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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

pulmón declive, lo que refleja la mayor perfusión del pulmón

declive y el aumento del espacio muerto del pulmón no declive. Sin

embargo, la excreción diferencial de CO

2

será mayor en el pulmón

no declive en la mayoría de los pacientes, debido al aumento de la

ventilación diferencial de este pulmón. Los pacientes con una

mayor excreción diferencial de CO

2

en el pulmón declive (es decir,

mejor perfusión) durante la ventilación bipulmonar tienden a tener

unos valores de Pao

2

mejores durante la VM

P 64

.

Al principio de la VMP, la Pco

2

te del pulmón declive suele

disminuir de forma transitoria a medida que la ventilación minuto

se transfiere a este pulmón. A continuación, la Pco

2

te aumentará

a medida que la perfusión diferencial se incrementa en este pulmón

declive por colapso y vasoconstricción pulmonar del pulmón no

ventilado. Si no se corrige la ventilación minuto, el resultado neto

será un aumento tanto de la Paco

2

basal como de la Pco

2

te con

un mayor gradiente. Sin embargo, las disminuciones intensas

(

>

5mmHg) o prolongadas de la Pco

2

te pueden indicar una mala

distribución de la perfusión entre los pulmones ventilado y no

ventilado, y puede ser un aviso precoz de los pacientes que acaba-

rán por presentar una desaturación durante la VMP (v. cap. 5).

Monitorización hemodinámica invasiva

Vía arterial

En los procedimientos intratorácicos se produce una incidencia

significativa de hipotensión grave transitoria por la compresión qui-

rúrgica del corazón o los grandes vasos. Por este motivo, además de

la utilidad de la realización intermitente de la gasometría arterial, es

útil evaluar la presión arterial sistémica de forma continua durante

lamayoría de las intervenciones de cirugía torácica. Como es natural,

hay excepciones durante los procedimientos limitados, como las

resecciones toracoscópicas en los pacientes más jóvenes y más sanos.

En la mayoría de las toracotomías, la colocación de un catéter de

arteria radial se puede realizar en el brazo declive o no declive.

Presión venosa central

La monitorización y el acceso de la presión venosa central (PVC)

son procedimientos rutinarios para la cirugía cardíaca en algunos

centros. Sin embargo, existe la impresión general de que las lectu-

ras de PVC en decúbito lateral con el tórax abierto no son fiables.

La PVC es un parámetro útil de monitorización postoperatoria,

sobre todo cuando el control de los líquidos es crucial (p. ej., neu-

monectomías). Nosotros tenemos como práctica habitual colocar

vías de PVC en los pacientes de neumonectomía, pero no en las

resecciones menores, a menos que haya otras enfermedades con-

currentes significativas. En las lobectomías que se convierten en

neumonectomías de forma imprevista durante la intervención, se

coloca un catéter de PVC al final de la intervención. Nosotros

optamos por utilizar la vena yugular interna derecha para mini-

mizar el riesgo de neumotórax para el acceso de la PVC, a menos

que haya contraindicaciones. Los datos de PVC de la vena yugular

interna no son fiables en los pacientes con obstrucción de la vena

cava superior.

Catéteres de arteria pulmonar

A semejanza de los datos de PVC, la presión intraoperatoria de la

arteria pulmonar puede ser un indicador menos fiable de la verda-

dera precarga cardíaca izquierda en decúbito lateral con el tórax

abierto que en otras situaciones clínicas. Esto se debe en parte a

que al principio no suele saberse si el extremo del catéter se encuen-

tra en el pulmón declive o no declive. Además, es posible que los

datos de gasto cardíaco por termodilución puedan ser poco fiables

si hay diferencias unilaterales transitorias significativas de perfu-

sión entre los pulmones, como puede suceder durante la VMP y la

presión positiva. No existe un consenso sobre la fiabilidad de los

datos de gasto cardíaco por termodilución durante la VMP.

Cuando se requiere la colocación de un catéter de arteria

pulmonar, se puede lograr en el 50% de los pacientes (frente al 10%

habitual) dejando flotar el catéter en la arteria pulmonar cuando el

paciente está en decúbito derech

o 65 .

Suele ser posible que el cirujano

confirme la colocación del catéter de arteria pulmonar una vez que

se abre el tórax. Es fundamental recordar que un catéter de arteria

pulmonar ipsilateral al lado de la cirugía debe retirarse antes del

pinzamiento vascular o se podría seccionar. Se han documentado

complicaciones del uso de estos catéteres, como arritmias, hemorra-

gia, infarto pulmonar y otra

s 66 .

Además, si un catéter de arteria

pulmonar está en el pulmón no ventilado, con frecuencia se enclava

de forma accidental sin inflar el balón a medida que el pulmón se

colapsa. La relación riesgo-beneficio del uso sistemático de los caté-

teres de arteria pulmonar en la cirugía de resección pulmonar favo-

rece su uso sólo en casos específicos, como en los pacientes con

enfermedades asociadas graves (p. ej., cardíacas, renales) o que se

vayan a someter a procedimientos muy extensos (p. ej., neumonec-

tomía extrapleural).

Fibrobroncoscopia

La colocación de TDL y de bloqueadores bronquiales se describe

después, en la sección de «Aislamiento pulmonar». Una colocación

muy inadecuada de los TDL y de los bloqueadores que puede provo-

car desaturación durante la VMP no se suele detectar mediante aus-

cultación o con otros métodos tradicionales de confirmación de su

situació

n 67 .

La colocación de TDL o de bloqueadores debería realizarse

con control broncoscópico con fibra óptica y debería reconfirmarse

después de colocar al paciente en posición quirúrgica, porque muchos

de estos tubos/bloqueadores migran al recolocar al pacient

e 68

.

Espirometría continua

El desarrollo de la espirometría de flujo lateral ha permitido moni-

torizar de forma continua los volúmenes, presiones e interacciones

del flujo tanto inspiratorios como espiratorios durante la anestesia

monopulmonar. Esta monitorización es especialmente útil durante la

cirugía de resección pulmonar. La monitorización continua de los

volúmenes corrientes inspirado y espirado proporciona una indica-

ción precoz de los cambios accidentales de la situación intraoperato-

ria de un TDL, con la pérdida del aislamiento pulmonar si el volumen

espirado disminuye de forma súbita (suele haber una diferencia de

20-30ml debido en parte a la captación de oxígeno inspirado). La

aparición de un flujo teleespiratorio persistente durante la VMP, que

se correlaciona con el desarrollo de auto-PEEP, puede observarse en

la curva de flujo-volumen. Además, la capacidad de medir con pre-

cisión las diferencias de los volúmenes corrientes inspiratorio y espi-

ratorio es muy útil para ayudar al cirujano a evaluar y controlar las

fugas de aire pulmonar durante las resecciones pulmonares.

Ecocardiografía transesofágica

La ecocardiografía transesofágica (ETE) permite al anestesiólogo

tener una monitorización continua en tiempo real de la función

miocárdica y de la precarga cardíaca (v. cap. 31). Esta información

es difícil de estimar de forma intraoperatoria en decúbito lateral con

otros monitores hemodinámicos. Sin embargo, también hay elemen-

tos en contra del uso sistemático de la ETE en la cirugía torácica. El

equipo es voluminoso y caro, y se requiere una experiencia específica

para obtener e interpretar las imágene

s 69 .

Además, muchos pacientes

de cirugía torácica tienen enfermedades esofágicas que impiden la

ETE y hay un riesgo de traumatismo laringofaríngeo cuando se

introduce un TDL y un transductor de ETE en los pacientes menos

corpulentos. La American Society of Anesthesiologists y la Society

of Cardiovascular Anesthesiologists han publicado indicaciones