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aportan los catéteres de PVC percutáneos en el período previo a la

circulación extracorpórea frente a los riesgos que plantean.

Lamonitorización continua de la presión arterial sólo es posible

con un catéter intraarterial permanente. En los niños pequeños se

prefiere canular la arteria radial con un catéter del calibre 22-24 G. En

los niños mayores y en los adolescentes se puede elegir un catéter del

calibre 20 G. La inspección cuidadosa, la palpación y las determina-

ciones incruentas de la presión arterial en las cuatro extremidades

ayudan a asegurarse de que las intervenciones quirúrgicas previas o

que se planifican para esta intervención (p. ej., una disección previa de

la arteria radial, la reparación de una coartación con colgajo de sub-

clavia o la derivación de Blalock-Taussig) no interfieren con el lugar

elegido para monitorizar la presión arterial. Otras opciones de canu-

lación son las arterias cubital, femoral, axilar y umbilical (en los recién

nacidos). La canulación de las arterias tibial posterior o pedia no suele

ser suficiente para las cirugías complejas. Los catéteres en las arterias

periféricas, sobre todo en las extremidades inferiores distales, funcio-

nan mal tras la CEC y no reflejan la presión aórtica central cuando la

temperatura de las extremidades distales sigue siendo baj

a 53 .

La preservación del miocardio y el cerebro se mantiene funda-

mentalmente gracias a la hipotermia; por eso, es fundamental una

monitorización exacta y continua de la temperatura corporal. Las tem-

peraturas rectal y nasofaríngea se monitorizan porque reflejan las

temperaturas central y cerebral, respectivamente. La monitorización de

la temperatura esofágica es un buen reflejo de la temperatura cardíaca y torácica. Las sondas timpánicas, aunque reflejan bien la tempera­

tura cerebral, pueden ocasionar rotura de la membrana timpánica.

La pulsioximetría y la capnografía aportan información ins-

tantánea sobre la idoneidad de la ventilación y la oxigenación. Se

trata de datos útiles para orientar los ajustes ventilatorios y hemo-

dinámicos y para optimizar el Q˙ p/Q˙ s antes y después de los cor-

tocircuitos quirúrgicos y de la colocación de bandas en la arteria

pulmonar. La vasoconstricción periférica en los pacientes que van

a someterse a una hipotermia profunda y parada circulatoria hace

que las sondas de saturación de oxígeno digitales sean menos

fiables. En el recién nacido se ha recomendado utilizar un sensor

en la lengua para proporcionar una medición de la saturación de

oxígeno más central con menos variabilidad de la temperatura

54 .

El uso de catéteres en la arteria pulmonar transtorácicos (en la

aurícula derecha o izquierda, en la arteria pulmonar) o transvenosos

viene determinado de forma individualizada según el proceso patoló-

gico, el estado fisiológico y la intervención quirúrgica. Por ejemplo, en

niños que van a someterse a una intervención de Fontan por una

atresia tricuspídea o un corazón univentricular, los catéteres en la vía

de Fontan o en la aurícula venosa pulmonar tienen una especial uti-

lidad. Tras la cirugía de Fontan se debe conseguir un FSP sin el bene-

ficio de una cámara de bombeo ventricular. Los cambios sutiles de la

precarga, la RVP y la presión venosa pulmonar influirán en el FSP y,

por tanto, en el gasto cardíaco sistémico. Los datos derivados de la

presión venosa sistémica y la presión auricular izquierda (PAI) ayudan

a identificar la importancia relativa del volumen intravascular (PVC),

la RVP (gradiente entre PVC y PAI) o la distensibilidad ventricular

(PAI), pues cada uno de ellos exige un abordaje terapéutico distinto.

Como norma general, se puede colocar un catéter transvenoso

en la arteria pulmonar por la yugular interna en niños que pesan

más de 7kg. Se puede usar un catéter de 5 Fr en niños que pesan de

7 a 25kg y se elige uno de 7 Fr para los que superan los 25kg. En los

lactantes que pesan menos de 7kg se puede colocar un catéter en la

arteria pulmonar por vía percutánea a través de la vena femoral. En

algunos casos esta técnica se realiza bajo control radioscópico. El uso

de vías de monitorización transtorácicas intraoperatorias y de eco-

grafía Doppler limita la necesidad de colocar catéteres transvenosos

en la arteria pulmonar en la mayor parte de los casos.

Monitorización especial

Ecocardiografía intraoperatoria

Entre las técnicas más novedosas existentes para la monitorización

de los pacientes que van a someterse a cirugía cardiovascular pediá-

trica, la más prometedora es la ecografía Doppler. Varios estudios

han descrito la utilidad de la ecografía Doppler intraoperatoria para

la cirugía de las cardiopatías congénita

s 55-57

. La ecocardiografía bidi-

mensional combinada con la ecografía Doppler de ondas pulsadas

y los mapas de flujo en color, permite obtener imágenes morfológi-

cas y datos fisiológicos detallados en la mayor parte de los casos

quirúrgicos. El uso de ecografía Doppler en el quirófano permite

obtener datos anatómicos y fisiológicos antes de la CEC, lo que

ayuda a ajustar los planes quirúrgicos. La ecografía Doppler previa

a la circulación extracorpórea permite definir el tratamiento anes-

tésico y quirúrgico con precisió

n 12,56

. La realización sin limitaciones

de una ecocardiografía transesofágica (ETE) y epicárdica en pacien-

tes anestesiados permite descubrir a menudo nuevos hallazgos y, en

consecuencia, modificar los planes terapéuticos

( fig. 73-4

).

La evaluación mediante ecografía Doppler tras la circulación

extracorpórea permite valorar de forma inmediata la calidad de

la reparación quirúrgica y la función cardíaca mediante el estudio de la

movilidad de la pared ventricular y el engrosamiento sistólic

o 12,56

. Esta

técnica puede demostrar la existencia de defectos estructurales resi-

duales tras la derivación, que se pueden reparar de forma inmediata

en el mismo acto quirúrgico, y evita salir del quirófano con defectos

estructurales residuales importantes que podrían necesitar una rein-

tervención más adelante

( fig. 73-5 )

. Al identificar a los pacientes con

anomalías de la contracción ventricular derecha e izquierda de nueva

aparición tras la derivación, que se traducen en cambios de la movi-

lidad de la pared o engrosamiento sistólico, la ecografía Doppler sirve

de guía sobre las intervenciones farmacológicas inmediatas que deben

Anestesia para la cirugía cardíaca pediátrica

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73

Sección V

Anestesia pediátrica

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Tabla 73-8

 Monitorización de los sistemas orgánicos

Aparato cardiopulmonar

Estetoscopio esofágico

Electrocardiograma

Sistema convencional de siete derivaciones, análisis de la onda ST-T,

derivación electrocardiográfica esofágica

Pulsioximetría

Presión arterial oscilatoria automatizada

Capnógrafo

Parámetros del ventilador

Catéter arterial permanente

Catéter de presión venosa central

Catéter de arteria pulmonar

Catéter de presión transtorácica

Aurícula derecha o izquierda, arteria pulmonar

Ecocardiografía con Doppler de flujo a color

Epicárdica o transesofágica

Sistema nervioso central

Estimulador de nervio periférico

Electroencefalografía procesada

Especializadas

  Flujo sanguíneo cerebral: metodología de eliminación del xenón

  Metabolismo cerebral: espectroscopia próxima al infrarrojo, medidas

de consumo de oxígeno

  Doppler transcraneal

  Saturaciones venosas en bulbo de la yugular

Temperatura

Nasofaríngea, rectal, esofágica, timpánica

Función renal

Sonda de Foley