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carotídeas no cuentan con un EEG de 16 canales monitorizado por

un técnico dedicado. Es mucho más común usar el EEG procesado

con menos de 16 canales. La experiencia y las investigaciones clínicas

sugieren que el mínimo de canales necesarios para una sensibilidad

y especificidad adecuadas es de cuatro (dos por cada lado

) 37 .

Cuando

se ha comparado un número limitado de canales con la monitoriza-

ción mediante un EEG de 16 canales, se ha obtenido un 100% de

sensibilidad y especificidad empleando dos canales por hemisferio,

siempre que los canales monitorizaran el territorio de la arteria cere-

bral media. Estos resultados se obtuvieron mediante la combinación

de un canal frontoparietal con un canal frontotempora

l 37 .

La segunda cuestión es el grado de experiencia del observador

que monitoriza el EEG procesado. ¿Se requiere un técnico con expe-

riencia o un electroencefalografista? En un estudio que analizaba esta

cuestión se comparó un EEG de 16 canales no procesado monitori-

zado por un técnico dedicado con un EEG procesado revisado por

tres anestesiólogos que tenían diferentes grados de experiencia con el

EEGprocesad

o 38 .

Los tres anestesiólogos interpretaron los trazados sin

conocimiento del caso. Tan sólo se les presentó el trazado escrito con

una indicación del punto en el que la carótida había sido pinzada. En

la interpretación de estos casos, el obstáculo más importante que hay

que evitar es el patrón «falso negativo». Si el clínico interpreta que el

EEG muestra un FSC adecuado cuando en realidad no lo es, el ciru-

jano puede no realizar una derivación en un paciente con isquemia.

Un resultado falso positivo es menos problemático porque el paciente

no sufre isquemia aunque de todos modos se le vaya a realizar una

derivación. En este caso, sólo se incurre en el riesgo de embolia debido

a una derivación posiblemente «innecesaria». El valor predictivo posi-

tivo de que el anestesiólogo interprete correctamente que el trazado

no presenta cambios tras el pinzamiento fue del 91-98%, lo que indica

que el dispositivo puede ser utilizado por intérpretes relativamente

noveles con una precisión aceptable a la hora de determinar la presen-

cia de isquemia cerebral en el momento de la oclusión carotídea. En

este estudio, la revisión por parte del anestesiólogo no fue llevada a

cabo en el transcurso del procedimiento sino más bien «en diferido»

y no se trata la cuestión de si un anestesiólogo encargado de la super-

visión y tratamiento intraoperatorio del paciente puede monitorizar

de manera simultánea y de forma adecuada el EEG procesado.

La monitorización electroencefalográfica tiene limitaciones.

A pesar de los datos disponibles de la Clínica Mayo, se han descrito

ictus evidentes en el postoperatorio inmediato en pacientes que no

tenían signos de cambios EEG intraoperatorios. Según nuestra

experiencia, esos ictus son el resultado de embolias en las arterias

lenticuloestriadas que irrigan estructuras subcorticales que no

generan ni afectan al EEG, aunque están crucialmente involucradas

en la irrigación de las vías motoras descendentes. De manera

general, no obstante, estos acontecimientos son raros.

¿Debería realizarse una monitorización EEG en un paciente

que va a ser sometido a una endarterectomía carotídea? Esta pre-

gunta no tiene respuesta sobre la base de los datos disponibles. La

monitorización EEG proporciona información sobre el FSC que no

está disponible de otra manera. El clínico tiene una oportunidad

de intervenir para incrementar un flujo sanguíneo inadecuado

cuando éste se produce. De forma anecdótica, muchos clínicos han

hallado que esta monitorización es útil y la usan de forma rutinaria.

Los estudios de poblaciones no respaldan el uso rutinario de esta

técnica, y queda al criterio del clínico decidir si la utiliza.

Potenciales evocados somatosensitivos.

 La monitorización

de los PESS se la utilizado también para calibrar la suficiencia del FSC

a la corteza cerebral y a las vías subcorticales durante la cirugía vascular

de carótid

a 56,84,85

.En el laboratorio,se ha observado que los PESS tienen

un umbral similar, aunque levemente inferior, de fallo en comparación

con el EEG. Los PESS suelen permanecer intactos hasta que el flujo

sanguíneo cortical cae por debajo de 15ml/ 100g/mi

n 54 .

En unos pocos

estudios que comparaban los PESS con el EEG, se registraron una

sensibilidad y una especificidad similares para la función neurológica

postoperatoria. Sin embargo, estos estudios incluyeron a pocos pa-

cientes y no son adecuados para apoyar la hipótesis de que la monito-

rización mediante PESS puede sustituir a la monitorización

electroencefalográfica para valorar la suficiencia del FS

C 84-86 .

La lógica

también sugiere que es poco probable que se generen cambios en los

PESS, como los que produce la isquemia de las porciones anteriores

del lóbulo frontal o temporal, que son fácilmente detectables mediante

electrodos electroencefalográficos colocados de manera apropiada.

Finalmente, un meta-análisis más reciente no respalda el uso de los

PESS durante la cirugía vascular de carótida como el único monitor

de la función neurológic

a 87

. Se dispone incluso de menos datos sobre

el pronóstico para apoyar el uso de los PESS durante la cirugía carotí-

dea de los que se disponen para el EEG, aunque los autores y otros han

hallado que los PESS son útiles como monitor simultáneo con el EEG

para detectar isquemia subcortical.

Doppler transcraneal.

 La monitorización DTC durante la

cirugía vascular carotídea se basa en la medición de dos parámetros

principales: la velocidad del flujo sanguíneo en las grandes arterias

que irrigan la corteza cerebral (con más frecuencia la arteria cerebral

media) y el número de émbolos detectados en la misma arteria. La

hipótesis que justifica el uso de esta monitorización durante la cirugía

vascular de carótida tiene dos componentes: la velocidad del flujo

sanguíneo se correlaciona con el FSC y un aumento en el número de

émbolos aumenta la probabilidad de que se produzca una isquemia

cerebral o un ictus relacionado. El primer componente no ha sido

bien examinado y presenta resultados variables. Un estudio prelimi-

nar en un grupo pequeño de pacientes sometidos a cirugía carotídea

no mostró una buena correlación entre el FSC y la velocidad del flujo

sanguíne

o 88 .

Los estudios posteriores realizados en pacientes con

patología intracraneal diversa han exhibido resultados mixto

s 89-92 .

La correlación entre FSC y velocidad del flujo medida por

DTC se mantiene buena con el tiempo sólo cuando la arteria explo-

rada no cambia de diámetro y cuando el flujo sanguíneo cortical

en la distribución de la arteria medida no tiene fuentes colaterales

significativas de flujo sanguíneo. La relación entre el número de

émbolos y el ictus está mejor establecida con estudios múltiples

realizados en períodos preoperatorio, intraoperatorio y postopera-

torio, lo que indica que cantidades mayores de émbolos se asocian

a un riesgo mayor de ictus y precisan una intervenció

n 93-99 .

El uso intraoperatorio del DTC no se ha generalizado por

muchas razones. Como ya se ha indicado más arriba, no pueden

obtenerse buenas señales de DTC en muchos individuos que podrían

beneficiarse de la monitorización.Además, el movimiento de la sonda

DTC durante la cirugía provoca problemas fundamentales debido a la

pérdida de la señal o en el ángulo de la sonda induciendo cambios en

la relación entre la velocidad del flujo sanguíneo y el flujo sanguíneo.

No obstante, se han comunicado múltiples series de endarterectomías

carotídeas conmonitorización de DTC con buen resultado, resaltando

una reducción de la velocidad del flujo sanguíneo crítica de alrededor

del 50% como indicativa de un FSC inadecuado que requiere inter-

vención (derivación, aumento de la presión sanguínea, o ambas

) 93-99 .

No existen datos de pronóstico favorable que apoyen el uso intraope-

ratorio del DTC, aunque los datos que se refieren al número de

émbolos y al riesgo de ictus sugieren que si se pudieran solucionar las

cuestiones técnicas sobre la fijación de la sonda al paciente, el DTC

puede ser útil como factor predictivo de ictus inminente en los perío-

dos preoperatorio, postoperatorio y, quizás, en el intraoperatorio.

Oximetría cerebral (espectroscopia cercana al infra-

rrojo).

 La espectroscopia cercana al infrarrojo (ECIR) es una

monitorización que resulta atractiva por su fácil aplicación y porque

no requiere ninguna preparación para su interpretación. La hipóte-

sis que rige su uso es muy simple: conforme disminuye el suministro

de oxígeno al cerebro, aumenta la extracción de oxígeno desde la

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Control de la anestesia

III