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Asistencia clínica en entornos especiales: bajas y altas presiones y el espacio

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

se sobresaturen durante la descompresión y permitan la formación

de burbujas de N

2

O en ese momento. Russel y cols

. 154

no observaron

este inconveniente al utilizar una pauta de descompresión establecida

de forma empírica, con una pausa de descompresión de 30 minutos a

1,3 ATA, mientras los pacientes respiraban O

2

al 100%. Se pueden

formar burbujas sin descompresión si se respira un gas mientras se

está en una atmósfera de otro gas más difusible. Por ejemplo, al

respirar aire en un entorno de helio y O

2

a 5-7 ATA, puede aparecer

urticaria y disfunción vestibula

r 157

como resultado de una rápida

difusión del helio a los tejidos, lo que provoca que la presión local

del gas inerte supere la presión ambiental (contradifusión gaseosa

isobárica). Este fenómeno puede ocurrir incluso a una presión

atmosférica normal si la persona respira óxido nitroso y O

2

al estar

rodeada de heli

o 158

. Por tanto, es obligatorio que nunca se adminis-

tre óxido nitroso en una atmósfera de helio y oxígeno.

Otro riesgo del N

2

O hiperbárico es el efecto dilucional de los

grandes volúmenes del gas disuelto que entran en los pulmones

durante la descompresión, lo que provoca una hipoxia dilucional,

que puede evitarse mediante la administración de una mezcla respi-

rada rica en O

2

durante varios minutos antes de la descompresión.

En pacientes que se hayan incorporado de forma reciente al

submarinismo, o que hayan sufrido enfermedad por descompre-

sión, se debería evitar el óxido nitroso, incluso a 1 ATA, porque su

administración puede producir la expansión de las burbujas san-

guíneas y el empeoramiento del dolor y de los síntomas neuroló-

gicos. Un caso de esto último ha sido publicado tras una anestesia

con óxido nitroso realizada después de la aparente resolución de

una enfermedad por descompresió

n 159 .

El efecto de un anestésico volátil sobre el paciente es pro-

porcional, no a la concentración alveolar, sino a la presión parcial

del mismo. Por ejemplo, el efecto del halotano al 1% a 1 ATA (con

una presión parcial de 7,6mmHg) será equivalente a una concen-

tración del 0,5% a 2 ATA (con la misma presión parcial). La con-

centración de anestésico de un vaporizador calibrado específico

para el anestésico varía con la presión ambiental, pero de forma

que la presión parcial administrada permanece constante

( fig. 70-12 )

.

Debido al efecto del aumento de la densidad del gas en esta relación

de flujo, en la práctica, la presión parcial administrada depende en

parte de la presión ambiental. Se ha observado un ligero aumento

de la presión parcial del halotano administrado por un modelo de

vaporizador a 3 ATA (v.

fig. 70-12 ) 146 .

Nosotros hemos encontrado

una administración constante de presión parcial del anestésico al

probar un vaporizador de sevoflurano, hasta una presión ambiental

máxima de 3 ATA.

Los flujómetros de rotámetro calibrados a 1 ATA indicarán

unos falsos valores elevados a altas presiones ambientales, debido

al aumento de la densidad del gas. McDowel

l 160

describió la

siguiente relación para el flujo del rotámetro:

donde flujo

real

y flujo

medido

son los flujos real y medido en la gradua-

ción, mientras que

ρ

1

y

ρ

P

son las densidades del gas a 1 ATA y P

ATA, respectivamente. Otros autores han confirmado esta impreci-

sión en el rendimiento del rotámetro hasta 4 ATA (v.

fig. 70-12 ) 146

.

Anestesia intravenosa

Los anestésicos intravenosos se comportan de forma similar y es

improbable que se afecten en el rango clínico habitual de presión

ambiental (v. cap. 16). No existen alteraciones evidentes de la far-

macocinética de la meperidin

a 31

ni del pentobarbita

l 32

a presiones

ambientales de hasta 6 ATA. Nosotros hemos realizado anestesia

general, para lavado pulmonar terapéutico, a presiones ambientales

de hasta 3 ATA mediante las dosis habituales de ketamina y ben-

zodiazepinas o propofol y opioides con relajantes musculares no

despolarizantes.

Anestesia regional

Es probable que esta técnica sea tanto segura como eficaz en un

entorno hiperbárico al evitar la necesidad de ventilación mecá-

nica (v. caps. 41 y 42). Se ha realizado la resección intestinal a

una presión ambiental de 6,75 ATA en un ambiente de helio y

O

2

mediante la inyección local de lidocaína, complementada con

meperidina parentera

l 151

. Debería tenerse extremo cuidado para

Figura 70-12

 Rendimiento de un sistema vaporizador anestésico a presión ambiental aumentada.

A,

Características del flujo de un sistema de rotámetro. A 4

ATA el flujo administrado real es menor del 60% del indicado por el rotámetro.

B,

Presión parcial de salida de halotano de un modelo de vaporizador en función

de la presión ambiental. A 3 ATA sólo son evidentes pequeños incrementos de la presión parcial suministrada, en las selecciones del 2 y el 3%. (

Del Committee

on Hyperbaric Oxygenation:

Fundamentals of Hyperbaric Medicine

[Publication No. 1298]. Washington, DC, National Academy Press, 1966

.)