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líquido y de los mediadores inflamatorios son las bases en las que

se fundamenta el uso de la ultrafiltración. El resultado final será

eliminar agua plasmática y solutos de bajo peso molecular a través

de una membrana semipermeable.

Esencialmente, son cinco los tipos de ultrafiltración emplea-

dos en la perfusión moderna, tres de los cuales mientras el paciente

sigue con la CEC. La ultrafiltración del cebador (PUF, del inglés

prime ultrafiltration

) se emplea cuando se añaden concentrados de

hematíes a la solución cebadora y se realiza en la fase previa a la CEC.

Su finalidad es sustituir el cebador de cristaloides por otro con

sangre, ajustar el pH, modificar la concentración de electrólitos a

valores más seguros y eliminar los mediadores inflamatorios que

puedan estar presentes en la sangre del donant

e 162

. La ultrafiltración

convencional (CUF, del inglés

conventional ultrafiltration

) consiste

en la eliminación de líquido en cualquier momento mientras el

paciente está bajo el soporte de la CEC. Una aplicación común de

este método es la eliminación de un volumen de líquido claro igual

al volumen de cardioplejia empleado. La ultrafiltración convencional

puede realizarse en todas las fases de la CEC y consiste en la colo-

cación de un ultrafiltro en el circuito y conectarlo con la vía venosa

o el reservorio venoso. Los problemas asociados serán la extracción

de unvolumenexcesivode ultrafiltrado, que determinaráunvolumen

bajo en el reservorio. En la ultrafiltración de equilibrio neutro (ZBUF,

del inglés

zero balance ultrafiltration

), tras sacar el líquido, se susti-

tuye por cristaloides para evitar los problemas derivados de un

volumen inadecuado del reservorio, y no se produce extracción neta

de volumen. El tercer método de ultrafiltración durante la CEC es la

ultrafiltración dilucional (DUF, del inglés

dilutional ultrafiltration

),

que se emplea cuando la concentración de un electrólito concreto

(p. ej., potasio) se considera elevada. En este método se extrae un ul­

trafiltrado y se sustituye por salino fisiológico al 0,45%, diluyendo de

este modo la concentración de un electrólito concreto hasta valores

más seguros. De esta descripción de la ultrafiltración durante la CEC

puede apreciarse que, a pesar de la variación de los nombres de los

métodos, el objetivo final es el mismo, a saber, tratar de retirar el

exceso de líquido claro consiguiendo hemoconcentración, eliminar

los mediadores de la inflamación y manipular las concentraciones

de electrólitos hasta valores seguros.

Descrita por primera vez por Nakik y cols

. 146

en 1991, la MUF

consiste en filtrar la sangre una vez que se ha destetado al paciente

de la CEC. Esto puede llevarse a cabo con una técnica venovenosa

en la que se extrae la sangre y se vuelve a introducir en la aurícula

tras concentrarla, o mediante una técnica arteriovenosa en la que se

saca la sangre de la cánula aórtica y se devuelve por la vía venos

a 147,163-165 .

Explicado con más detalle, en esta técnica se elimina una cantidad

de sangre de forma retrógrada por la cánula aórtica y se pasa a través

de un ultrafiltro con el resto del volumen del circuito del reservorio

venoso y el oxigenador. El flujo a través del ultrafiltro se mantiene

mediante una bomba de rodillo que mantiene flujos de entre 10 y

30ml/kg, de forma que las velocidades más lentas permiten un

cambio más gradual en el compartimento del líquido intravascular,

de modo que pueden tolerarse mejor. La presión auricular se man-

tiene constante durante todo el procedimento añadiendo cristaloi-

des al reservorio venoso según sea necesario. Se aplica aspiración al

puerto del filtrado para conseguir una presión transmembrana

máxima, permitiendo de este modo ritmos de ultrafiltración entre

100 y 150ml/mi

n 166

. Los criterios de resultado para el proceso de

MUF son el tiempo (15-20 minutos) y alcanzar un hematocrito

diana (generalmente el 40%) una vez que el volumen del circuito se

ha sustituido por cristaloides o cuando la hemodinámica del

paciente no tolera este procedimiento.

Las cirugías cardíacas en los pacientes muy jóvenes pueden

ser complejas y en ocasiones se prolonga la duración de la CEC y

del pinzamiento. Por tanto, no resulta sorprendente que el rendi-

miento miocárdico esté deprimido tras el destete de la CEC.

Aunque la ultrafiltración se emplea durante la CEC para intentar

eliminar el exceso de agua corporal, los estudios indican que el

rendimiento del miocardio mejora de forma significativa cuando

se emplea la MUF

( fig. 73-11 ) 166-168 .

Davies y cols. emplearon deter-

minaciones ecocardiográficas en un estudio de lactantes que iban

a someterse a cirugía correctora en condiciones de parada no hipo-

térmica, y demostraron mejorías de las funciones sistólica y dias-

tólica en los niños estudiado

s 169 .

Detectaron que el gasto sistólico

reclutable con la precarga, que es independiente de la carga, mejo-

raba tras la MUF y era un buen indicador de una función sistólica

mejorada. En el mismo estudio se demostró que, después de la

MUF se producía una reducción del espesor de la pared del mio-

cardio y del área de sección transversal que no se encontraba en el

grupo de pacientes control que no recibieron ultrafiltración. Estas

reducciones se traducen en un incremento de la longitud teledias-

tólica y una reducción de la presión telediastólica, indicadores

ambos de una función diastólica mejorada. Aunque parece que la

causa de estas mejoras era la disminución del edema miocárdico,

el incremento observado del hematocrito podría haber contribuido

también, dada la mejora asociada de la capacidad de transporte de

oxígeno. No obstante, es de destacar que en el estudio de Davies,

estos efectos positivos no se observaban una vez transcurridas

24 horas, momento en el cual la diuresis y el soporte inotrópico

eran iguales en ambos grupos de tratamiento. Esto ha llevado a

algunos críticos a cuestionar el beneficio absoluto de la MU

F 169 .

La disfunción pulmonar es uno de los efectos negativos más

frecuentes de la CE

C 170 .

Por tanto, el uso de la ultrafiltración y la

MUF es para mejorar la oxigenación y disminuir los efectos de los

mediadores inflamatorios sobre la membrana capilar alveolar y la

reactividad vascular pulmonar. Los estudios han demostrado que

en los pacientes en los que se empleó la ultrafiltración y la MUF se

observaron mejoras de la distensibilidad pulmonar, disminuciones

de la resistencia de las vías respiratorias, de la reactividad arterial

pulmonar y una mejora de la oxigenació

n 171-175 .

Resulta evidente,

por tanto, por qué estos métodos han encontrado una aceptación

tan amplia en la cirugía cardíaca pediátrica, sobre todo en pacientes

en los que resulta esencial una distensibilidad normal con RVP

bajas (es decir, los que tienen una fisiología de ventrículo único).

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Anestesia pediátrica



Figura 73-11

 Presión arterial (PA) sistólica tras el destete de la circulación

extracorpórea (CEC) y a los 15 minutos del destete con y sin ultrafiltración

modificada (UFM). Obsérvese la mejoría significativa de la PA sistólica con la

UFM.

(De Ungerleider RM: Effects of cardiopulmonary bypass and use of

modified ultrafiltration.

Ann Thorac Surg

65:S35, 1998; reproducido con

autorización de la Society of Thoracic Surgeons.)