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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

garantizar una técnica estéril, debido a la propensión del mayor

crecimiento bacteriano en el entorno cálido y humidificado de

la cámara hiperbárica, sobre todo durante la exposición a sa­

turación.

Efectos de la altitud

Unos 140 millones de personas en todo el mundo viven de forma

permanente en altitudes superiores a los 2.500

m 161

y tal vez una cifra

igual visita altitudes elevadas cada año. Muchas de ellas requerirán

asistencia médica, por lo que existe una clara necesidad de que los

anestesistas e intensivistas comprendan la fisiología de este ambiente.

A diferencia de la relación entre la presión ambiental y la

profundidad del agua, la existente entre la presión y la altitud es de

tipo no lineal (v.

fig. 70-2 )

. Los efectos fisiológicos de la exposición

a la altitud son atribuibles sobre todo a la reducción de las siguien-

tes tres variables: Po

2

inspirada, presión ambiental y densidad del

gas. La exposición extrema o prolongada a una altitud elevada

puede acompañarse de factores adicionales que pueden modular

las respuestas fisiológicas, como la hipotermia, el esfuerzo, la des-

hidratación, las quemaduras solares y la policitemia. Las embara-

zadas y las personas con trastornos hipóxicos, como la enfermedad

cerebrovascular, las cardiopatías congénitas, la arteriopatía corona-

ria y la neumopatía hipóxica pueden presentar riesgos adicionales

que requieran evaluación médic

a 162

.

Hipoxia

Cambios fisiológicos

El principal mecanismo que provoca hipoxemia en altitud es la

reducción de la Po

2

inspirada, que se incrementa por la incapaci-

dad de los eritrocitos de la circulación pulmonar de equilibrarse

por completo con el gas alveolar (desequilibrio de difusión

) 163

y el

aumento de la discordancia entre ventilación y perfusión

(

V

A

/ 

Q

) 164 .

Las respuestas agudas de la gasometría y la frecuencia car-

díaca a la hipoxia aguda se muestran en las

tablas 70-4 y 70-7

. La

frecuencia y el gasto cardíacos aumentan

165 .

La resistencia vascu­

lar sistémica disminuye y la presión vascular pulmonar se incre-

ment

a 166 .

Existe un aumento correspondiente del flujo sanguíneo

orgánico, incluido el cerebral. La hipoxia también induce hiperp-

nea (por el aumento de la frecuencia respiratoria), con una consi-

derable variabilidad interpersonal. La Pco

2

teleespiratoria medida

en una persona que espiraba aire en la cima del monte Everest

(presión barométrica de 263mmHg) era de 7,5mmHg, mientras

que la Pao

2

era de 37,6mmH

g 167 .

Esta hipocapnia tiene varios

efectos. Provoca un aumento de la afinidad de la Hb por el O

2

(desplazamiento a la izquierda de la curva de disociación de la Hb

y el O

2

), lo que aumenta la oxigenación sanguínea en el pulmón, a

la vez que interfiere con el transporte de O

2

desde los capilares

tisulares a las mitocondrias. Sin embargo, el efecto global sobre el

transporte de O

2

es beneficios

o 168 .

La hipoxemia puede acentuarse sobre todo durante el sueño.

La

figura 70-13

muestra una pulsioximetría continua durante la tran-

sición del sueño a la vigilia, a una altitud simulada de 4.572m en una

cámara hipobárica, donde se demuestra una respiración periódica y

una oscilación cíclica de la Spo

2

. Las personas que tienen una apnea

obstructiva del sueño moderada a 1 ATA tienen un riesgo de sufrir

una apnea del sueño central grave en condiciones de altitu

d 169 .

La exposición aguda a altitudes del orden de 4.000 a 5.000m

provoca una disminución de la Po

2

a unos 40mmHg y una reduc-

ción de la saturación de la Hb por O

2

a un 75%. La exposición aguda

a la hipoxia leve parece provocar sólo efectos leves sobre la función

del SNC. Crow y Kelma

n 170

no hallaron disminución del recuerdo

libre ni del seguimiento visual cuando se expuso a personas sanas

a una altitud simulada de 3.658m (Po

2

inspirada de 92mmHg). La

hipoxia intensa puede provocar pérdida de conciencia. Una medida

del rendimiento que se utiliza en la fisiología aeronáutica es el

tiempo de rendimiento eficaz, definido como el período de tiempo

que una persona puede realizar actividades útiles de vuel

o 171

. A una

altitud de 5.500m este valor es de 20-30 minutos. Se reduce a 2,5-

3 minutos a 8.500m y a 1-2 minutos a 9.100 metros.

La exposición gradual o crónica a la altitud provoca una serie

de cambios adaptativos que permiten a las personas actuar de forma

idónea y realizar un trabajo físico considerable en altitudes donde

los recién llegados apenas pueden hacerlo. Por ejemplo, el monte

Everest ha sido escalado por personas adaptadas sin la ayuda de O

2

suplementario, mientras que la exposición aguda a tal altitud pro-

vocaría una rápida pérdida de conciencia. Las personas expuestas a

una presión barométrica decreciente, hasta una altitud simulada de

8.848m en una cámara hipobárica a lo largo de 40 días, fueron

capaces de realizar un trabajo de 120Wen una ergometría, mientras

su Pao

2

media era de sólo 30mmHg (saturación arterial de la Hb

Figura 70-13

 Pulsioximetría y patrón respiratorio (las líneas del eje x representan espiraciones) de una persona en una cámara hipobárica a una altitud

simulada de 4.572m. La respiración periódica y las alteraciones oscilatorias de la Sp

o

2

que se observan durante el sueño cambian a un patrón respiratorio

más regular y a una Sp

o

2

estable después de despertar.