficit

neurológico que no hubiera predicho el EE

G 75

. Los cambios EEG

transitorios y corregibles que se produjeron no se asociaron a ictus; los

cambios persistentes sí se asociaron a ictus. Sin embargo, este estudio

no contaba con un grupo de comparación que analizara la tasa de ictus

cuando no se empleaba la monitorización EEG durante la cirugía.

En el North American Symptomatic Carotid Endarterectomy

Trial y el EuropeanCarotid Surgery Trial,la comparación retrospectiva

de pacientes que recibieron monitorización EEG y de pacientes que

no recibieron monitorización EEG no pudo mostrar una diferencia

significativa en el resultad

o 76,77

. Puesto que el EEG detecta reducciones

en el FSC que pueden no ser aparentes en pacientes no monitorizados

y permite realizar intervenciones que pueden corregir el problema

(habitualmente la colocación de una derivación o el aumento de la

presión sanguínea), la monitorización EEG debe lógicamente servir

para reducir la incidencia de ictus cuando se usa una derivación selec-

tiva. Sin embargo, en este momento, los datos disponibles a partir de

los estudios no nos acercan más a la solución de esta pregunta de lo

que estábamos hace 30 años. Los partidarios de la monitorización y

aquellos que creen que la monitorización no tiene ningún valor citan

múltiples estudios, cada uno de los cuales apoya sus puntos de vista.

Incluso es más difícil probar que lamonitorización EEG resulta

útil cuando todos los pacientes son sometidos a una derivación

durante el pinzamiento carotídeo. Esta monitorización ha detectado

un mal funcionamiento de la derivación que es corregible, y los inves-

tigadores han descrito hipotensión relacionada con cambios EEG en

pacientes que tienen estenosis críticas y una pobre circulación cola-

tera

l 78

. Los partidarios de una derivación selectiva basada en criterios

EEG (o en otro tipo de monitorización) argumentan que colocar una

derivación innecesaria a través de una región alterada del vaso incre-

mentará con toda seguridad el riesgo de embolismo. Un estudio

multicéntrico de 1.495 endarterectomías aporta algunos datos que

revelan que la derivación en pacientes sin evidencia de un descenso

de la presión de perfusión cerebral multiplica por seis la incidencia de

ictu

s 79

. Aunque este estudio y otros más reciente

s 80-82

sostienen que la

derivación selectiva que emplea algún tipo de monitorización sobre

la suficiencia del FSC debe mejorar la tasa de ictus perioperatorio, un

análisis realizado por el Grupo de Ictus de la Cochran

e 83

no ha podido

demostrar suficiente evidencia para recomendar la derivación ruti-

naria, la derivación selectiva o, incluso, derivación alguna. Hasta que

no se realicen estudios adecuados centrados en esta cuestión es poco

probable que la monitorización electroencefalográfica durante la

cirugía vascular carotídea pueda llegar a ser un método estándar.

El EEG procesado se ha utilizado también durante la cirugía

vascular carotídea. Dos cuestiones influyen en la eficacia y fiabilidad

del EEG procesado como un monitor de isquemia cerebral. Primera,

¿cuál es el número mínimo de canales (es decir, áreas cerebrales) que

hay que monitorizar? El EEG no procesado de 16 canales constituye

un monitor fiable y sensible de isquemia cerebral intraoperatoria

durante la endarterectomía carotídea. En una serie de más de 2.000 pa­

cientes monitorizados con un EEG de 16 canales en la Clínica Mayo

no se produjeron resultados EEG falsos negativo

s 75 ;

en otras palabras,

ningún paciente tuvo daño cerebral intraoperatorio no detectado. No

obstante, la mayoría de los quirófanos donde se realizan cirugías

Monitorización neurológica

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Sección III

Control de la anestesia

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